No hay hogar al que ir
—¡Carajo! — murmura Max a mi lado.
—¿Aun no hay señal? — pregunto.
Saca su celular de su bolsillo y mira la pantalla unos segundos antes de apretar los labios y negar con la cabeza.
Suelto un suspiro de frustración y miro a mi alrededor, esperando que una idea llegue a mi mente, o algún objeto nos ayude a salir de esta situación.
Camino a las ventanas, y observo el auto a la lejanía. Víctor mira atento y desesperado, pudo verlo desde aquí, se que esta preocupado e intenta buscar una forma de ayudarnos.
—Abre la puerta — dice Max, haciéndome girar en cuestión de segundos.
Frunzo el ceño —¿Qué? ¿Acaso te volviste loco?
—Confía en mí, hazlo y cuando diga que corras, lo haces — ordena.
Suspiro y camino a la puerta con nerviosismo, no se que estoy haciendo. Pongo mi mano en la manija y cierro los ojos unos segundos, al abrirlos giro la manija lento y abro la puerta del mismo modo, sin apartar mi vista de lo que sea que tenga frente a mí.
Siento mi corazón latir fuerte, mis manos sudar y temblar. No estoy asustada, estoy aterrada. Esta cosa solo se mantiene ahí, con la mirada perdida, esperando una señal de vida para acabar con ella.
Escucho vidrios quebrarse y caer detrás de mí, lo que me hace dar un pequeño salto en mi lugar ante la sorpresa. Me giro de inmediato y miro a Max asustada sin comprender nada.
—¡Corre! — grita.
Vuelvo a girar y lo que antes estaba frente a mí, ya no está, si no que corre por fuera de la tienda hacia el lugar en donde estos ruidos provinieron.
Con el corazón y la respiración agitada, hago lo que Max me ordeno. Después de avanzar unos pasos, no puedo evitar mirar hacía atrás.
Max le dispara al cráneo a una de estas cosas sin parpadear, sin dudar. Este inmediatamente cae al suelo sin señales de vida, lo que hace que mi corazón se comprima de inmediato.
Regreso mi vista al frente, pero antes de poder reaccionar, mi cuerpo se impacta con algo sumamente duro, haciéndome caer al suelo.
Levanto la mirada y encuentro lo que menos quería ver por el resto de mi vida. Él hombre corpulento y enorme esta parado justo frente a mí, por primera vez, viéndome fijamente, sabiendo donde estoy exactamente.
Siento mis latidos retumbar en mis oídos y mi respiración se vuelve tan agitada que siento que comienzo a hiperventilarme.
¡Diablos!
En solo segundos se abalanza sobre mí, dispuesto a atacarme. Cierro los ojos esperando su ataque, resignada a morir en boca de algo que desconozco que es.
Segundos, solo segundos fueron los que mis ojos estuvieron cerrados esperando por el ataque que nunca llego. Siento unas manos rodear mi cintura, por lo que abro los ojos con rapidez.
Es Max.
Me pone de pie y veo un cadáver más en solo 24 horas. Siento un hormigueo por todo mi cuerpo, un fuerte temblor, unas inmensas ganas de vomitar y llorar, hacerlo mucho.
—Hay que irnos — dice Max ayudándome a llegar la camioneta.
Víctor enciende el motor, mientras Emma nos abre la puerta, permitiéndonos entrar lo antes posible, una vez que estamos adentro, el auto se pone en marcha.
Me recargo en el respaldo, siento que todo corre en cámara lenta y no puedo dejar de revivir la escena, lo que mis ojos vieron. Max disparando un arma sin ningún problema, sin ninguna duda sin ningún remordimiento.
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Zona Cero ©
Science FictionAlex y sus amigos se verán involucrados en el terrible incidente de los laboratorios I.B. el cual llevará al mundo y la humanidad a conocer el caos y destrucción de sí mismos. La maldad y la capacidad con la que todos contamos si se trata de sobrevi...