Capítulo 22

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La encontré

Culmine mi incesante búsqueda luego de quince minutos. Logre encontrar a Emma saliendo de la biblioteca con un joven alto y delgado, cabellera castaña y una sonrisa reluciente con blancos dientes. El chico y mi mejor amiga salen caminando a par, con un libro en sus manos cada uno mientras disfrutan una conversación que no logro escuchar, pues al ver su rostro iluminado en ilusión, mis piernas dejaron de avanzar.

No puedo arruinarle un momento así, ha pasado por mucho, no solo los últimos días, hace tanto no la veía de este modo, no puedo permitirme arruinar este momento por mis problemas, por mi confusión por un chico... o más bien, dos.

Retrocedo sin apartar mi vista de los chicos que ahora se alejan por el pasillo. Los miro con una sonrisa hasta que desaparecen en otro pasillo.

—¿Qué estás haciendo? — pregunta Broke sutilmente cerca de mi oído, provocando que de un pequeño salto en mi lugar ante la sorpresa.

Me giro de inmediato y la contemplo conteniendo su risa.

—Lo siento — se disculpa.

—¿Qué haces? — pregunto confundida.

Se encoje de hombros —¿Qué hacías tu?

Suspiro —Solo buscaba a alguien.

Asiente a modo de comprensión y permanece mirándome.

—¿Estas bien? — pregunta.

—Si — me apresuro a decir, aunque esto no sea cierto, no del todo —. ¿Y tú?

Me mira con un toque de confusión destellando en sus hermosos ojos color verde.

—Gracias — agrego.

Como si fuera posible, su confusión crece aún más.

—No había podido hacerlo antes, después de que ese... hombre nos interrumpiera después de que me ayudarás a rescatar a mi prima.

Su confusión se esfuma al oír mis explicaciones y una grata sonrisa se dibuja en sus labios como instinto.

—Ahora que lo mencionas, ellos están bien, se recuperaran pronto, son muy fuertes y valientes... como tú.

—No lo habría logrado sin ti, te debo mi valentía.

Su sonrisa se desvanece y rápidamente baja la mirada. Me quedo confundida y en silencio ante su reacción, ¿Acaso dije algo malo?

—Te buscare esta noche, es momento de que hablemos — dice con total seriedad.

Aunque no puedo ver su rostro, pues lo oculta bajo su cabellera, puedo sentir su miedo, la inseguridad, pero también un atisbo de fe, extrañamente siento esa fe sobre mí.

—Bien... hasta entonces — digo antes de comenzar a alejarme del lugar, y de ella.

Tras el extraño encuentro que tuve con Broke, decidí alejarme un poco de las personas, así tendría un momento a solas conmigo misma, para pensar, ya que es lo único que puedo hacer en este lugar, lo único que puedo hacer ahora que no se donde estoy, ni cuales son las verdaderas intenciones de este lugar.

—Ahí estas — dice Víctor tomándome desprevenida.

Me giro y lo veo acercarse a mí con una sonrisa. Espero que tome asiento a mi lado, justo en la orilla del balcón y dirijo mi vista hacia el frente.

—Estuve buscándote por todos lados cuando el entrenamiento termino — me explica con entusiasmo.

—Pareces disfrutar de los entrenamientos — digo sin muchos ánimos, causando que me mire con curiosidad.

Suspira y se acerca un poco más a mí —Se lo que sientes — me toma de la mano causándome un escalofrío —. Nos conocemos hace años como para no saber lo que piensas, ni lo que sientes y quiero decirte, a pesar de que ya lo sabes — ríe nervioso —. Comparto tu sentir, así que nunca dudes que siempre estaré cerca, muy cerca de ti.

Siento como mi ritmo cardiaco aumenta, y como todo en mi interior estalla en felicidad. Hacía tanto no lo sentía, su cariño, nuestra conexión, ese lazo que nos une con fuerza, ese lazo inquebrantable que no flaquea ni siquiera con la distancia o el tiempo. Hacía tanto no lo sentía a él, tan sumergido en mi corazón.

Aprieto su mano intentando contener las lagrimas y lo miro con una sonrisa.

Sonríe al verme y me abraza con fuerza, apegándome a su cuerpo, dejándome aferrarme a su pecho, a su calor.

No hay necesidad de decir más, Víctor y yo jamás necesitamos de tantas palabras para hacernos saber nuestro sentir o nuestro pensar. Ese hilo invisible no solo nos unió por una amistad, todo va más allá de eso, ambos nos comprendemos y anhelamos siempre la compañía del otro.

No me había sentido tan sola hasta que decidí alejarlo a él y a todos mis seres queridos de mí, nunca había estado tan pérdida, nunca me había dado cuenta ni siquiera que lo estaba... hasta este momento. Este preciso momento en el que estando bajo el manto de sus brazos, acurrucada cerca del calor de su cuerpo; es que lo sé.

Al fin he encontrado a la chica que perdí, he encontrado esa esencia que olvide, ese corazón que guarde, ese amor que siempre sentí.

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