¡¿Mis Mates?!

Secretos Y Descubrimientos

Alisha despertó en una habitación que desconocía, no recordaba nada hasta el momento pero de a poco su memoria comenzó a funcionar y recordó que alguien la hizo dormir. Rápidamente se sienta en la cama e impecciona el lugar. Era una habitación sucia, las paredes era de color negro y ella estaba sentada sobre un colchón sucio y maltratado. En el suelo había papeles y mucha suciedad, se notaba que desde hace mucho tiempo nadie limpiaba el lugar.

Alisha ve que había una ventana pero aquella estaba tapada con tablas de madera. Ella camina hasta allí y trata de quitarlas pero se le hace imposible, pues las tablas estaban atornilladas.

— Al fin despiertas. — Dice alguien a su espalda.

Alisha se da media vuelta y mira a la persona proveniente de aquella voz.

— ¿Qué quieres de mi Dixon? —

Dixon estaba apoyado en el marco de la puerta mirándola con una sonrisa, por fin la tenía y ahora su suerte estaba de su lado, por fin podía conseguir lo que quería.

— Solo quiero que los hermanos King vengan y me den lo que quiero. —

Alisha lo miro con curiosidad.

— ¿Y se puede saber lo que es? —

— Eso solamente lo saben los antepasados King y Eddy y sus sobrinos, y no pienso decírtelo. —

Alisha cierra los ojos con fuerza.

— Déjame salir Dixon, te prometo que ellos no te harán daño. —

— ¿Piensas que eso me va a convencer? — enarca la ceja.

Alisha bufa y se da la vuelta y mira hacia la ventana o lo que le permite ver gracias a las tablas de madera.

— ¿Dónde estamos? —

— A las afuera de la manada, en una cabaña muy desconocida. Jamás te podrán encontrar. —

— ¿Cómo lo sabes? —

— Porque está cabaña está camuflada por un hechizo. — Alisha lo mira con odio. — Yo no soy el único que odia a los hermanos King, además tus lobos no sentirán el olor de mis vampiros por un...

— Hechizo, lo sé. —

Dixon sonríe.

— Ponte cómoda, vas a estar aquí un largo tiempo. —

Dixon estaba dispuesto a irse pero Alisha lo detuvo.

— Dixon. —

— ¿Si princesa? —

— ¿Tú fuiste el que me durmió? —

— No. —

— ¿Quién fue? —

Dixon sonríe.

— Hannah. —

La cara de Alisha cambió por una de odio.

— También tengo espías en la casa. —

— Sabes, cuando te encuentren mis mates espero que te maten por segunda vez, lenta y dolorosamente. —

— Yo solamente quiero lo que me pertenece, y cuando te enteres del secreto vas a estar de mi lado. —

— ¿Cómo estás tan seguro? —

— Porque se que cuando te enteres vas a pensar que fueron muy injustos y muy malditos y vas a estar de mi lado, porque tu si lo tienes pero yo no lo tengo. —

Alisha no entendía nada.

— Solo olvídalo ¿Si?. —

Dixon se va de la habitación.