Capitulo 4.

24.7K 2.3K 1.2K
                                    

Miraste como lentamente tu profesor salía del campo de batalla, y cuando por fin hizo un movimiento con su mano, pensabas en dirigirte a Bakugou, sin embargo el no había esperado nada y ya se estaba lanzando sobre ti con un puño en el aire, el cual con rapidez esquivaste saltado al otro lado del circulo.

-¡Muy ágil perra!-

-¿qué es esto? ¿quieres derrotarme o halagarme?-

Lo molestabas mientras el seguía lazandote una que otra explosión, sin embargo tu eras más rápida y notabas cada movimiento que el haria.

Ya te estabas aburriendo de lo mismo por lo que, te apresuraste en correr detrás de el para golpearlo, y cuando este tomo tu mano para detener el golpe, sólo consiguió que le doliera mas.

*𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊 𝙱𝚊𝚔𝚞𝚐𝚘𝚞*

¿¡Ella realmente me lanzo lejos!?.
Esta claro pero no lo suficiente para hacerme perder, no, definitivamente ella no me ganará, y ya estoy cerca de saber cuál es su poder. ¡Por que la maldita perra aún no ha querido mostrar nada!

-¡No te vencere hasta que me muestres tu poder!-

Vi como la fea corría hacia mi para dar un maldito gran salto, mientras continuaba alzando su puño, pero antes de que pudiera tocarme un sólo pelo, me moví lo mas rápido que pude; incluso llegando a tropezar con una puta grieta en el suelo, que hace unos segundos no estaba hay. Mire nuevamente hacia su dirección y ahi estaba claramente, pero con su puño envuelto en el suelo...la descubrí.

-¿¡Tienes super fuerza!? ¡Qué poder más inútil perra! ¡con razón no querías decir nada!-

*𝙵𝚒𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙱𝚊𝚔𝚞𝚗𝚊𝚛𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗. *

El comenzó a correr hacia ti y tu hacia el, para lanzarle un gran puñetazo en su cara, pero antes de que sucedería el dio un salto impulsado de las explosiones en sus manos, dando una vuelta en el aire y poniendo una de sus manos sobre tu espalda haciéndola explotar.

Caiste de rodillas debido al irritantes dolor, y luego pudiste sentir su mano sobre tu cabeza, que tiraba con fuerza tu cabello.

-Rindete perra.-

Sin más espera tenías que hacer algo para salir de esa humillante situación, y aprovechaste que estabas en el suelo, para poder doblar tus brazos hasta su cintura y con fuerza tirarlo hacia delante, sin embargo el fue más rápido y con una explosión salto hasta otro lugar, permitiendo que te levantaras y continuaras atacandole.

Había pasado más de media hora y ninguno seguía sin caer, ninguno quería ni podía perder contra el otro, pero ambos estaban agotados.

Quizás ya era hora de que dieras el siguiente paso...

Mientras sostenias tu brazo izquierdo, el cual había sido lastimado anteriormente, miraste hacia atrás de tu oponente y era la oportunidad perfecta. La roca gigante la levantaste del suelo sin siquiera tocarla, pero no lo pegarias con eso a Bakugou, no claro que no; sólo lo distraerias un rato.

-detrás de ti Bakugou.-

Notaste como iba a pronunciar alguna palabra, pero antes atinó a voltear para encontrarse con la roca que se dirigía hasta el, y que en unos segundos destruyó. Pero esos segundos bastaron para que llegarás donde el y golpearas con fuerza su estómago.

Pensabas seguir batallando pero con más fuerza, pues realmente habías subestimado a Bakugou, y el tambien a ti, sin embargo Aissawa se acercó a ustedes con lentitud, quitandoles a los dos sus poderes.

-Ya pasaron el tiempo límite. Quedará como un empate, ahora quiero que me acompañen a la enfermería.-

Tenía razón, ya había pasado demasiado tiempo, y ambos se encontraban lastimados. Sólo asentiste mientras volvías a mirar a Bakugou; el apenas se estaba levantando del suelo y con sinceridad acercaste tu mano a el, para poder ayudarlo. No la acepto.

Su orgullo sólo se hubiera destruido más si lo hubiera hecho...

Cuando llegaron a la enfermería, una señora de bastante edad los recibió amablemente. Ella era la enfermera y se encontraba hablando con tu profesor, mientras veía las heridas; era notaría la preocupación por el rubio, ya que de un segundo a otro el lado derecho de su abdomen comenzó a sangrar.

Aiwasa ya tenía que regresar con el resto de los alumnos, y al verte mejor pidió que lo acompañes.

-¿puedo acompañar a Bakugou unos minutos?-

Quizás igual te había preocupado su estado, pero te convenciste de que era por curiosidad; esa herida no la habías provocado tu. ¿Entonces que?.

Y sin dudar mucho te lo permitió. Cuando se fue de la enfermería, te sentaste en una silla que se encontraba en una esquina, y esperaste a que la señora hiciera adecuadamente su trabajo, y aún cuando estabas jugando con tu celular, sentías la tosca mirada de ella, sobre ti.

-¿nesecita algo?-

-oh, no señorita. Soy Recovery girl y Aizawa ya me hablo mucho de usted, realmente lamento que haya tenido que pasar por todo eso cuando era pequeña, quiero...

-Ya he recibido suficientes lamentos, uno más no cambiará nada, señora.-

Bakugou no entendía exactamente de lo que hablaban, por lo tanto su ceño se fruncio más de lo normal, mientras veía como la enfermera ponía una venda en su abdomen. Después de unos minutos ella salió, sin antes decirles que descansarán un poco en las camillas.

-Eres fuerte Bakugou. Algún día tendremos que desempatar ¿no?-

-Cierra la boca fea.-

-¿Qué te pasó en el abdomen?. Claramente esa no fui yo.-

-No es importante. Cuando practicaba me hice una herida y quizás se abrió cuando me lanzaste esa estúpida roca!...hablando de eso, quiero saber tu poder.-

-¿Por qué?-

-Por que me pareció que fueron dos.-

-En realidad son cuatro, cuando era pequeña tenía sólo uno, lo normal ¿no? Pero luego experimentaron conmigo y conseguí tres más.

-Eso es posible?-

- No, solo bromeó jajaja.-

☁️☁️☁️

Los minutos ya habían pasado, al igual que las clases, entonces les permitieron largarse, pero antes tenían que recoger sus cosas en el salón y decidieron ir juntos.

El ya no te estaba pareciendo tan molesto como antes, y aunque tu hablabas sin callaterte, el miraba en otra dirección, haciéndote pensar que te ignoraba.

Lo que tu no sabías es que el estaba tomando toda la atención del mundo a tus palabras.

Quizás eso lo hacía desde que llegaste...

▪𝔗𝔯𝔦𝔞𝔫𝔤𝔲𝔩𝔬 𝔡𝔢 𝔞𝔪𝔬𝔯▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora