▪𝔗𝔯𝔦𝔞𝔫𝔤𝔲𝔩𝔬 𝔡𝔢 𝔞𝔪𝔬𝔯▪

Capitulo 13.

~Contiene Lemon~

-¿Que genero de peliculas te gustan?-

-Supongo que las de misterio, detectives, policías...ya sabes.-

Estuviste mucho tiempo buscando alguna que llamara tu atención, pero finalmente dejaste que él eligiera. Luego apagaste la luz, buscaste palomitas y una manta.

Te sentaste al lado de Todoroki, en el sofá y comenzarón a conversar sobre lo que les atraía de la película.

-¿Puedo...abrazarte?- pregunto inseguro y sin dejar de mirar al frente.

-Si.- Respondiste precisamente pero con un toque de nerviosismo. Te habias sorprendido e incluso asustado por la cercania que se podia llegar a formar, aun asi no te moviste al sentir su brazo sobre tu hombro y poco a poco su cabeza fue apoyada sobre la tuya.

Era tierno, si, pero tambien raro encontrarte en tal situación. Luces apagas, recostados sobre el otro mientras veian una pelicula. Fue muy cliche todo pero asi son las personas, cuando estan enamoradas.

"Enamorada". Esa palabra llego a tu cabeza rotundamente, te sustaba el hecho de poder estarlo, jamas lo habias sentido y apenas sabias lo que significaba en realidad.

-¿Pasa algo?-

-Solo...olvidalo.-

Ahora el albino no podia dejar de mi mirar tus ojos, concentrados en la pantalla. Parecía que estos brillaban por el reflejo y ante la mirada de Todoroki, eras la persona más perfecta del mundo.

-Me gustaría besarte.- Dijo en un pequeño susurro. Te asombraste cuando sentiste su aliento en tu oreja, y su frente en tu cabeza. El quería más cercanía y tu estabas empezando a quererla, pero la cortaste.

-Ire a buscar bebida, ¿Q-quieres?-

-Esta bien.-

Te levantaste para caminar a la cocina y sacaste unos vasos del mueble. Antes de volver al sofá, respiraste un poco y pensaste en lo que podía pasar. Todoroki era un chico dulce pero precipitado y seguro de si mismo, tu no tanto el sentido de tu cuerpo por lo que no podías dejar pasar ningún tipo de movimiento extraño.

Dejaste los vasos en la mesita de centro y le sonreiste, mientras volvías apagar la luz.

Te ibas a sentar, sin embargo tomó tu muñeca y te miro fijamente, esperando que comprendas lo que quería.

-¿Si?-

-Ven.-

Jalo suavemente de tu muñeca y con torpeza lograste sentarte en frente de el, quedando a la misma altura los dos.

Tomó tu mejilla para acariciarla con su dedo pulgar y siguió observandote, detenidamente por cada parte de tu rostro y cuerpo. No entendías por qué lo hacia; estabas nerviosa y tus labios temblarón, haciéndolo reaccionar.

-Eres hermosa.-

Te quedaste en silencio, queriendo sentir cada vez más su tacto en tu piel y él, esperando tocar más, conocer cada parte de ti era algo que deseaba.

La pequeña luz que provenía de los postes en las calles, que cruzaba por la gran ventana del lugar; llegaba a su rostro iluminandolo como un ángel. Sus ojos brillaban y su sonrisa aparecía lentamente, mientras notaba el leve sonrojo en tus mejillas.

Es perfecto...

Y ocurrió. Después de aquel pensamiento el corto toda la distancia entre sus labios, que con timidez chocarón suavemente sintiendo las respiraciones del otro.