Capitulo 22.

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Habia pasado un día desde lo que habían provocado y los noticieros no paraban de hablar de aquello, eso era exactamente lo que querian. Hasta el momento estaba saliendo todo a la perfección.

-¿Lo harás tu?- te miro Dabi.

-Si- le respondiste mientras mirabas al rubio que se encontraba aun en esa silla, con su cabeza agachada y durmiendo.

-A las seis sera mi turno-

Luego salió de la habitación dejándote sola para que vigilaras a Bakugou.

Te acercaste a él y con tus manos revisaste las heridas que tenía en su rostro, ya que lo habían golpeado durante el tiempo que había estado ahí.

-Perdón- le susurraste y luego caminaste hasta el espejo.

Te miraste ahí pero no te sentías orgullosa de lo que eras.

-Ya no hay marcha atras- te recordaste.

-Si la hay- te sorprendió que el rubio te haya escuchado pero sin embargo no querías discutir nuevamente con él -Tn por favor-

-No Bakugou, si vuelvo solo me encerraran. Las personas no me aceptarán de nuevo ahí- ¿por que te estabas arrepintiendo?

Te sentaste en frente de él apoyando tu espalda en una pared, mientras mirabas las luces artificiales que entraban por la ventana.

-¿Mataste a esas personas?-

Le miraste preocupada y casi con ojos de cachorrito mojado pero decidiste decirle la verdad -no-

Los gestos de Bakugou se tranquilizaron, sus puños se soltaron y se le escapó un suspiro ahogado.

Era la primera vez que de verdad se sentía aliviado por algo que te salió mal.

-Yo puedo perdonarte y se que los que te quieren también lo haran-

Negaste.

-Tn...¿te acuerdas de cuando éramos pequeños y te llevaba a casa tomados de la mano?-

Sonreiste por aquel recuerdo.

-¿Por que no hacemos lo mismo ahora? Volvamos a casa fea-

-No lo entiendes. Si tu vuelves te encontrarás con amigos y tus padres, si yo vuelvo ¿con qué mierda me encuentro?-

-¡Con tu padre, el es el que más te ha estado buscando por todos lados. Es el que más desea verte en este instante-

-No...el está bien sin mi-

-El te ama mas que nadie y quizás no te a sabido cuidar pero tu tampoco has sido una buena hija-

Aquello te llegó como un balde de agua fria, pero llevaba toda la razón contigo y te hizo pensar en que ambos podrían darse una oportunidad.

-Tn entiendo que creas que mi vida es perfecta, pero no lo es-

Miraste fijamente a sus ojos sintiendo que todos los sentimientos que habían botado, volvían.

-Sin ti, nunca será perfecta-

Sonrieron y te levantaste para quedar los amarres de sus manos, pies y torso.

Creiste que le explotaria en mil pedazos para aprovechar y huir pero sólo apego sus cuerpos en un fuerte abrazo.

-Te extrañe Tn-

Te dijo mientras se tomaban de las manos, el estaba siendo demasiado sincero contigo y aún que estabas asustada por lo que venía, te sentías a salvo con él.

Viste como cerraba sus ojos y chocaba suavemente su frente con la tuya, sintiendote, oliendo nuevamente tu aroma que le gustaba tanto.

-Extrañaba todo de ti maldita perra de mierda ¿por que me haces pasar por esto?-

Tu nariz comenzó a picarte y tus ojos estaban a punto de dejar caer unas lágrimas por que otra vez la habías cagado, otra vez habías hecho todo mal.

-Perdón- colocarse tu cara en su hombro para que no te mirara más, el solo asintió escuchandote

-¿Que harás?-

-No lo se...-

-Ven conmigo- apretó tu mano y camino hasta la ventana, mirando la altura que había entre esta y el suelo.

Tengo miedo pensabas.

-Tranquila fea, estas conmigo y no te va a pasar nada o explotó todo el maldito mundo ¿bien?- Te respondió como si te hubiera leído la mente y sólo asentiste, sintiendote segura por el rubio alto delante de ti.

-Te bajare-

-¿Cómo?-

Y con tu poder de telequinesis moviste la mano del rubio para hacerle una demostración, así lo transladarias hasta abajo pero el problema estaba en que tu no podías hacerlo para ti misma.

-Tengo una mejor idea- sonrió ampliamente -Sostente-

Y como no entendiste solo levantaste una ceja esperando que el hiciera lo que sea.

Entonces gruño para luego tomar tus manos y ponerlas rodeando su cuello, se agachó un poco e indicó que te subieras a su espalda.

-Si quieres suicidarte...-

-¡Hazlo mierda!- Le hiciste caso y viste como de sus manos salían unas pequeñas explosiones, que al abrir la ventana aumentaron de tamaño.

Bakugou sin dudarlo se lanzó contigo haciendo sus explosiones, lo que lo ayudaban a no caer de tan rápido.

Asi llegaron al suelo y salieron de ese lugar, pero alguien los había visto y ustedes no a él.

-Iremos a mi casa- dijo el rubio mientras caminaba contigo de la mano -te cambiará ese traje de mierda, te cucharas, dormirás y arreglaras tu pelo-

-¿Ahora me mandas?- sentiste su mirada fria sobre ti -¿No me queda bien el pelo?-

-Si pero me gustaba más castaño-

Al llegar a las cuatro de la mañana, abrieron la puerta de la vivienda de Bakugou y el llamo a sus padres para explicarles todo, pero mintió por que dijo que te habían secuestrado.

Eso te tomo por sorpresa.

La madre de él rubio te abrazo sintiendo todo lo que habías pasado y te invito a ducharte para que te relajadas, mientras que te preparaba algo a ti y a Bakugou.

-Es lo mejor para ti- dijo el rubio para cubrir su mentira cuando te guiaba al baño.

-Gracias Bakugou- el hizo un mueca intentando sonreír, lo que te alegro.

Luego cerraste la puerta y suspiraste por que ya era hora de enfrentar todo lo demás.

▪𝔗𝔯𝔦𝔞𝔫𝔤𝔲𝔩𝔬 𝔡𝔢 𝔞𝔪𝔬𝔯▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora