Katsuki Bakugo

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El rubio había llegado a tu casa unos minutos después de que Best Jeanist lo llamará, pero no había hecho nada más que recostar su espalda en la pared, cruzar sus brazos y mirarte, mientras que tu veías la televisión con una manta encima.

¿Por que hice que lo llamarán?

Te reclamabas mentalmente ya que su mirada fria y tosca te estaba incomodando demasiado.

-¿Sólo te quedarás ahí?-

-Debo vigilarte perra de mierda-

Que molesto fue que te dijera eso, nisiquiera intento ser más suave y por ello te levantaste del sofá dispuesta responderle como debías.

-No necesito que tu me vigiles-

Después de eso sólo pasaste de largo hasta tu habitación, escuchando el irritante quejido de Bakugo.

Te acostaste y cerraste los ojos por unos segundos ya que luego como presentias, el rubio explotó tu puerta mientras gritaba estupideces.

Sabias que era normal que todos dudaran de ti ahora, que pensaran que podias huir o hacer una locura pero te habías enojado por que simplemente no lo esperabas de él.

-¿¡Que te pasa ahora!?-

-Tengo sueño- respondiste tranquila.

-¡Mentirosa de mierda!- grito y tiro las sabanas lejos de ti.

Cuando entendió que lo ignorarias comenzó a pensar en una manera para que tu no siguieras así, hasta que se aburrió y se sentó en ese balcón tuyo.

-Si te duermes me aburrire-

-No es mi problema-

-¡Levantate o te tiro de la escalera!-

Pensaste que estaba jugando asi que sólo seguiste como estabas, hasta que sentiste como sus brazos rodeaban tu cuerpo y luego te elevaban hasta él.

-¡Que ni se te ocurra bastardo!- dijiste intentando soltarte de su agarré, pero un poco antes de que llegarán a la escalera lo dejaste inmóvil -¿Estas tonto o que?-

Caminaste hasta tu habitación nuevamente.

-¡Oye perra, no puedo moverme!-

-¿Enserio? No me digas- te burlaste de el y luego cerraste la puerta e hiciste que el recuperará su movilidad.

Por poco vuelves a acostarte pero el rubio ya estaba nuevamente dentro mirando con una cara verdaderamente aterradora.

-Ven-

-¿Que?-

-¡Que me sigas!-

Así lo hiciste hasta que salieron al jardín que estaba detrás de tu casa.

-¿Que hacemos aquí?- preguntaste mientras que con tus manos intentabas darle calor a tus brazos que estaban descubiertos ya que sólo llevabas una polera de tiras.

-¿Por que no te pusiste algo?- te pregunto serio.

-Tu estabas apurado-

Volteo hacia el jardín, el cual no estaba tan reluciente y dijo "podríamos entrenar aqui".

Al escuchar eso sólo quisiste salir corriendo, era el peor momento para hacer algo como eso por que no tenias ganas y estabas casi muriendo del frío.

-Tendrás que hacerlo-

-No me mandas, hazlo tu-

-¡Tu tampoco me mandas!-

Y asi fue como acabaron sentados en el pasto esperando que alguno se digne a pararse, el orgullo que tenían era tanto que estaban dispuestos a pasar dias sin entrenar para no obedecer al otro.

-Este no era el plan que tenía- te miraba molesto el de ojos carmín.

-Mira esto-

Se te ocurrió sacar el lápiz que tenías en tu bolsillo y usar tu poder para algo que no sea el mal o el bien, sólo para pasar el tiempo con Bakugo.

-¿Que quieres saber?-

Con esa pregunta el pudo pensar en muchas cosa, como que sería de él mas delante, que debía hacer para ser el mejor e incluso, que había hecho Deku para obtener su poder.

Sin embargo, eligió lo que más le preocupaba.

-¿Puedes dibujar lo que sea verdad fea?-

-Si- asentiste energéticamente.

-Bien...dibujanos en cinco años más-

Te tomo por sorpresa ya que nunca lo habías pensado, eso de que en un futuro seguirían juntos con el rubio ¿sería posible?

Sólo cerraste tus ojos y con nerviosismo tomaste su mano para rallarla con el lapiz.

-¿Estas seguro?-

-Si- respondió atento.

Solo comenzaste a hacerlo sintiendo todas las direcciones a las que tu mano se movía, dibujandote a ti dentro de algún lugar y a Bakugou fuera de este pero a punto de entrar con un regalo en su brazo derecho.

Sabías lo que era, pero el no lo entendió.

-¿Que se supone que hacemos ahí?-

-Solo puedo concluir que seguiremos siendo amigos y eso es bueno-

Viste como cruzó sus brazos inconforme por tu respuesta -Yo no soy tu amigo-

-¿Y por que estas aquí?- dijiste mientras veías como se levantaba y caminaba hasta la entrada.

-Por que te quiero y no así perra-

Te sentiste feliz por que era justo lo que esperabas que dijera, ahora estabas segura de que lo que dibujaste era el entrado a la casa de ambos, a punto de darte una pequeña cajita con quizas que cosa dentro.

Tu viste que en cinco años estarían juntos pero de una manera amorosa y no quisiste decirlo para que nada de ello llegará a cambiar.

Luego caminaste hasta la cocina y te ganaste al lado de él para servirte un vaso de agua.

-Yo también te quiero-

-¿Y de qué forma?- se colocó atras de ti, esperando que te des vuelta para quedar frente a frente.

-De la misma que tu a mi-

Dijste provocando que el rubio te volteara ya que no estaba dispuesto a esperar más, y mientras se aferraba a tus brazos, besaba tus labios.

Se amaban, a su manera.

-Juro que en cinco años me casare contigo quieras o no fea-

Arrugo su ceño y acaricio tu mejilla, observando lo linda que te veías un poco perpleja por lo que acaba de soltar y por lo que tu habías descubierto.

Ahora ya sabías lo que llevaba en la cajita y como estarían en cinco años.

Definitivamente el destino estaba de su lado.

▪𝔗𝔯𝔦𝔞𝔫𝔤𝔲𝔩𝔬 𝔡𝔢 𝔞𝔪𝔬𝔯▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora