LUNA.
Me sentía débil y cansada, me sorprendió que siguiera con vida.
Abrí los ojos y no estaba donde creía que estaba,yo pensaba verme atada a una silla, en una habitación vacía pero no, estaba en una habitación que no era esa, y nunca la había visto y yo estaba acostada en una cama.
Me senté en la cama y la observe mejor.
La habitación era amplia y oscura, eran tonos oscuros todos, negro, vino oscuro y las mesas eran de caoba, la cama era grande con sábanas de seda negra.
Había una puerta cerca de la cama que supongo seria el baño.
La habitación..... Un momento... Ya he estado aqui.
Esta es la habitación de Matteo....
¿Pero que hago aqui?
Por instinto me levanté de golpe de la cama, y me arrepentí al segundo por ello ya que mis pies no me permiten mantenerme de pie y caí al suelo.
En ese instante veo a una mujer, parecía de unos treinta y algo entrar por la puerta, y cuando me vio abrió los ojos como platos y se notaba que esta preocupada.
¿Estaría preocupada por mi?
-Oh querida, ¿estas bien?- me dijo acercándose y tomándome del brazo para poder levantarme, y sentarme en la cama.
-S... si...Gracias...No se preocupe-Logre decir.
-¿Cómo te sientes? ¿Te sientes mejor? ¿Te duele algo? ¿Te sientes mareada? ¿Tienes hambre?-Me pregunté de golpe y super rápido.
-Umm... Me siento un poco mejor... Gracias-¿Quién será esta mujer que se preocupa por mi?
-Oh, lo siento, debo presentarme primero, soy Melissa, la madre de Matteo, Ámbar, Gaston y Ramiro-Me dijo con una sonrisa. Asi que ella es la madre de Matteo, ninguno de ellos se parecen. Aunque Melissa era muy hermosa, tenía el pelo rubio, ojos verdes claros y su tez blanca pero creo que eso es normal en los vampiros, supongo que toda su familia es vampiro.
-Un placer, mi nombre es Luna pero me puedes decir Luna-Le conteste por fin con una sonrisa amable.
Mi vista se dirigió en mis muñecas, tenía unas marcas horribles, debe ser por las esposa, si asi están mis muñecas no quiero saber como estarán mis pies.
-Tendrás que tener hambre ¿Verdad?-La verdad es que si, me moría de hambre, hace tiempo que no como algo.
La papa vencida y el agua que me daban allí, y no sé cuánto tiempo había estado allí la verdad.
-Si, un poco- le conteste, no quería parecer demasiado hambrienta.
-Tranquila, he preparado algo muy rico para la cena te gustara, mientras tanto cámbiate de ropa- dijo mientras me daba una bolsa que estaba al lado de ella en la cama-Ámbar te presto un poco de ropa.
-Ah, no tenía que molestarse-Me sentía avergonzada... mucho.
-Tranquila, lo hacemos con mucho gusto. Anda ve, cuando termines baja al comedor, ¿De acuerdo?
-De acuerdo, muchísimas gracias de verdad-Le dije muy sincera, ella me sonrió como respuesta y luego desapareció por la puerta.
Si, creo que toda la familia es vampiro.
Fui hacia el baño y me mire en el espejo, estaba horrible tenía unas ojeras gigantes, mis ojos estaban rojos, mi pelo parecía un nido de pájaro, mi ropa estaba rota, gastada y sucia.
