LUNA.
Muda.
Ninguna palabra salia de mi boca, estaba en shock, no entiendo nada de lo que esta pasando.
El prácticamente me empujo dentro del auto, en la parte trasera del auto y en menos de un segundo ya el estaba encendiendo el coche en marcha a sabe Dios donde.
Estaba medio desorientada y aturdida y millones de preguntas empezaron a rodear mi cabeza.
¿Por que el me sube a su coche?
¿Me estaba esperando?
¿Querra hablar?
¿Me habrá perdonado?
¿Querra hacer las pases?
¿Ámbar le contó algo?
¿Me golpeara?
¿Me insultara?
¿Terminara conmigo de una vez por todas?
¿Que me va a decir?
¿Que no quiere nada mas conmigo?
Me enderece mejor en el asiento de atrás y me lleve una mano a la cabeza que de nuevo empezaba a latir pero cuando levante el brazo este me ardía así que extrañada dirigí mi mirada a mi ante brazo para de inmediato ver una marca roja de una mano, con la boca abierta e indignada voltee mi vista hacia el piloto, el causante de la marca y este ni siquiera se molesto en mirarme, su mirada iba cien por cien al frente y sus cejas estaban fruncidas y su rostro demostraba seriedad y enojo mientras se aferraba al volante con fuerza y cada vez aceleraba mas y mas.
Acostumbrada a ser ignorada y acostumbrada de su manera de conducir cruce mis brazos y me recoste en el asiento mientras miraba por la ventana.
Se lo que me dirá. Se lo que se avecina, y no creo ser capaz de aguantarlo.
Pero se que lo merezco, cometí un grave error y lo admito, jamas debí decirle que si a Mariano cuando sugirió ir afuera del gimnasio.
Debí creerle a Matteo cuando me dijo que Mariano tenia otras intenciones conmigo.
Debí tener mas fuerza para poder apartar a Mariano.
Matteo no me lo perdonare nunca. Fui una estúpida al pensar que todo se solucionaría. Fui una estúpida al pensar que Matteo me perdonaría y todo volvería a ser como antes. Lo defraude, de la peor forma posible.
Pero aunque admita que fue mi error y sepa que merezco lo que esta apunto de venir, no puedo, no puedo hacerme a la idea, me rompera el corazón en mil pedazos... igual que yo lo hice con el.
Limpiando una lagrima silenciosa de mi mejilla que se colo por mis ojos, me di cuenta de algo. Habíamos salido del pueblo, estábamos atravesando el bosque.
¿¡Me va matar!? ¿¡Cobrara venganza matándome!?
¡No! No seas estúpida Luna, Matteo no seria capaz de matarte... espero.
Resignada a cualquier cosa que pasara me recosté en el asiento y cerré los ojos.
Tengo miedo.
Mucho miedo.
Mi corazón va a mil por hora, se que el puede escucharlo, y que nota lo nerviosa que estoy. Pero al parecer no le importa porque ni siquiera me ha mirado en todo el trayecto, de su boca no ha salido ni una sola palabra, ni un suspiro, creo que ni siquiera se toma la molestia de respirar.
