LUNA.
Desperté sobresaltada,inhalando aire como si mis pulmones no tuvieran, pero note algo muy raro en mí.
Mire a mi alrededor y reconocí la habitación como la de Matteo, al menos estoy en el ultimo lugar donde recuerdo haber estado. Miro mi brazo recordando los cables conectados pero ya no están.
-Cuando despertara?-miro mi lado izquierdo de donde provino la voz pero no hay nadie ¿Pero que..?
-No lo se-miro a mi lado derecho pero tampoco hay nadie, no hay nadie en la habitación, ¿De donde provienen esas voces? ¿De quien están hablando?
Me levante un poco apoyándome de mi brazos logrando sentarme en la cama recostando la espalda en la cabecera.
Ya no me duele nada. Ni tampoco me siento débil, de hecho, me siento mas fuerte que nunca, siento que podría romper cualquier cosa con tan solo un golpe.
¿Me habré curado? ¿Que era lo que me pasaba?
Decidí que era hora de levantarme, ya llevaba mucho tiempo acostada y ya me estaban entrando ganas de ir al baño. Así que con mucha calma puse mis pies en el suelo y me fui levantando hasta que estuve de pie completamente, sosteniéndome únicamente de mis pies.
Mi objetivo: El baño.
Muy bien.
Comenzando a caminar un pie y luego otro y... estampo contra la pared.
¿Pero que?
En un segundo ya estaba justo al lado de la puerta de baño, en un segundo, es imposible, ¿Como hice eso?
Confundida y aturdida decido entrar al baño y cerrar la puerta.
¡Oh Dios mio!
¡Parezco muerta!
Miro mi reflejo a través del espejo mientras me toco la cara mas pálida de la historia con la boca abierta. Es que, me siento bien para estar tan pálida...
¿Tal vez sera porque estuve a punto de morir?
Quizás se va con las horas...
Decidí ignorar eso e ir directo a lavarme la cara y lavarme los dientes, así que fui y abrí el grifo de agua... bueno, mas bien lo rompí.
El agua comenzó a salir hacia arriba como si fuera una fuente y yo me quede estática con el grifo en mi mano.
¿Como hice eso?
Reaccione y trate de que el agua dejara de salir, trate juntando mis manos en el orificio, trate poniendo una toalla encima hasta que la puerta del baño se abrió.
Gire mi rostro sobresaltada y descubro que fue Matteo quien abrió la puerta, con sus ojos abiertos y la boca entreabierta.
-Juro que no quise, no se que paso...-Antes de que pudiera terminar de hablar Matteo me tenia en sus brazos como si fuera la primera vez en años que me ve, tenia su rostro enterrado en mi cuello y sus brazos me envolvían la cintura con una fuerza que no me explico como no me he partido por la mitad. Suspire y me olvide de todo lo que tenia que decir y sonreí, sonreí con gran felicidad y alivio, luego lo abrace con todas mis fuerzas para que nunca se vaya y se termine este momento.
-Pense que no te volvería a poder abrazar. ¡¿Por que te apartas de mi abrazo?!
-¿Tan mal estuve?-Bromee y volví a abrazarlo esta vez yo envolviendo su espalda y con mi cabeza en su pecho.
-De hecho, si, no sabes el caos que se formo aquí estos últimos días-Poso ambas manos en mi cadera y me aparto para que lo mirara-Estuviste al borde de la muerte.