—Estoy aburrido —declaró Baro lanzando una pelota de golf al aire, acostado en la cama de su mejor amiga.
—Ni me lo recuerdes... —se quejó, vencida sobre la silla de su escritorio—. Debo cumplir un mes de castigo y ni siquiera puedo salir de mi habitación.
—Al menos no te quitaron las visitas —agregó JinYoung, en un intento de hacerla sentir mejor.
—Porque mis únicas visitas son ustedes —suspiró cansada, escondiendo la cabeza entre sus brazos sobre la superficie cubierta por papeles.
Habían pasado dos semanas desde aquel incidente. Aquella casualidad que le permitió conocer a ese chico tan lindo.
Bueno, está bien, lo admito... aquella locura que me dejó allanar su habitación.
Se sonrojó de tan sólo recordarlo. Aún moría de vergüenza.
Su madre estaba furiosa cuando regresó a casa y de inmediato comenzó a reprenderla cuando la vio atravesar la puerta. Su padre también la regañó, suspirando en varias ocasiones e intentando controlar a su mujer.
Un buen castigo le enseñaría.
Sin móvil, sin salidas y haciendo deberes domésticos, eso era suficiente para su papá, pero su madre siguió dramatizando sobre lo rebelde que Brooklyn se había vuelto y al final fue su gemela la que objetó para que se le prohibieran sus prácticas deportivas; que bajo ninguna circunstancia se le dejara tomar alguna de sus cosas para "jugar" en la calle, como normalmente hacía con sus amigos. Ni siquiera en el jardín. Se le confinó severamente a su habitación.
Todo estaría bien, estaba acostumbrada a la constante cizaña de AhYoung y a la evidente manipulación que ejercía sobre sus padres. Sin embargo, ahora... ahora más que ninguna otra ocasión no podía estar más molesta.
Por supuesto, quería salir de su casa ¡Cuanto antes!...
Gong... Chan...
Recordaba su nombre y esperaba que ninguna de esas dos sílabas se le olvidaran jamás.
— ¡Ah, ay! —como niña caprichosa se quejó, era imposible que el mes se acabara tan pronto y quizá el chico se cansó de esperarla
¿En dónde estudiaba? ¿Cuántos años tenía? ¿Por qué demonios era tan guapo?
Maldición. Había tanto que preguntarle todavía.
— ¿Qué te ocurre? —preguntó JinYoung al escuchar su expresión, al mismo tiempo que detenía la pelota en el aire antes de que su amigo la atrapara.
Le molestaba que Baro estuviera haciendo eso.
— ¡Oh! —una idea pareció iluminar su mente cuando se dio cuenta de la valiosa presencia de sus mejores amigos— ¡Ustedes me ayudarán a salir de casa a escondidas!
— ¡¿Qué?!
—¡Sí, sí! ¡Ustedes! —se apresuró a intentar levantar a sus amigos aunque éstos no quisieran
— ¿Para qué quieres salir? Sabes que tu madre te regañará mucho si lo haces... ¡Déjame~! —Baro se estaba resistiendo, aunque se dejaba mover.
Claramente si alguno de los dos chicos quisiera, jalaría a la castaña con fuerza suficiente para derribarla.
—Por favor... —puchereó como niña pequeña, al ver que sus amigos se negaron rotundamente. Necesitaba convencerlos a como diera lugar— ¡Por favor! —llegaría al llanto falso en cualquier momento y lo odiaba, no le gustaba ser tan desagradable como su hermana pero de verdad quería salir.
—No —dijo Baro
—De acuerdo, está bien... ¿Qué es lo que quieres? —cedió JinYoung.
Brooklyn sonrió amplio corriendo a abrazarlo y el pelinegro le miró atónito.
[***]
Por su parte, el cachorro estaba aburrido en su clase de idiomas dentro del salón de la casa. El profesor leía en voz alta, por lo que tuvo algunos segundos libres para mirar por la ventana y encontrarse con ese enorme muro que le prohibía la vista a algo más que el jardín.
Nada era seguro allá afuera... todos iban a lastimarlo de algún modo, pero ¿Por qué esa pequeña castaña tenía la apariencia de un hermoso ángel?...
— ¿Entendiste lo que dice ahí, ChanShik? —cuestionó su profesor curioso, acomodando sus lentes sobre el puente de la nariz mientras le ofrecía algo de esa mirada severa.
¿Habrían excepciones? Porque su profesor podía salir todos los días a ese temible exterior sin problemas y no regresaba como una mala persona tampoco...
—Claro, profesor —entendió que debía prestar atención y volvió la vista a su libro.
¿Qué había pasado con aquella chica de todos modos? Ella había dicho que regresaría ¿no es así? ¿Dónde estaría?
Casi acaba el mes y no la había vuelto a ver... ¡Nunca lo haría de nuevo!... ¡No!
No quería que eso sucediera, pero... ¿Si todo fue una simple ilusión? ¿Parte de su imaginación?
[***]
—Eso es todo por hoy, ChanShik. Nos vemos mañana, Señora Oh —se despidió el profesor y el estudiante le ofreció una respetuosa reverencia mientras su mamá sonreía a un lado.
—Vaya con cuidado... —contestó el chico, al igual que su madre segundos después.
El profesor salió de la casa y el joven no tenía ganas de permanecer en la sala tampoco. Dio media vuelta dispuesto a subir a su habitación.
—Cielo —fue detenido por su madre. El pelinegro giró un poco y le miró— ¡¿No vas a cenar?! —cuestionó preocupada y sumamente maternal.
—Oh, no tengo hambre, mamá. Gracias.
—Pero hijo, últimamente no te has alimentado como acostumbras. Estoy bastante preocupada ¿Algo anda mal? ¿Te sucede algo? ¿Estás enfermo? —se acercó rápidamente a palparle la cara, cerciorándose de que su temperatura, piel y todos los signos estuvieran en orden.
ChanShik sólo se quedaba ahí todas esas veces aunque no le gustara.
—Estoy bien, mamá —le interrumpió en un susurro cerrando los ojos con fuerza. A veces deseaba poder ser más duro y firme con ella—. Si me da hambre más tarde te avisaré. Amo tu comida.
—Bueno, está bien, caramelo. Baja si tienes hambre —sonrió ante el pequeño halago, las comisuras de sus ojos arrugándose— ¿Tomaste todas tus medicinas el día de hoy, bebé? —ChanShik asintió como pudo teniendo esas manos aún en su rostro—. Bien, puedes ir a tu habitación.
Tuvo que alejarse despacio cuando su madre no hizo nada para dejar de tocarlo, dio media vuelta y caminó apresurado hacia su habitación, huyendo de su melosa progenitora.
Cerró la puerta con mucho cuidado, esperando su entrometida madre no le hubiera seguido y cuando lo confirmó, dio un profundo suspiro.
— ¿Por qué tan estresado?... ¿Algo va mal, GongChan?
Sus ojos se abrieron a tope, su pulso aceleró, sus manos temblaron sobre el picaporte.
Oh, no es posible. No es real.
Con velocidad la observó, la chica se encontraba sentada sobre su cama. Se sonrojó de inmediato.
Ésto no está pasando...
![](https://img.wattpad.com/cover/132824032-288-k321135.jpg)
ESTÁS LEYENDO
My Cute Secret Boy -GongChan- B1A4
FanfictionEs un secreto, nadie puede saberlo. Es demasiado lindo, adorable y sobre todo inocente... como un cachorro. ¿Un chico así? No es real, ya no existen. Yo lo pensaba -como la mayoría-, hasta que lo encontré... ♡ Gongchan & you~ (Brooklyn) ♡ Heterose...