My Cute Secret Boy -GongChan- B1A4

Capítulo 17... GongChan...

Brooklyn corrió sin rumbo fijo. El corazón latiendo con fuerza, retumbando en sus oídos.

Cuando notó que aquel individuo se levantó y comenzó a seguirla, no tuvo otra opción más que huir hacia el único lugar donde estaría segura. Su casa. Importándole poco la fiesta que se llevaba a cabo ahí.

Tomó la tabla y la aventó frente a ella, para deslizarse cuesta abajo en la pequeña colina donde se asentaba su hogar en la ciudad. Al menos si mantenía el equilibrio iría más rápido.

— ¡Brooklyn! —exclamó un chico al verla llegar. La chica se veía tan agitada cuando pisó su propio patio y entre tanta gente él apenas la notó.

Se acercó rápidamente al notar tan pálida, llena de miedo. Se preocupó por ella.

—Mark... Mark... —jadeó ella, sosteniéndose apenas de los brazos de su amigo cuando las piernas le flaquearon y un pequeño círculo de chicos curiosos se formaba alrededor de ambos. Inhalaba asustada por el posible desmayo.

— ¿Estás bien? —cuestionó él, empujando a todos al abrirse paso, pues decidió llevar a la joven dentro de la casa, donde había más gente pero podían ir a la cocina a beber un poco de agua— ¿Qué ocurrió? ¿Por qué estás tan agitada?

La más bajita negó con la cabeza:— No... —el llanto secundó al pánico y sollozó finalmente en voz alta.

Mark la abrazó con fuerza y la consoló. Diablos, ¿Dónde se había metido JinYoung cuando su mejor amiga lo necesitaba? No es que no pudiera ayudarla pero nunca había visto a la pequeña ardilla llorar.

—Dime, ¿Te atacaron? ¿Trataron de hacerte daño? ¿Por qué estás tan asustada?

—No... —pronunció ella, sosteniendo la camiseta del chico entre sus puños, mojando la parte del hombro sin consuelo alguno—. Estaba asustada... alguien estaba siguiéndome... corrí, caí... seguía atrás...

— ¿Quién estaba siguiéndote? —la voz de JinYoung se escuchó en la entrada, donde por suerte, el sonido y la gente eran menos.

— ¡JinYoung~! —berreó la chica, separándose de un Mark confundido, para lanzarse a los brazos de su mejor amigo de la niñez.

[***]

Luces, demasiadas...

¿Dónde demonios estaba?... ¿Y la chica? ¿Desapareció?

Su visión era demasiado borrosa, apenas logró conducir sus pies sin tropezarse hasta una casa en extremo brillante.

Gente. Mucha. Por doquier.

Quería vomitar, quería desmayarse. Estaba al límite. Cayó al suelo mientras todos gritaban y el mundo se volvía negro.

[***]

—AhYoung~, tu molesta hermana está allá abajo arruinando la fiesta —Jiyul se apoyó a un lado de ella en la enorme pared del corredor, donde cómodamente la gemela se estaba besando con un chico.

—Eso es mentira. Brooklyn nunca está aquí hoy —respondió ella, casi encima del desconocido.

—Pues JinYoung la está abrazando en medio de la cocina —picó la chica con sorna, bebiendo un poco de su trago como si no tuviera interés en el tema, sabiendo que eso en especial molestaba a su amiga—. Ve a ver la romántica escena si no me crees.

—Permíteme un momento, cariño —le sonrió al chico, tocando con la punta del dedo su nariz con la sonrisa más falsa.

Se separó molesta a confirmar sus sospechas.

No podía creerlo. Había invitado a ese chico para que Brooklyn no lo tuviera esa noche y ¿ahora venía a robárselo de nuevo? ¡Fantástico! Su hermana no era tan tonta como creyó.

Caminó delicadamente por las escaleras llamando la atención por ser la anfitriona y fingiendo en ocasiones que tropezaba, para recibir gestos amables de cada chico atractivo que encontraba a su paso; hasta que su mirada se topó con la escena más tonta en medio de la cocina, podía verlos claramente desde ahí.

—AhYoung, tienes un ebrio inconsciente a mitad del patio. Deberías hacerte cargo —GaEun, su otra amiga, se acercó a susurrarle con asco.

Era de mal gusto tener un borracho tan temprano y para no tener una mala imagen sobre su fiesta, o comentarios de GaEun al otro día, decidió atender eso primero.

[***]

—No está ebrio —comentó Subin cuando estaba de pie a lado del chico junto con AhYoung, mirándolo en el suelo, analizando. Ella enarcó una ceja como diciendo ¿Entonces qué significa ésto?—. No lo sé... llegó justo después que tu hermana y cayó como si se desmayara en el piso. Lo vi con Woohee —pidió apoyo a la otra amiga, quien también estaba ahí.

—Sí, exactamente eso sucedió. Nosotras estábamos aquí afuera y-

—Brook... —murmuró el chico, más en sueños que despierto pero avisando que al menos seguía vivo.

AhYoung rodó los ojos:— De seguro es otro de los zánganos que mi hermana tiene por amigos.

—No lo sé, Youngie~. Se ve más lindo y bonito que todos sus amigos juntos —suspiró WooHee con ilusión al ver el rostro adorable del chico.

La anfitriona suspiró cansada, deshaciendo el cruce de brazos que mantenía sobre el pecho tirando el vaso rojo que aún traía sobre el césped. Debía solucionarlo rápido.

—Bien, ayúdenme a llevarlo dentro de casa... —se inclinó tomando el brazo inerte del pelinegro, para alzarlo junto con sus amigas.

Lo llevaron arriba hasta la habitación de sus padres, donde nadie entraba y tendrían la oportunidad de esconderlo. Lo lanzaron contra la cama y se quedaron esperando hasta que reaccionara.

—Si tan solo estuviese consciente... me comería a este niño hermoso —murmuró Subin mordiendo su labio, recibiendo miradas afiladas de sus amigas—. Mírenlo, de verdad es muy guapo. No pueden negar eso...

—Brooklyn... —jadeó el chico, casi implorando y en la habitación fue más audible.

—Está llamando a tu hermana —murmuró Woohee en voz baja como si no fuese obvio. Aunque AhYoung pensó que hace un momento no escuchó bien, ahora estaba claro.

—Si esto es una broma de mal gusto de la desaliñada de Brooklyn, voy a matarla —gruñó apretando sus puños cerca de los muslos, casi al punto del berrinche.

—Brooklyn —el chico despertó tan repentinamente que sus ojos se encontraron de inmediato con los de las chicas de pie ahí, a los pies de la cama.

Quizá fue porque ahora estaba descansando en una cama y no sentía la presencia de demasiadas personas en un mismo lugar,  que pudo abrir los ojos; aún cuando las chicas no sabían nada y se veían aterradas por su comportamiento.

Las observó con atención, deparando en segundos sobre la chica en medio del trío.

Era la castaña que tanto buscaba... con un vestido muy ceñido al cuerpo que le hizo ruborizarse aún más que el color de la tela.

—Brook... —pronunció en busca de respuestas, de una aclaración sobre que no era un sueño.

Las tres se miraron y murmuraron cosas, desesperándose al último porque no se entendían bien. Hasta que WooHee lanzó a la chica más cerca del joven cuando concordaron en una sola situación.

— ¿S-sí?... Digo, soy Brooklyn. Estoy aquí, cariño ¿Q-qué pasó?... ¿Qué te pasó?

El chico no dijo nada y antes de que su posible espejismo se esfumara, se levantó veloz, la sujetó tiernamente por la cintura y realizó, lo que tanto deseó otorgarle, su primer beso.