Capítulo 26... GongChan...

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Foxie fue ese pequeño cachorro que Brooklyn se encontró en el parque, del que no se hubiese enterado hasta que la encontró escondida entre los arbustos cuidandolo. Esa imagen que le proyectó una chica adorable durante el resto de sus días, porque nunca más podría verla de diferente manera. Ese animalito que lo hizo sentir mal cuando ayudó a su amiga a salir del escondite, para que al regresar con los adultos, las autoridades se lo arrancaran de los bracitos diciendo que lo llevarían de regreso al bosque. Brooklyn lloró hasta la noche como nunca antes; ella quiso conservarlo.

Le mencionó su enorme parecido con el zorro y aunque le molestó al principio, sabía que la chica estaba hablando con sinceridad y cariño, cuando incluso le planteó la idea de que podían ser sus nuevos padres.

Sonrió con la frente pegada a su ventana. Era una idea estúpida pero qué podía esperar de un par de niños en ese entonces. Aún en el presente recordaba la carita de Brooklyn cuando el oficial se llevó al cachorro en una jaula, se sintió en verdad como un mal padre...

La siguiente vez que su madre los llevó al centro comercial, se alegró de que en una máquina de peluches existiera un zorrito igual a ese. El policía les había dicho que el zorro real había encontrado a su familia y les entregó una foto, que seguro ahora no sabía donde estaba su copia pero podía afirmar que la castaña lo guardó de manera meticulosa como la niña que era. Ese zorrito de felpa se volvió su objetivo y aunque se gastó todas las monedas de tres mesadas, logró conseguirlo.

Su madre estaba comiendo un helado con Brooklyn, ya que le contó sus planes y le pidió que le ayudara a saldar la cuenta con su amiga. Se puso frente a ella y le extendió el animalito de ojos de botón.

La sonrisa de la pequeña castaña fue inmensa, que si desde ese tiempo no sintiera que traicionaba su amor-no-declarado a AhYoung, hubiese caído por su amiga un poquito... Foxie era el nombre de ese lindo cachorro, de ese costoso peluche y se volvió su apodo por la semejanza que tenía con la especie.

Diablos... desde entonces se volvió padre de un estúpido peluche. ¡Cuánta responsabilidad!

Sus manos se volvieron puños. Estaba arrepentido de haber terminado su amistad con la más pequeña de los Lee pero ya era demasiado tarde...

[***]

Cuando AhYoung entró a esa casa por tercera vez, no dejaba de ver lo especial y bonita que era. Demasiado ordenada, demasiado limpia. Siempre quiso un lugar así... pero con lo desordenada y desobediente que era su hermana, todo el tiempo habían cosas por la sala y lodo en la entrada.

—Oh, AhYoung llegaste —murmuró la señora— ¿Tu madre te acompaña hoy?

—Buenas tardes, señora —se obligó a hacer una reverencia de 90 grados, aún cuando no le gustaba reconocer que otra mujer que era superior a ella—. No, está un poco ocupada en casa, ya sabe.

—Oh... —la mujer frunció los labios y también el ceño— ¿Entonces vienes sola?

—Eso me temo... —susurró, la mirada severa que ahora tenía la señora, le intimidó un poco. Al sentir que el silencio intimidante se extendió demasiado, agregó:— ¿Podría ver a su hijo GongChan?

—Oh, claro que no... —los ojos de la chica se abrieron con impresión— pero ya he firmado un contrato que me impide prohibirlo, así que sube las escaleras, está en su habitación y deja la puerta abierta, subiré enseguida.

La señora volvió a internarse en la cocina y AhYoung subió las escaleras despacio después de ese extraño suceso.

Cuando llegó al siguiente piso, se dio cuenta de tres cosas: que la puerta de la habitación del chico ya estaba abierta, que este estaba sentado frente a su escritorio estudiando y que curiosamente tenía alguna clase de medicación, porque lanzó lo que parecían ser algunas pastillas a su boca, después de mirar el reloj de la mesa y bebió un poco de agua.

[***]

El regreso a casa fue demasiado agotador, apenas podía caminar hasta el interior de su hogar, ya que estaba sumamente fatigada. Esa cita en casa de los Gong la había desconcertado muchísimo, y más aquella plática que tuvo con el chico castaño. Nunca pensó que sería esa clase de hombre.

— ¿No hay nadie en casa? —cuestionó dn voz alta cuando no escuchó ruido al entrar. Normalmente Brooklyn tendría un escándalo con su música, lo cual iniciaría una entretenida discusión con su madre.

—No. Tu padre dijo que iría por un helado con Brooklyn —respondió su madre justo detrás de ella, también llegaba y se quitó los fastidiosos tacones de sus pies.

—Ya veo... —se sorprendió ella misma al susurrar una respuesta así, pues siempre iniciaría un berrinche para recibir lo mismo que su hermana en ese momento.

"Brooklyn no podría obtener más que ella" esa era su regla, no obstante, después de esa tarde sabía que las cosas iban a cambiar.

[***]

— ¿Y bien?... ¿Qué es lo que te tiene así de triste?

Brooklyn casi escupe su helado al escuchar lo directo que fue su padre con el tema. Incómoda se removió en su asiento.

Estaban en una bonita mesa de madera en el interior del local, algo rústico pero funcionaba para hacer especial esa heladería. Su padre comía despacio su postre mientras la contemplaba con curiosidad.

—Nada... —masculló más para ella misma que con verdaderas intenciones de contestar.

—Pues si fuera un "nada" no hubieses llorado tanto la otra noche... —su padre comió un poco más de helado desviando la mirada, al parecer no quería intimidarla—. Sungwoo me contó todo. Tu pelea con el hijo de los Jung... hum... ¿JinYoung, cierto? —Brooklyn se detuvo en seco y bajó el rostro—. Comprendo que te duele perder una buena amistad después de tantos años, Brook; pero debes saber que ese tipo de cosas suceden y se toman con calma. Cuando las cosas se tranquilicen deberías hablar mejor con JinYoung y pedirle disculpas si a ti te corresponde hacerlo... —¿Cómo decirle a su padre que su mejor amigo no quería verla por su enorme parecido a AhYoung?... ¿Que lo que tenía Jin era un corazón roto por su gemela? — aunque como tu padre sé que ese tipo de cosas no te pondrían así de triste... te esforzarías en solucionarlo rápidamente y no dejarías que te deprimiera. Eso hiciste la vez que perdiste en tu competencia de bicicletas...

—BMX, papá. —ella rodó los ojos.

— ¿Lo ves? Harías exactamente lo mismo con JinYoung, porque desde que eran chiquitos tú te encargaste de alegrar a ese hijo berrinchudo de los Jung...

La castaña sonrió apenas. Una imagen de ella entregandole un carrito de juguete, que JinYoung había olvidado en su casa una tarde anterior, al enojado niño Jung que no quería jugar con nada más en la vida que con ese pequeño auto, hizo que el niño sonriera avergonzado y dijera gracias, delante de sus padres a quien les estaba haciendo el berrinche.

—Así que... ¿Qué es? —la pequeña deseaba desaparecer en su silla, nunca había hablado con su padre de esa forma. Dicho hombre se recostó en el respaldo del asiento para mayor comodidad y mejor visión de su hija— ¿Es un chico? —Brooklyn saltó en su lugar sorprendida y su padre suspiró—. Bueno, creo que ese es un tema que deberías ver con tu madre pero dado el caso que esa mujer está más preocupada en casar a su otra hija, supongo que puedo escuchar... Soy bueno escuchando.

Eso no es cierto, pensó Brook. Siempre estaban al pendiente de su hermana y ella no podía contarles casi nada a ellos dos porque no le pondrían atención.

—Sé lo que estás pensando, Brook. No es así, siempre he estado al pendiente de ti también... ¿Quién crees que firma tus calificaciones? Así que prepárate, porque finalmente vamos a tener una larga charla tu y yo...

[***]

"No sé qué clase de persona eres. No sé porqué actuaste de esa forma la primera vez que te vi. Tú lo sabías todo ¿Por qué jugaste así de sucio?... No puedo imaginar tus razones para lastimar a Brook. Nuestra relación. Eres sumamente desagradable. Es claro que ni siquiera me gusta este maldito convenio matrimonial pero no me puedo salir. Así que no esperes nada de mi, porque desde este momento te aseguro que estoy completamente enamorado de tu hermana Brooklyn."

Esa noche AhYoung no pudo dormir.

My Cute Secret Boy -GongChan- B1A4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora