Capítulo 13... GongChan...

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Asustado, así lo encontró la siguiente vez que allanó su casa.

No, era más que eso, GongChan lucía aterrado. Tan aterrado que se refugió en la esquina de la cabecera de su cama en una posición casi fetal.

Al parecer, un paso para ella, significaban dos pasos atrás para GongChan.

Y todo había comenzado por un simple comentario "Salgamos de nuevo esta tarde, GongChan ¿Te parece?".

Suspiró ¿Por qué siquiera pensó que todo iría bien con la experiencia de salir fuera?

—Lo lamento tanto, en serio —frunció el ceño mortificada, no quería poner la situación del chico más grave todavía.

—Tengo demasiadas heridas y moretones en la piel... —susurró él, con tristeza en sus ojos—. Pesadillas.

Quizá la vida de Brooklyn resultaba demasiada agitada para alguien tan cohibido y cuidado como GongChan.

Se sentó despacio en la esquina de la cama, haciendo figuras imaginarias sobre la colcha con demasiado pesar.

¿Por qué era tan difícil interactuar con un chico así? ¿Por qué ahora? ¿Por que justo con el chico que le hacía sentir demasiado... diferente?

—No esperaba que lo tomaras así... —su voz cayó algunos tonos. Se sentía justo como sus padres rechazando sus gustos por el deporte y la presión en su pecho, estaba presente de nuevo—. No volveré a hacerlo —el deja vú cruzó sus labios, con la misma lástima que en aquella ocasión.

—Brooklyn... —murmuró ChanShik al notar su expresión.

Ella era tan transparente que no fue complicado leer sus sentimientos.

—No, no. Está bien —suspiró ella, reprimiendo el nudo en su garganta.

Era increíble que proyectara el constante rechazo de sus padres, con ese chico. La forma en que su madre la miró, como si fuese lo más malo del mundo y la decepción en el rostro de su padre.

—Probablemente, no fue lo mejor para empezar —suspiró él, resignándose a la próxima frase que diría—. F-fue agradable sa...lir contigo... p-pero no p-puedo manejar al...go así...

Y no mentía, ni siquiera sabía si su enfermedad se había curado por completo; aunque no parecía mejorar cuando las pesadillas lo atacaban todas las noches desde esa tarde; muchas de ellas, relacionadas con la pequeña, de como la perdía, de cómo le hacían daño y no podía evitarlo, de lo que le dirían al estar con alguien como él, de lo que ella haría al enterarse.

—Lo entiendo —ella se levantó con una sonrisa lastimera—. Entiendo cuando te rechazan.

Pero ChanShik ni siquiera entendía cómo se hacía eso y una vez más, Brooklyn tomaba sus cosas, dispuesta a marcharse.

— ¡No!

GongChan se aventó sobre la cama, para lograr detenerla, sin esperar que lo lograra al sostenerla del uniforme. Sus mejillas ardieron, aún no se acostumbraba a verla portando aquello. Por suerte, sólo tomó el suéter de éste

—Q-quiero salir... c-conti...go...

Los ojos de la chica se abrieron con sorpresa y él se limitó a aplastar la cara contra el colchón.

¿Así se hacía? ¿Lo hizo bien?

[***]

Brook se odiaba en ese momento, porque no tenía idea de lo que la gente normal hacía en una cita.

Diablos, ¿éso era una cita? ¿Cómo demonios saberlo?

El chico era tan inocente que seguro no sabía lo que eso significaba y ella, que debía ser la guía tampoco había estado en una. El silencio incómodo sólo siguió instalándose ahí para entonces.

—Brooklyn, no me siento cómodo... —el chico rompió el silencio, su tono de voz alarmando a la bajita.

Se detuvo cuando percibió que el pelinegro lo hacía.

Se golpeó mentalmente al notar al chico mirando el paisaje con temor y ella sólo se había mantenido viendo las puntas de sus tenis en todo momento.

— ¿Estás bien? —intentó buscar la mirada cabizbaja del joven, pero él se negó a verla y se limitó a mover la cabeza en respuesta— ¿Quieres regresar a casa? —se opuso nuevamente— Ahm... ¿Quieres sentarte? —asintió lentamente—. Hay un parque aquí cerca-...

—No... —jadeó con esfuerzo, estaba usando todas sus fuerzas para controlarse y no caer en pánico—. Hay d-demasiada... gente...

Por instinto, Brooklyn buscó cualquier opción. Una pequeña cafetería estaba enfrente. Pequeña y cálida. Funcionaría.

Hizo avanzar al chico hacia ella y lo sentó en la primer mesa que vio vacía para tranquilizarlo. Debió ser demasiado para GongChan, ver tanta gente desconocida, cuando estuvo tanto tiempo confinado a cuatro paredes de una habitación.

— ¿Te asusta mucho? —se sentó mirándolo a los ojos e intentó no expresar sus miedos para no empeorarlo todo.

— ¿Qué les ofrezco? —la amable mesera se acercó, interrumpiendo a GongChan antes de que siquiera contestara.

Éste se paralizó enseguida y se mantuvo mirando fijamente a su acompañante.

—D-dos chocolates... eso estaría bien... —balbuceó Brook, la mirada del chico resultaba penetrante y desconcertante.

— ¿Algo para acompañar? —la castaña usó todas sus energías para apartar la mirada del otro, dirigirla a la mesera y negar pero antes de que terminara el gesto, GongChan ya sostenía su mano sobre la mesa, presa del miedo que la gente del lugar le producía.

La mesera le sonrió a Brook pensando que ambos estaban en una cita y se alejó rápido por ello.

El gesto fue la fuente de la corriente eléctrica, que envió una descarga por todo su cuerpo. Primero miró el agarre y después, inevitablemente se perdió en los ojos del chico.

—Brook, estoy asustado... —sus ojos corroborandolo—. D-demasiada gente... T-todos... Y-yo...

—GongChan, tranquilo —su pulgar acariciando el lomo de la mano ajena para calmarlo—. Estás seguro aquí. Nadie te hará daño. No todos son malas personas. Yo no soy una mala persona ¿o sí?

Algo pareció romperse dentro de la cabeza de ChanShik... algo bueno...

—Sí... p-pero sólo t-tú —suspiró profundamente—. A-alguien tan p-pequeña y linda no puede ser muy fuerte e inmune ¿cierto?

Brooklyn abrió los ojos con sorpresa, esas palabras siempre la congelaban en el momento menos oportuno.

—N-no puedo estar... a-aquí...

Él quería protegerla a ella.

— ¿Por qué te asustas ahora? Antes, con los chicos, no te veías tan impactado

—E-es que... a-antes n-no me i-importaba n-nada más... q-que cuidar... que a-alguien n-no se te acercase demasiado...

Las mejillas de ambos se encendieron en un tono muy fuerte y nadie pronunció nada hasta que la mesera llegó con los chocolates calientes.

My Cute Secret Boy -GongChan- B1A4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora