¡ERES MI MEMORIA! © [✔️] ENEM#2

30. Vamos a ser papás

Nicholas'S

Sonreí de costado al ver las pequeñas pataditas de mi hermano. Pasé mi mano suavemente por el vientre de mi madre, y la miré de reojo.

-Estoy muy feliz mamá - dije sonriendo de oreja a oreja.

Ésta acarició mi cabello y me dio un beso en la frente - yo también cariño.

Me levanté lentamente, y estire mis brazos - ¿quieres un vaso de agua? ¿algo para comer?

-¿¡Pan recién horneado?! - grito mi padre desde la cocina.

Alcé mis cejas al ver humo negro por todas partes.

-¡Richard! ¿¡que te he dicho?! - dijo mientras se paraba molesta.

Me senté en el sillón, y me crucé de piernas, ésto será divertido.

-Amorcito mira, es pan - dijo papá como si hubiera descubierto un tesoro.

Rodé mis ojos y largué una carcajada.

-¿Qué es ese olor? - dijo Eli mientras bajaba las escaleras con una mueca, tapando su nariz con los dedos.

-Papá hizo pan - dije mordiendo mis labios.

Abrió los ojos - ¿que hizo qué? - dijo mientras se sostenía de la baranda.

La miré extrañado y me levanté del sofá - ¿qué te pasa? ¿estas bien?

Eli cerró sus ojos y llevo su mano a la frente - si, debió ser que bajé rápido las escaleras, estoy bien.

La miré de reojo y me cruce de brazos - si, claro.

Mamá apareció por la puerta con la cara totalmente roja - pareces un niño Richard. Cuando venga Aaron ¿que haré? ¿cuidar a dos niños?

Aguanté una risa, por lo que tuve que taparme la boca.

-No, no, no - dijo papá alzando sus manos - lo siento Elena, yo sólo quise hacer pan para ti.

-Ow que romántico - dije mirando a Eli esperando a que me siguiera la broma, pero en lugar de eso, se quedó mirando fijamente un lugar.

Papá me fulminó con la mirada y me arrojó ojos guantes de cocina en la cara.

Pero eso no hizo nada como para sacar la vista de mi hermana. Una punzada llegó hasta la boca de mi estómago, y fue allí donde corrí hasta ella para tomarla en mis brazos, antes de que callera al suelo.

-¡Elizabeth! Oh Dios - dijo mamá corriendo al lado mío.

-Iré al auto, ustedes traiganla.

Asentí rápidamente, y volví mi vista a su rostro pálido. Escalofríos comenzaron a recorrer todo mi cuerpo, y una sensación de miedo me invadió por completo.

-Vas a estar bien - fue lo único que logré articular.

El ruido de las bosinas, me hicieron reaccionar y salí lo mas rápido que pude con Eli en brazos. Me acomodé en los asientos traseros, al mismo tiempo que mamá se subía al asiento copiloto totalmente alterada.

-¡Vamos! - dije desesperado.

Por más que el hospital quedara a tan sólo unos minitos, lo sentí como una eternidad, el viaje más largo que hice en toda mi vida, con Eli en mis brazos pálida e inconsciente.

Una vez allí, mi padre cargo a Eli para que yo pudiera bajar, y ayudar a mi madre a que no se cayera.

-¿Que ha pasado? - dijo el médico de guardia, mientras lo guiaba a mi padre hacia una camilla.