No te odio (Zayn Malik y Tu) (Book #2)

Capitulo 3

Capitulo 3

—1470 libras.

Me di vuelta a la voz de Eleanor que venía detrás mio. Eso no podía ser cierto. Solo había pasado un día. No podía haber tantas chicas idiotas. Eso era una locura. Zayn había faltado hoy y todavía no se enteraba de lo que ocurría. O quizás Liam ya le haya dicho. No lo sé. No quería estar cuando llegara otra vez al instituto. Sería una locura y más si era todo ese dinero. ¿No sabían que Zayn no se acuesta con las mujeres que ya estuvieron con él? Esas no tendrían oportunidad. Ni una sola. Si es que Zayn no me mentía sobre eso. Lo cual lo encontraba incapaz de eso porque todo el mundo lo sabía.

— ¿En serio?

—Sí. Hay alrededor de 30 chicas están anotadas. Pero creo que fue porque el papel era muy pequeño. Hoy ha colocado tres más pero fue hace menos de cinco minutos. Ven vamos a ver. Quiero anotarme.

Se rio y tiro de mi brazo llevándome corriendo a donde estaba el tumulto de chicas.

— ¿Pero tú no estás con Josh? —le pregunte mientras esperábamos a que se corrieran.

—Sí. Pero Zayn me conoce y puede decir que es cierto que nos acostamos juntos. _______ quiero ese dinero. ¿Sabes cuantos cafés de Starbucks podría comprarme?

Rodé mis ojos mientras me apoyaba en un casillero y bostezaba. Había nerds y raras anotándose. También había una que otra rebelde. ¿Es que a nadie no le gustaba? Hasta yo había caído. Debía tener algo ese chico. Quizás era la sonrisa. O su mandíbula. Debía ser la mandíbula que tenía. También ese aire misterioso lo hacía interesante. Tenía apariencia de chico malo. ¿Qué chica no le gustaría tener a un novio malo? Era como una fantasía de cualquier chica con cerebro dañado. Porque si las mujeres fuéramos inteligentes no nos iríamos con los chicos que son malos para nosotras.

—Bien chicas. Aléjense un poco tengo que poner más hojas porque se llenó las dos listas.

Amanda saco las hojas y coloco otras dos nuevas. Ósea si en cada hoja había para treinta personas eso llevaría a que eran 90 chicas. Y todavía faltaban todas esas. Sonó la campana pero ninguna se movió.

—Vamos, Ele. Te anotas en el próximo receso.

La empuje y me la lleve a clases. Todo paso normal en mis clases. Mis compañeras hablaban de la apuesta y los varones estaban frustrados porque toda la multitud femenina estaba interesada en solo un chico y no como era antes. Después que se acostaban con Zayn estaban los otros y ellos se sentían bien. Pero ahora que todo se basaba en él, nadie prestaba atención a la parte masculina del instituto. Yo, por mi parte estaba con los chicos recordando como jugábamos antes. Ninguno hablo de la apuesta ni de Zayn. Solo ignoraban su alrededor. Mis amigas estaban también hablando de la apuesta ignorando a los varones que eran sus novios. Y que ellos podrían estar celosos por ello. Pero ellas no parecían notarlo.

Cuando la campana sonó, las chicas me sacaron de los chicos y me llevaron a rastras hacia la entrada. Como las demás chicas de otras salas estaban haciendo.

—Oh mi Dios. ¡Chicas! —chillo Caitlin. —La apuesta subió a 4560 libras. Bien. Me anotare y yo agregare—puso una mano en su barbilla y luego sonrió escribiendo. 150 libras. Es que estas chicas estaban locas.

Trate de salir del montón mientras recibía codazos. Finalmente me tambalee y llegue a donde no había nadie. Esta era una pésima idea.  Todas las mujeres se hallaban en conflicto y eso solo daba a peleas. Y las peleas nunca acababan bien.

***

Un mes ha pasado del día donde las chicas se anotaron y Guadalupe aposto más 1000 libras. O ella era estúpida o su dinero no le importaba. La apuesta seguía su curso. Zayn se había acostado con nadie y tampoco había dicho que le ocurría. La apuesta se había extendido hasta chicas de otros institutos y llegaban a las 25500 libras. Muchísimo dinero. Habían algunas que habían renunciado pero su dinero se había quedado. No había vuelta atrás con la apuesta. Pero yo no estaba preocupada por eso. Zayn cada vez estaba más y más delgado. También estaba más débil y lo bajaron del equipo poniéndolo a un puesto antes que el de suplente. Se convirtió en una persona fría y solo pasaba el tiempo con los chicos, que debes en cuando le sacaban una sonrisa. Hoy por fin era el juego más importante del instituto. Estábamos en la final y todos estábamos emocionados.