A mitad de la clase, el rector había interrumpido y el profesor tuvo que detener sus explicaciones acerca de lo que veríamos durante el semestre. Me quedé sentada en mi lugar platicando tranquilamente con Ivy mientras nuestro nuevo profesor hablaba con el director, nadie le daba mucha importancia a la conversación. Algunos platicaban, otros se la estaban pasando en el celular y algún que otro flojo de primera se había quedado dormido encima de su banca. Qué sorpresa.
Todo parecía normal y yo solo me dedicaba a escuchar a mi mejor amiga, que estaba sentada a lado de mí, el asiento se había desocupado. Ella hablaba animadamente acerca de lo que había hecho en el viaje que hizo en las vacaciones.
-Entonces llegué al auto con mi madre y vimos que había una pareja en el techo tomando el sol! Estábamos a unas cuadras de la playa y ellos solo dijeron que había mucha gente! Qué clase de sub normales eran?!- explicaba mientras hacía movimientos con las manos.
Trataba de aguantarme la risa por lo ocurrido, ya que tampoco era extraño, a ella siempre le ocurrían cosas parecidas a donde fuese.
Seguía escuchándola atentamente cuando la sensación en mi nuca regresó, un escalofrío subió por toda mi columna vertebral haciendo que temblara. Era como si el mundo se hubiera detenido, busqué entre los distintos rostros pero ninguno parecía fuera de lo normal hasta que voltee a los asientos de atrás. Él estaba ahí, a tres lugares del mío, el mismo chico del pasillo, me veía atentamente y cuando nuestras miradas se unieron sentí una corriente eléctrica recorrerme completamente desde la punta de mis dedos. Esos ojos eran aún más profundos y hermosos de cerca. Vi como una sonrisa ladina se le formaba en los labios, dio un pequeño mordisco a su labio inferior con descaro. La sensación de peligro me invadió, podía derretirme en ese momento. Fue Ivy la que me trajo de vuelta a la realidad.
-Oye, que sucede?- habló mientras miraba a la misma dirección que yo.
-Eh? Ah, nada- contesté mientras trataba de apartar mi vista pero algo me obligaba a no hacerlo.
Él no me quitaba la mirada de encima, me sentía un poco ansiosa e intranquila aunque no sabía exactamente el porque. Se levantó tomando una mochila bastante desgastada y se acercó a nosotras sentándose en el lugar vacío detrás mí.
-Buenos días, señoritas- habló, su voz profunda y seductora hizo que mi corazón diera un brinco en mi pecho.
-Buenos días- contestó Ivy de manera coqueta.
Iba a hablar pero las palabras parecían atorarse en mi garganta así que carraspeé un poco y sentí el nudo deshacerse.
-Hola- susurré.
-Soy Jack, un placer- sonrió coqueto -y ustedes, preciosas?
-Ivy y la amargada de aquí es Emily- ella no tenía ningún pudor para coquetear con un desconocido.
Creí ver que la sonrisa de él se ensanchó ligeramente al escuchar mi nombre. Tenía una mirada cazadora y ahora éramos su nueva blanco.
-Que hermosos nombres- habló mirándome -bueno, Ivy y Emily, me alegro de que tengamos este par de bellezas en el salón.
-Bien chicos, lamento la interrupción, daremos inicio a la clase- escuchamos la voz del profesor.
Nadie se había percatado en qué momento el director se había ido.
Todos empezamos a prestar atención y saque mis cosas para tomar nota terminando así con la platica con el joven de cabello oscuro. Aunque toda la clase sentí que Jack no dejaba de observarme, la aguja siguió clavada en mi nuca.
Terminó la clase y todos salieron rápidamente. Tome mis cosas para dirigirme al siguiente aula que se encontraba del otro lado del edificio. Ivy iba caminando a lado mío y cuando sentí un codazo de parte suyo fue que la voltee a ver.
-Ahora que hice?- dije sobando el lugar donde había recibido el golpe.
-Desde cuando miras a chicos ardientes dentro de un salón de clases?- alzó una ceja, curiosa -tú nunca los notas pero ahora tú eras la que no le quitaba la mirada de encima, aunque no me quejaré, no estaba para nada mal, me hubiera pasado algo similar.
-Oye oye, relájate, solo fue curiosidad y no lo miré por mucho tiempo, exageras- sentí un pequeño calor en mis mejillas pero jamás admitiría que estaba avergonzada.
Aunque Ivy no iba a permitirme pasarlo por alto.
-Estás roja- sonrió divertida -te gusto ese guapísimo hombre?
-Ay por favor, cállate- lleve una de mis manos a un mechón rebelde en mi frente y lo lleve detrás de mi oreja, era un pequeño gesto que hacía para desviar mi vergüenza.
Unos anchos brazos nos envolvieron por los hombros, ambas nos sorprendimos, y el culpable apareció en medio de nosotras.
-Pero si son las damiselas que conocí esta mañana, parece que compartiremos las mismas clases- sonreía de lado y apretó su agarre.
-Bueno, parece que la universidad será más divertida de lo que planeaba- dijo coqueta Ivy y después dirigió su mirada a mi -tú qué opinas Em?
-Yupi- conteste con tan seco como pude.
-Oh vamos preciosa, no seas así, nos divertiremos mucho- el tono que usó lo hizo parecer una insinuación.
Tome su muñeca y lo alejé, aún así me quede a lado de ellos.
-Lo siento, tu idea de diversión y la mía son muy distintas.
-Tranquilo, siempre es así con las personas que acaba de conocer, solo dale tiempo a que se relaje- dijo Ivy dándole ánimos a Jack.
Así pasaron el resto de las clases, él permanecía junto a nosotras, hablábamos de algunas cosas pero procuraba no entrometerme a menos que me preguntaran algo. Jack me causaba nerviosismo y no iba a ignorarlo. Guardaría distancia hasta que mi inquietud desapareciera, si es que lo hacía.
El primer día terminó, los tres nos dirigimos a la salida, ellos dos seguían hablando de cualquier cosa.
-Pues el primer día fue aburrido como siempre, no entiendo por qué nunca me dejas faltar- dijo Ivy con un tono acusatorio.
-Es mejor a qué te quedes en casa para pasártela viendo series- contesté -te van a crecer hongos, aparte ya nos asignaron un ensayo.
-Pero preciosa, es para el viernes, no te apures- Jack le restó importancia, lo cual me irritó un poco.
Solté el aire lentamente, todos los demás estudiantes armaban un revuelo total por ser el inicio de clases. Miré a Byron apoyado en un árbol afuera del edificio. Cruzamos nuestras miradas y sonrió, se acercó, me abrazó levantándome del suelo y dio una vuelta. Me bajó mientras ambos reíamos.
-Hola, cómo les fue?- alternó la mirada entre los otros dos y yo.
-Bien, fue mucho más tranquilo de lo que esperé, a ti cómo te fue?- dije sonriente.
-Es la primera vez que la veo sonreír- Jack me miraba como si estuviera creciéndome una segunda cabeza.
-Es que todavía eres un desconocido- contestó mi amiga.
Voltee los ojos y suspiré. Ambos juntos eran una mala combinación, se la pasaban molestando la mayor parte del tiempo con comentarios de que era bastante seria o aguafiestas o enojona o tosca.
-Y tú eres?- preguntó Byron mirando a Jack con el ceño fruncido.
-Byron, él es Jack, nuestro nuevo compañero de clase; Jack, él es Byron, amigo de la infancia- los presentó Ivy, vio que yo no tenía la intención de hacerlo.
-Un placer- dijeron al mismo tiempo pero ninguno parecía sentirlo en realidad.
-Bueno, que les parece si vamos a tomar algo? Vamos a conocer el Campus- mencionó Jack.
-Me parece genial!- contestó de inmediato Ivy dando pequeños aplausos.
-Creo que yo paso, me siento cansada- negué y mire a Ivy con cara suplicante.
No mentía del todo, quería llegar a mi casa lo más pronto posible aunque también era para no estar cerca del inquietante chico mucho más tiempo.
-Buuu, vamos, será divertido- abucheó Ivy.
No cedería ante la cara de mi amiga pero me derrumbó poco a poco y creí que caería. Hasta que mi salvación apareció.
-Qué les parece si la llevo a su casa mientras ustedes se divierten?- Byron me abrazo por los hombros.
-Claro! No suena mal!- secundé su propuesta enseguida.
Ivy y Jack se quedaron viendo entre ellos mientras que en mi interior yo les estaba gritando: "Digan que si, digan que si! No me pueden obligar a quedarme!"
Mi mejor amiga suspiró resignada.
-Está bien, ve a descansar y a hacer tarea, yo me quedaré un poco más- lucía comprensiva con una dulce mirada en el rostro -te la encargo mucho Byron, le haces algo y te juro que despertaras en el fondo de un lago.
Byron y yo asentimos con una ligera sonrisa, ellos comenzaron a caminar y vi que se dirigían a una moto Harley. Levante una ceja, sonreí de lado y puse mis manos a cada lado de mis labios tratando de que mi voz se escuchara un poco más.
-Así que tú eres el idiota!- dije casi gritando divertida hacia Jack.
Este volteo a verme, parecía sorprendido pero se recuperó y con una sonrisa coqueta me guiñó un ojo.
-Si te lo decía lo más probable es que no me hablaras, muñeca- respondió divertido.
Él era atrayente, por eso mismo tenía que mantenerme al margen. No era tan sencillo.
Los vi alejarse en la moto de Jack, supuse que después regresarían por el auto de Ivy. Giré a ver a Byron que solo miraba la escena con un rostro neutro, toque su brazo para indicarle discretamente que podíamos marcharnos, él lo comprendió con una sonrisa y nos dirigimos a su auto.
El camino fue muy tranquilo, hablamos sobre cualquier tema que se nos viniera a la cabeza. Que hicimos durante los últimos años o gustos o anécdotas divertidas, en ningún momento nos quedamos callados.
Llegamos a mi casa, era un poco antigua con sus detalles góticos que llamaban bastante la atención. Iba a bajar cuando sentí que Byron me tomaba de la muñeca, fue un poco brusco, me sorprendió y voltee a verlo inmediatamente.
-Sucede algo?- pregunté mientras alzaba una ceja.
-Solo quería decirte que...- hizo una pequeña pausa para pensar bien en sus palabras -quería decirte que tuvieras cuidado con ese tal Jack, me inquieta de algún modo.
Me sorprendí, él había sentido algo similar a lo que yo sentía? O como diría Ivy, serían celos?
No lo sabía con exactitud pero tenía que ser precavida y mantenerme algo distante. Eso quería. O no?
Después de aquella advertencia, nos despedimos y entré a la casa, me dirigí a mi cuarto. Me quité los zapatos para lanzarme a la cama.
El cansancio comenzó a pasarme factura, estuve pensando en el chico desconocido hasta que caí dormida.
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Mi Amado Demonio
RomanceEl amor. Un sentimiento tan maravilloso y mágico. Pero todo lo maravilloso tiene su lado oscuro. El amor es como una rosa, hermoso pero no se pueden ignorar las espinas. Emily no tenía en sus planes enamorarse y tampoco dejaba entrar a las personas...