Capitulo 6

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El resto de la semana transcurrió en un instante. Tranquila y sin problemas. Comencé a trabajar, no era complicado. Tenía que ordenar libros, ayudar a algunos estudiantes para encontrarlos y a veces tenía que dar tutorías sobre el funcionamiento de las computadoras, no estaba mal. Jack me esperaba todas las tardes para llevarme a casa. El ambiente entre nosotros cambió mucho desde aquel día. Él era más cercano a mi, Ivy se dio cuenta y cada vez que podía ponía un pretexto para dejarnos solos. Jack era divertido y a veces le gustaba molestarme pero era agradable tenerlo a mi lado, muchas veces parecía querer más de mi y no me molestaba; me resultaba atractivo y tentador.
Ivy todavía me llevaba por las mañanas y varias veces insinuó lo mío con él, parecía que hacía lo posible porque fuéramos más  que amigos aunque no estaba segura de ello. En algún punto, también comencé a decirle que ella estaba más tiempo con Byron, parecía no molestarle la idea.
Ese viernes, las clases terminaron un poco antes gracias a que los exámenes y los proyectos se acercaban, por eso algunos profesores preferían dejarnos libres para trabajar.
Los cuatro nos sentamos en un lugar de la cafetería para descansar un poco del estrés de la semana, después nos concentraríamos en estudiar y trabajar.
-Agh, odio el final de los parciales, mucho estrés no es bueno para mi piel- Ivy recostó la cabeza en la mesa y soltó un largo suspiro.
-De que hablas? Tu piel parece trasero de bebé- sonreí.
-Tiene razón, es muy suave- secundó Byron, le hizo una caricia en la mejilla.
Esperaba no ser la única que notó ese aire cariñoso que flotaba entre los dos, resistí el deseo de sonreír por la adorable escena.
Un pellizco no tan cariñoso en la mejilla me trajo de vuelta al mundo.
-Tú cállate, señorita tengo la piel perfecta sin darle importancia- Ivy hizo un puchero.
Me solté y acaricié la zona adolorida .
-Eso fue innecesario.
-Pero tiene razón, tu piel es muy linda- comentó Jack.
Me sonrojé y tape mi rostro, quise de ocultar la vergüenza por el empalagoso halago que soltó sin pena frente a los chicos.
-Ay dios, no digas cosas tan cursis.
Escuché las risas de los tres, les iba a dar un golpe a cada uno si tenía oportunidad.
-Por cierto, que no llego un nuevo profesor a tu clase, Byron?- comentó Ivy.
-Si, creo el anterior tuvo un accidente y lo reemplazaran por un tiempo, aunque no estoy seguro  de que fue lo que pasó, algunos dicen que lo atropellaron- habló un despreocupado Byron.
-Eso suena horrible, ya conociste al nuevo? Cómo es? Es muy serio?- pregunté
-Ustedes parecen muy interesadas- respondió.
-Escuché que puede ser que nos dé alguna clase- dijo Ivy.
-Pues realmente no sé muy bien cómo es pero escuché que es aterrador-.
Después de ese interesante charla, Jack y yo tuvimos que despedirnos de ellos para que me llevará a la biblioteca.
Una vez afuera de mi trabajo, Jack y yo nos quedamos un momento para hablar.
-Bueno, entonces pasare por ti al final de tu turno y tendrás la mejor cita de tu vida- aseguró Jack.
-Ya veremos qué tan cierto es lo que dices- sonreí -intentaré salir más temprano, si es así te mando un mensaje.
-Me parece perfecto, preciosa- me tomó de las mejillas y me dio un beso en la frente -no vayas a romper nada.
El calor se concentró en mi rostro y mi corazón golpeó con fuerza en mi pecho, casi podía escucharlo en mis oídos. Traté de mantener el control, me separé .
-No hagas eso- susurré.
-Por qué no?- parecía satisfecho. Quería provocarme un infarto.
-Simplemente no lo hagas- caminé al edificio.
-No hay besito para Jack?
"Solo quiere sacarte de quicio" pensé.
Lo miré, besé la punta de mis dedos y le "mande" el beso, él sonrió.
-Ahora shuu, que tengo trabajo.
Entré al edificio y comencé a morirme de la vergüenza a solo unos pasos de la puerta, que estaba pasándome?
Después de esa escena fui al cuarto de empleados y me encontré con mi compañera de turno.
-Hola Karen- sonreí amable mientras me cambiaba a mi uniforme.
Ella era una estudiante que casi terminaba la carrera y trabajo por bastante tiempo ahí, fue la encargada de darme las lecciones de preparación para realizar mi trabajo. Era bastante amable y suave al hablar, su rostro redondo, sus pequeños ojos azules y sus finos delgados la hacían ver infantil; tenía su cabello rubio agarrado en una coleta, era tan menuda y mucho más baja que yo. Una pequeña muñequita de porcelana.
-Hola Emily, como has estado?- me mostró sus perfectos dientes blancos.
-Bien, algo cansada por los exámenes.
-Son horribles, los odio- soltó una risilla tierna -oye, eres la novia de Jack Gotham?
-Vaya, parece que él es bastante popular- en realidad no era tan extraño.
-Claro que si! Es todo un bombón!- su emoción me resultó divertida.
-Pues en realidad somos solo amigos, nos conocimos por estar en la misma clase y ya, no es nada del otro mundo- amarré mi cabello en una coleta alta.
-Ya veo, pero...- pausó y yo voltee a verla -ustedes están mucho tiempo juntos, se ven felices y hacen una linda pareja, hoy vi la graciosa escena que montaron acá afuera.
Mi alma salió de mi cuerpo por un instante y un grito quiso estallar en mí, quería que la tierra me tragara.
-Te pusiste roja- escuché la voz risueña de mi compañera.
Cubrí mis mejillas. La vergüenza hizo que frunciera el ceño y un puchero.
-Está bien, lo dejare por ahora pero quiero más detalles la proxima vez- hizo un guiño y salió del cuarto.
La seguí un poco más relajada y preparada para iniciar.
Ese día la biblioteca estaba tranquila, era normal que fuera un lugar silencioso pero ese día había menos personas de lo usual, tal vez por ser el último día de la semana. Estuve acomodando varios de los libros que se devolvieron ese día, solo tuve que dar una tutoría para las computadoras y hubo un momento en el que pude darme un tiempo para leer un libro de suspenso.
-Oye, Em, hay un señor en el mostrador, podrías atenderlo? Estoy acomodando la sección de medicina- me pidió Karen.
Cerré el libro y lo lleve conmigo hasta el mostrador, me puse detrás de él y miré al hombre que estaba en frente mío.
-Buenas tardes, en que podría ayudarlo?- hablé con formalidad.
-Hola, pequeña, me podrías decir dónde puedo encontrar algún libro de mitos y leyendas?- respondió.
El hombre vestía un pulcro traje de etiqueta, sobresalía, se veía elegante y su permanente sonrisa era un poco escalofriante.
-Claro que si, se encuentran en la sección 5 que se esta en la parte de arriba, aunque no tenemos muchos de ellos- dije mientras veía el ordenador encima de la recepción.
El hombre no se fue a buscarlo sino que se quedó para observarme con la misma sonrisa, me sentí incomoda.
-Gusta que lo acompañe a buscarlo?- sugerí.
-Perfecto.
Salí de atrás del mostrador y caminé a las escaleras del segundo piso, él me seguía desde muy cerca, no pude evitar ponerme ansiosa, algo no me dejaba estar tranquila.
-Eres muy linda, te lo habían dicho?- habló cuando llegamos al segundo piso.
Me dirigí a uno de los estantes más grandes.
-Algunas veces- respondí cortante.
-Eres popular aquí?
Me reservé mi respuesta mientras buscaba el libro con prisa, quería que me dejara tranquila. No me gustaba su interrogatorio.
-Eres una amiga de Jack?
Mi plan de ignorarlo se fue por el drenaje y lo miré. Ese hombre nos había visto juntos y ahora quería hablar conmigo como si fuera un amigo mío.
-Es algún conocido de él?- alcé una ceja.
-Eres su novia o algo así?- comenzó a colmar mi paciencia.
-Disculpe pero creo que esas preguntas son personales y no tengo porque respoderlas.
Hubo un pequeño silencio y regresé a buscar en la estantería.
-Lo siento, solo quería advertirte sobre él- su voz no sonaba muy arrepentida -no te le acerques mucho o podrías ser arrastrada a la oscuridad, no sería bueno arruinar el futuro de alguien tan prometedora y joven solo por estar junto a alguien equivocado.
-A qué se refiere?- me giré a verlo con varios libros en los brazos.
Los deje caer y estos provocaron eco en el solitario piso, el hombre ya no estaba ahí.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo como una corriente eléctrica, mis vellos se erizaron y hacía más frío en la habitación de la que recordaba. Me abracé, tomé aire y lo deje ir lento para darme valor, me lancé a buscar a ese hombre.
Debía de estar por ahí, no?
Me sentí asustada, algo no estaba bien. Miré alrededor pero no había nadie, caminé hacia un pasillo pero nada, fue lo mismo en los demás, ningún rastro. La luz ya no pasaba a traves de los ventanales, lo unico que iluminaba eran las lamparas del techo pero parpadeaban con frecuencia y no se escucchaba ruido en los otros pisos. El mundo desaparecio y solo existía ese horrible lugar. El frío me caló hasta los huesos, frotaba las manos en mis brazos para darme calor y veía la nube de vaho salir de mi boca, tenía los labios partidos. Los pasos eran lo unico que se escuchaba.  Las palabras del hombre resonaron en mi oído, una y otra vez, tenía miedo. No quería arruinar mi futuro? Qué quiso decir?
Di unos pasos más y me detuve, el cuarto comenzó a oscurecerse. Sentí el panico hormiguear en mis venas y corrí hacia las escaleras, la oscuridad me perseguía de cerca, me atraparía. Mis piernas se movían lo más rapido que podían. Mi respiración agitaba me quemmaba los pulmones. Las escaleras se alejaban de mí. Choqué con algo y unos brazos rodearon mi cuerpo para evitar que cayera.
-Hey Em, qué pasa?- preguntó Jack preocupado.
Miré hacia atras pero todo se encontraba iluminado y los libros seguían desparramados en el suelo. Una alucinación?
-Emily- él volvió a insistir.
No contesté y lo abracé con fuerza. Alivio. Alivio de sentir los brazos de Jack, suficiente para sentirme segura. El calor con el que me envolvió hizo que olvidara el frío de hace unos momentos. Tenía ganas de llorar, el nudo apretaba mi garganta y no podía hablar. Su aroma fue un calmante para mi corazón aterrado. Estuvimos un tiempo así hasta que me relajé. Me separé apenas para mirarlo.
-Estoy bien, creo que solo estoy algo cansada- volví a apoyar mi cabeza en su pecho, escuchaba sus latidos -qué haces aquí?
-Vine a buscarte, no salías y tu compañera me dijo que no sabía dónde estabas, tu turno terminó hace diez minutos- me miraba preocupado.
Abrí los ojos sorprendida y me separé de él. Revisé mi celular para confirmar, tenía razón, ya eran más de las 7 de la tarde. Había perdido dos horas en un par de minutos. Como era posible?
-Lo siento, debo estar bastante cansada- caminé a libros para recogerlos.
Me hinqué para poner orden, en todo momento sentí la mirada del chico en mi espalda. Coloqué los libros en el estante. No había sido una alicinación, mi desorden seguía ahí. Hablé con el hombre. En mi cabeza traté de encontrar todas las posibles respuestas. Ninguna me gustaba.
-Listo, podemos irnos, aunque todavía me tengo que cambiar- quise actuar normal.
-Okay- se acercó y posó una de sus manos en mi mejilla -estás segura de que todo está bien?
-Si- sonreí y bajé las escaleras.
No esperé a que me siguiera. El lugar estaba vacío, la mayoria de las luces estaban apagadas.
-Oh dios Em, donde te habías metido? Te perdiste- dijo Karen mientras tomaba mi mano y me arrastraba al cuarto de empleados.
Hice una señal a Jack para que me esperara y la seguí, parecía aturdida.
-Qué pasó? Dónde estuviste?- preguntó.
-Atendí al hombre de traje de hace rato- contesté no tan convencida mientras me cambiaba.
-De que estas hablando?- puso una mirada extraña.
Causó confusión en mí.
-Tú dijiste que lo atendiera- fruncí el ceño fruncido.
-Emily, segura que estás bien? Primero te pierdes y ahora dices cosas extrañas- parecía no saber de qué hablaba.
La preocupación se apoderó de mí. No pude contestar, terminé de vestirme en silencio y salí con prisa, no le di tiempo a Karen de más preguntas. Llegué con Jack casi corriendo, estaba apoyado en la entrada del edificio, tomé su mano y lo llevé a la Harley.
-Em, qué pasa?
-No es nada- me negaba a mirarlo -solo vámonos.
La mano de Jack atrapó mi muñeca y dio un tirón que me dejó frente a él, desvié la mirada pero lo evitó, tomó mis mejillas para que lo mirara.
-Si no me dices no puedo ayudarte, entiendes? Deja de creer que solo debes callártelo- dijo un poco irritado.
Mis ojos se encontraron con los suyos, el azul asfixió el gris. Desnudaba mi alma con su miraba y eso daba tanto miedo que me paralizaba, podía robar todo lo que quería. Yo no iba a detenerle. Le entregaría todo lo que pidiera? Las lagrimas empañaron mi vista poco a poco y bajé la mirada. Oculté mi rostro en su pecho, sentí sus brazos rodearme y apoyó su mentón sobre mi cabeza.
-Me estoy volviendo loca- murmuré
-No digas eso.
-Estoy volviendome loca pero tu apareces y me haces sentir cuerda, pero siento que estoy aún más loca por sentirme bien en tus brazos. Qué estupido juego es este?- unas pequeñas lágrimas lograron caer.
No controlaba lo que decía, no era correcto culparlo. Tampoco quería soltarlo.
El remolino en mi mente se apacigüo después estar en silencio. Me sentí en paz y aparté a Jack lentamente. Mi sorpresa fue mirarlo, sus ojos reflejaban no vi antes. No era el brillo travieso con el que me topé otras veces, no podía describirlo. Un brillo que desató tranquilidad en mí. Sonreí.
-Has visto a un ángel?- susurré.
Él sonrió de lado y apoyó su cabeza en mi hombro.
-Sí, creo que sí- su suave tono me estremeció -hay que darnos prisa o se hará más tarde-.
Se separó de mi y apreció con el mismo brillo. Un ligero cosquilleo se posó en mis labios, traté de borralo mordiendo el inferior. Él tomó mi mano y subió a su Harley, también subí. Nos pusimos en marcha. En ningún momento dejé de abrazarlo con fuerzay apoye mi rostro en su espalda, no quería perdeme de su aroma.
Jack despertaba miles de emociones en mí pero me daba una increíble tranquilidad, tal vez él puso un hechizo en mí.

Mi Amado DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora