Capitulo 23

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Estaba en el techo de una casa observando hacia la entrada del gran edificio de cristal de manera fija y sin distracciones. La mayoría de los pisos se encontraban con las luces apagadas mientras que en uno todavía se podía apreciar la luz, estuve una hora más observando hasta que las luces se apagaron, supe que era momento de actuar así que baje y me dirigí al callejón que estaba a lado de la casa donde me encontraba.
A los minutos escuche las risas de unos tres o cuatro hombres dirigiéndose a la dirección del callejón, escondí mis manos detrás y salí contoneando mis caderas junto a una sonrisa coqueta.
-Buenos noches señores- dije con tono seductor.
-Vaya vaya, parece que encontramos a una linda putita- dijo el jefe mientras él y los otros tres se acercaban a mi.
-No les gustaría pasar un buen rato?- dije cantarina.
-Crees que serás capaz de satisfacernos?-.
Miré sus ojos y los típicos ojos azul eléctrico hicieron aparición, se encontraban tan embriagados por el olor del perfume que parecían haber bajado toda clase de defensa.
-Oh, cariño- mi sonrisa se esfumó -te haré pasar un rato muy entretenido-.
Aferre el par de armas que tenía a mi espalda y las saqué apuntando a la frente del hombre, dispare dejando que su cuerpo sin vida cayera. Los otros demonios tardaron unos cuantos segundos en retomar la conciencia y después se abalanzaron sobre mi, primero uno cayo cuando logre dispararle en el pecho justo en el corazón pero no tuve el momento para volver a disparar. Comencé un enfrentamiento con los otros dos donde yo esquivaba los golpes y los mantenía al margen, en un momento logre alejarlos por un instante aprovechando para sacar de la funda el cuchillo que se encontraba prendado de mi cinturón.
-Maldita perra!- dijo uno al momento en que se lanzó contra mí dando un golpe, lo esquivé con facilidad y clavé el cuchillo debajo de su quijada.
Vi como este caía y se convertía en humo, luego miré al otro tipo dándome cuenta que este se mantenía alejado de mi, hizo una señal con su cabeza pero no sucedió nada y este pareció sorprenderse.
-Porque no funciona?! Que carajos eres?!- grito exasperado.
-No se de que me hablas- gire el cuchillo entre mis dedos.
-Quien carajos eres?!- retrocedió un paso al momento en que volvía a apuntarle con una de las armas.
Ladee mi cabeza un poco y entorne los ojos, logre ver su verdadera apariencia por una milésima de segundo, era totalmente repulsivo.
-Tu peor pesadilla- dije Tranquila y jale el gatillo.
Su cuerpo cayó pesadamente sobre el pavimento y después se evaporó. Guarde las dos armas en su funda que se encontraba a mi espalda y al igual que el cuchillo.
Di media vuelta pero entonces un crujido me hizo volverme bruscamente, el jefe se encontraba de pie a unos metros de mí con una sonrisa dibujada en su rostro.
-Así que los rumores son ciertos, una chica cazadora, no pensé que fuera verdad- apareció a unos centímetros de mi -y tal como dicen, los poderes de un demonio no funcionan en ti-.
Una de sus manos atrapó mi cuello y me levantó, hice una mueca para después tomar su mano buscando librarme.
-Me preguntó el porqué- acercó su rostro al mío dejándome oler su aliento putrefacto -me dejarías descubrirlo?-.
El aire entraba con dificultad en mis pulmones haciendo que mis fuerzas disminuyeran poco a poco entonces un pensamiento fugaz cruzó por mi mente.
-Lo lamento- dije arrancando el collar de mi cuello dejando caer los cuatro anillos -Pero ese tema está fuera de discusión-.
Enseguida susurre unas pocas palabras en latín.
Estos se unieron delante de sus pies en una forma donde el anillo de plata con una piedra negra incrustada y los otros tres alrededor; uno de oro en forma de serpiente enroscada con incrustaciones de rubíes, mientras que otro de plata tenía cuatro esmeraldas en su entorno y el último tenía unos pequeños zafiros azules incrustados. Entonces una estrella de cuatro puntos se formó en el suelo, el hombre comenzó a temblar y me soltó, me quede de pie frente a él mientras este parecía querer luchar sin mucho éxito, apenas podía moverse y había caído de rodillas ante mi con las manos apoyadas en el suelo.
-Que diablos es esto?!- me miró con una expresión enfadada en el rostro.
-Pues ustedes lo conocen como la trampa del diablo- apoye mis manos en la cadera -la misma jaula que atrapó al rey del infierno, la jaula perfecta de donde ni el más poderoso de los dioses ha podido escapar, o eso es lo que dicen-.
-Pero eso es imposible! Para eso necesitas...- lo interrumpí.
-Las cuatro llaves- continúe y miré los anillos mientras estos brillaban -una cortesía de mis amigos los jinetes del Apocalipsis-.
El me miró con los ojos bien abiertos y después su rostro de desfiguró en uno lleno de ira.
-Eres una perra, no sé cómo conseguiste obtenerlos pero cuando logre salir te torturaré hasta que tú bonita cara quede irreconocible- dijo.
-Ni lucifer logro salir de ahí, dudo mucho que un demonio de clase baja como tú lo logre- gire los ojos.
La misma amenaza de siempre.
Comencé recitando unas palabras en latín y unos momentos después la estrella se abrió en un pequeño agujero negro absorbiéndolo al pobre intento de demonio mientras se escuchaba su grito desgarrador al entrar para después cerrar la jaula dejando los anillos dispersos en el suelo.
Solté el aire en un pequeño bufido y los recogí para después volverlos a colocar en la cadena para ponérmelo en el cuello.
Saqué mi celular y miré la hora, todavía era tiempo para volver a casa rápido y encontrarme con que Víctor no se había terminado la cena el solo.
Comencé a caminar hacia el otro lado de ese húmedo callejón y envolví los anillos con mi mano. Esa era mi arma definitiva desde que Julián me los había entregado, algunas criaturas no eran fáciles de matar pero si de mantener a raya pero también yo decía que era más sencillo enviarlas a un lugar del cual no pudieran salir. Aunque Julián no era consiente de que yo sabía cómo usarlos, él creía que solo eran algo como un amuleto de la buena suerte para que las cacerías salieran bien que yo siempre llevaba conmigo.
Al llegar al final que daba a otra calle me monte en mi moto dejando las armas en el compartimento y arranqué velozmente para llegar rápido a mi hogar si es que le podía llamar así, conduje a través de la carretera sin exceder la velocidad y casi después de dos horas logre ver la pequeña ciudad que se alzaba en lo bajo de aquella colina.
Cuando entre a las calles vi la casa que tanto me gustaba, cada vez que tenía que salir la miraba, parecía antigua pero bastante pintoresca con un estilo gótico que la caracterizaba, me detuve un momento para apreciarla, dos de las tres ventanas superiores estaban encendidas, algo en esa casa me daba nostalgia y no podía explicar el pequeño nudo que se me hacía en el pecho; me quité el casco mientras seguía sentada en la moto, entonces fue cuando algo ocurrió, vi a un hombre aunque no era mucho mayor que yo asomarse a través de la ventana y yo rápidamente me coloqué el casco mientras encendía nuevamente la Harley. Escuche un pequeño estruendo dentro de la casa y después lo vi nuevamente abriendo la puerta con fuerza quedándose quieto en el umbral, tenía el cabello color azabache desordenado y tenía una expresión sorprendida y... esperanzada? Sus ojos oscuros como la noche expresaban desesperación. No lo sabía pero acelere y salí a toda velocidad de ahí antes de que esté siquiera tuviera la oportunidad de acercarse. Entonces volví a dirigirme a mi lugar, pase enfrente de una universidad que parecía ser la más grande de ahí, conduciendo por las calles desiertas escuche el estruendo de otra moto que comenzaba a acercarse, gire para ver y me encontré con que era otra Harley, el conductor tenía un casco negro cubriendo su rostro; él aceleró pasando a mi lado bastante cerca.
"Idiota" pensé mientras lo veía alejarse a tremenda velocidad.
Yo seguí mi camino hasta llegar al otro lado de la ciudad a una zona donde había almacenes abandonados, desacelere y me metí en un callejón que había entre uno y el otro, el piso se abrió revelando la entrada del estacionamiento subterráneo, me adentré enseguida sintiendo como las luces blancas me cegaban. Me quité el casco y me lleve una mano frente a los ojos evitando que la luz me llegara directamente. Solté un suspiro y me baje de la Harley poniendo el tope para que esta se mantuviera de pie. Escuche unos pasos acercándose y entonces por la puerta vi como aparecía Víctor con una sonrisa, tenía puesta su pijama y gracias a que la playera era sin mangas su ligera musculatura se notaba, tenía el cabello castaño totalmente desordenado aparte de que también se encontraba descalzo.
-Que bueno que llegaste!- se acercó a mi con una sonrisa y me abrazo.
Yo no tenía gran estatura pero él era todavía más alto así que me envolvió totalmente, su calor era reconfortante así que yo correspondí el abrazo mientras una ligera sonrisa se formaba en mis labios. Nos separamos mientras él dejaba un beso en mi frente.
-Ven, pedí el sushi como dijiste- sonrió.
Volví a mi rostro tranquilo, borrando la sonrisa que tenía. Nos dirigimos al comedor y como siempre la sensación de que era innecesariamente grande apareció. Nunca nos íbamos a juntar 12 personas a comer o cenar así que las 10 que sobraban tenían una ligera capa de polvo.
Había una bandeja llena de sushi al centro y arroz frito en dos tazones, mi estómago magullado rugió, no había comido en dos días.
Nos sentamos para comer mientras que Víctor encendía una vieja radio poniendo la estación que más me gustaba pues pasaban canciones que me hacían sentir nostalgia, en ese momento estaba pasando la de "Bring me to life" de Evanescense.
-Hoy grave la transmisión de pedidos, pensé que la música te podría gustar-.
-Gracias, en realidad amo esa estación-.
-El trabajo fue muy difícil?- pregunto Víctor al tiempo que se sentaba en un asiento delante mío.
-No realmente- me metí una pieza de sushi a la boca -aunque envié a ese desgraciado al hoyo-.
Lo miré y él se había llenado la boca de comida mientras me miraba atento.
-Pareces un hámster- dije metiendo dos piezas más en mi boca.
El trago y después me señaló con los palillos.
-Mira quien habla- contestó divertido.
Entonces escuche como la voz de un locutor sonaba a través de la radio.
-Seguimos con los pedidos de canciones por parte de nuestros espectadores!- decía alegre la voz del hombre -en este momento tenemos en línea a Ivy Lovelock! Dime pequeña Ivy cuál es tu pedido especial-.
-Pues... es una canción muy especial- la voz de esa chica sonaba algo quebrada y sentí pena por ella -Es para mi amiga, mi mejor amiga... ella tiene 2 años desaparecida y aunque no lo sé espero que ella se encuentre bien donde sea que esté, quería decirle que la extraño, su hermano la extraña, su madre, que todos la extrañamos y nos hace mucha falta... ella amaba esta banda y espero no pedir mucho pero quisiera que pusieran dos canciones-.
A medida que ella hablaba se escuchaban más y más sollozos, fruncí el ceño levemente, sentí una enorme presión en el pecho aunque no sabía el porqué.
-Claro que si, muñeca, cuáles son?- contestó comprensivo el locutor.
-Lovesick fool y Endlessly de la banda The Cab- dijo -Muchas gracias, nos veremos de nuevo-.
-Claro muñeca, nos vemos dentro de un mes-.
Víctor me veía algo preocupado pues yo mantenía mi ceño fruncido hasta que empezó a sonar la primera canción haciéndome abrir los ojos, yo la conocía pero... de donde? Sonaba de una manera que me gustaba, algo en ella me sonaba familiar y eso hizo que me pusiera a danzar sobre mi lugar mientras de manera automática la letra pasaba por mi mente y me arriesgaba a cantarla. El coro resonaba fuerte en mi cabeza y era lo que más hacía eco en la habitación.
-I'm not perfect but i swear i'm perfect for you. And there's no guarantee that is will be easy. It's not a miracle you need, believe me. Yeah, I'm no angel, I'm just me but i will love you endlessly, wings aren't that you need, you need me!- canté con una enorme sonrisa como si alguna parte de mí hubiera estado escondida en esa parte de la canción.
La sensación de alguien cantándola conmigo no desapareció. Sentí la letra fluir mientras la canción se terminaba. Cuando esta termino miré a Víctor que me veía sorprendido como si me hubiera crecido otra cabeza, entonces me di cuenta de que me había dejado llevar. Quise desviar la atención con otro comentario cuando comenzó a sonar la otra canción. Esta tenía un sentimiento de pesar en la voz del cantante y la letra era triste mientras que la melodía sonaba de la misma manera, fue como una absorción de energía que me hizo fruncir el ceño con fuerza como si el solo escuchar esa letra me hiciera recordar algo que no quería. Víctor me veía preocupado por el repentino cambio de humor.
-Que sucede?- pregunto acercando su mano a mi.
Mis ojos se nublaron por lágrimas que se negaban a salir, parpadeé varias veces esperando que se disolvieran pero cada vez se iban juntando más y más hasta que se derramaron por mis mejillas. Las comencé a limpiar con desesperación mientras escuchaba la voz del cantante por el transmisor.
-Who put that rock in your chest? Won't you tell me? If i said "i wished you the best" i esa lying. Waking up just brings me down (down) 'cuase every morning you are nowhere to be found (nowhere to be found) and My bed is half empty, not half full. I'd rather live with broken bones, than lay here all on My own like a "Lovesick fool"- cante mientras lágrimas caían.
Yo las secaba con desesperación con la manga de mi chaqueta. Que diablos me estaba pasando? Porque?
La canción continuó pero yo ya no quería seguirla escuchando, tape mis oídos como si de algo insoportable se tratara, mi cabeza dolía y me presionaba, cerré mis ojos con fuerza mientras rogaba porque el dolor se esfumara, quería que eso se terminara.
-Apagala!- vocifere hacia Víctor.
-Que?- pareció sorprendido.
-Que la apagues!-.
El se puso de pie rápidamente y la apago enseguida, un extraño sentimiento de deja vu me hizo apretar fuertemente los ojos mientras unas pocas imágenes borrosas pasaban rápidamente por mi cabeza. Todavía trataba de borrar esas canciones de mi cabeza mientras limpiaba mis lágrimas y trataba detener mis sollozos.
-Que está pasando?- dije con impotencia al ver que todavía no dejaba de llorar.
Víctor jalo mi silla y después se hincó delante de mí buscando mi mirada, con sus dos manos acunó mi rostro mientras con sus pulgares acariciaba mis mejillas buscando limpiar mis lágrimas, me veía con preocupación.
-Vamos, Em, que tienes?- pregunto en un susurro.
-No lo sé, es solo... algo me hizo sentir mal- conteste mirándolo a los ojos.
Él sonrió levemente.
-No te preocupes, solo déjalo salir-.
-Pero me siento débil- conteste.
-No es malo sentirse débil de vez en cuando-.
Lo miré y seguía teniendo esa tierna sonrisa dibujada en su rostro, me detuve a mirarlo unos segundos mientras este se acercaba a mi para después rodearme con sus brazos. Escondí mi rostro en su pecho tranquilizándome poco a poco hasta que solo se escuchan unos pequeños hipidos.
Lo escuche suspirar.
-Creo que es mejor que nos vayamos a dormir- dijo mientras pasaba un brazo bajo mis rodillas y otra por mis hombros para después cargarme.
Yo pase mis manos por su cuello y apoye mi cabeza en su hombro.
-Víctor- susurre -puedo dormir contigo?-.
El me miró con algo de sorpresa que se esfumó rápido siendo reemplazada por una gran sonrisa.
-Claro que si-.
Camino a su habitación y me recostó con sumo cuidado en su cama mientras yo tenía más y más sueño. Solté un bostezo. Sentí el gran colchón hundirse a mi lado y me gire para quedar frente a frente con Víctor.
-Duerme pequeña-.
-Gracias- me acerque un poco y escondí mi rostro en su pecho -Por cuidarme durante todo este tiempo-.
Sentí su mano acariciando mi cabello.
-Yo no hice mucho en realidad, la que se mantuvo a flote fuiste tú, no te derrumbaste ni en la más terrible tempestad- dijo con sus labios junto a mi cabello.
Sonreí levemente mientras el sueño se iba apoderando lentamente de mi hasta que no pude resistirlo más y caí en ese mundo tan fantástico por momentos pero que puede ser bastante aterrador.

Mi Amado DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora