El fin de semana siguió sin otra novedad pero me mantenía alerta por si otra cosa "extraña" ocurría. Mis ojeras crecieron de forma exponecial. Ivy casi se había infartado al verme. El sabado la acompañe para comprar ropa para su nuevo empleo, ella comenzó a trabajar en el club que visitamos una semana atrás. Atendía la barra y yo me infarté porque, según lo que me había contado, la noche del viernes rompió una botella y dos vasos.
-Dios mío, dime que nadie salió herido- trataba de aguantarme la risa.
No quise llamar la atención pero no se podía evitar, imaginarla bañada en vodka era hilarante.
-No te rías, mi cabello todavía huele a alcohol- hizo un puchero.
Estallaron las carcajadas desde lo profundo de mi garganta. La gente me volteo a ver como si me hubiera vuelto loca.
Seguimos el recorrido por varias tiendas en las que ella no se decidía. Decía que la ropa era corriente, muy cara, no le quedaba o simplemente no. Yo veía algunas prendas pero no me llamaba mucho la atención. Caminabamos a otra tienda cuando Ivy se detuvo, la imité.
-Qué sucede?- la miré con curiosidad.
-Se me había olvidado, cómo te fue con Jack? Pasó algo?- volvío a retomar el paso.
Cierto, tuve la brillante idea de decirle que tenía una cita planeada con él. Tal vez no fue buena idea.
-No fue nada del otro mundo, me llevó a un mirador y estuvimos un rato contemplando la vista de la ciudad- traté de restarle importancia, pero conociéndola no me zafaría tan fácil.
-No hubo algo más romántico? Jack no se ve herbívoro pensé que él era un carnívoro hambriento, del tipo cazador, ya sabes.
-Oye, habla normal, muchas veces no entiendo que me estás diciendo.
-Aun así soy tu mejor amiga.
-Tristemente.
Sentí el puño de Ivy estamparse contra mi hombro bastante molesta por lo que había dicho. No fue muy fuerte pero si dolió.
-Ya ya, lo siento, te adoro con todo mi corazón- quise contentarla.
-Solo dime qué pasó en la cita.
No sabía si contarle pues esa mujer podría gritar, saltar de alegría y montar un escándalo. Lo dejaría a la suerte.
-Solo nos recostamos en el pasto y estaba recostada en su pecho, luego nos sentamos juntos y estuvimos a punto de besarnos.
La escuché soltar un chillido que hizo aparecer un zumbido en mi oído y dio unos pequeños brincos. Varias personas se detuvieron a observar la escena. Deseé tener una amiga más normal. De repente dejó su festejo y me miró con duda.
-Espera, cómo que a punto?!- cambió del feliz al histérica -no lo besaste? Qué pasó? Lo puedo golpear para que entre en razón?
-No es necesario que hagas algo estúpido, por favor- intente calmarla -es solo que un lobo salió del bosque y tuvimos que correr de ahí.
Mi mejor amiga se quedó mirándome como si me hubiera salido otra cabeza.
-No es como si estuvieramos juntos de todas formas- disminuí mi tono de voz.
-Un lobo? Es enserio?- parecía no terminar de creerlo -además yo sé que tú y yo hemos besado a algunos chicos que ni siquiera eran nuestros novios.
Quería que me tragara la tierra. Por qué tenía que recordarme cosas de la preparatoria?
Di un largo suspiro para tranquilizarme y no golpearla.
-Solamente no se dio y no va a pasar- desvié la mirada.
-Oh, vamos! Sabes que deseas que pase. Tus ojos lanzan chispas cuando estas con él.
Comencé a cansarme de esa conversación. Sabía que era un libro abierto pero esperaba que se le escaparan los detalles a Ivy.
-Es suficiente, algo va a pasar y te lo voy a contar -supliqué- así que podrías parar ya?
Ella aceptó y cortamos esa platica. Pasamos por unas cuantas tiendas hasta que, al fin, encontró algo que le gustó. Salimos del lugar y nos dirigimos a su casa.
Decidimos estar el resto del fin de semana juntas. Estudiariamos para los exámenes. Mi madre llegaba el proximo viernes, era solitario estar en casa así que quedarme con Ivy era un buen plan.
Lo primero que hicimos fue sentarnos en el sofá mientras veíamos una película de terror. El bol de palomitas estaba en su regazo, casi las devorabamos y algunas estaban regadas en el suelo por los constantes sustos, gritos y brincos que dabamos.
Descubrimos que el asesino era el mejor amigo de la protagonista. Comenzaron los créditos. Soltamos unos pequeños gritos. No estabamos satisfechas con el final.
-No entiendo cómo alguien tan guapo pudo haber hecho algo así!- me apoyé en el hombro de mi amiga.
-Los chicos lindos siempre son los más peligrosos, querida amiga- suspiró Ivy.
-Tal vez debería mantener distancia de Jack también.
-Y yo de Byron.
Sonamos tan serias que intercambiamos mirada. Dos segundos después estabamos riendo. La noche todavía era joven y ya no sabía qué hacer con el tiempo que nos quedaba.Ella tomó su celular con rapidez apenas sonó.
-Y ahora qué mosca te pico?- metí una mano al bol de palomitas, saqué un puño de estas y me lo llevé a la boca.
-Nada, es solo que invite a los chicos a pasar el rato, ya deberían estar por llegar- sonrió.
Casi me ahogué con las palomitas. Di unos golpes en mi pecho y bebí del vaso de jugo de naranja que tenía en frente esa mujer quería matarme. Un gran suspiró salió de mis pulmones y despues la miré xon los ojso bien abiertos.
-Espera, que?- casi grité -cómo que los llamaste?
-Oh vamos, es más divertido cuando estamos juntos.
Palmeé mi frente, ella quería sacarme de quicio.
Unos minutos más tarde, sonó el timbre y mi amiga se levantó de un brinco para ir a abrir la puerta. Al menos, esperaba que Ivy le dijera a su madre ya que se encontraba en el trabajo todavía. No quería que nos ahorcara a las dos cuando volviera y encontrara dos chicos en la casa. Ivy entró a la sala acompañada por Byron.
-Hola Em- el rubio sonrió al verme.
-Byron!- me levanté para abrazarlo -tiene una eternidad que no nos vemos.
Él soltó una carcajada y me apartó.
-Pero si solo fue ayer.
-Lo sé- reí.
Nos volvimos a sentar, esta vez ellos estaban en el sofá más amplio y yo frente a ellos en el individual.
-Y bien, qué les gustaría hacer?- pregunto Ivy.
-Algún juego de mesa?- sugerí.
-Con esos se pierden amistades- bromeó Byron.
-Algo un poco más divertido?- ella sonrió pícara.
-Suena interesante- contestó él y movió las cejas.
-Ay no, por favor, ya van a empezar- desvié la mirada -vayan a hacer sus cochinadas a otro lado.
Rieron a carcajadas por mi comentario y solté una ligera risa. Escuché el timbre otra vez. Me levanté para no molestar a esos dos tórtolos que empezaban a encerrarse en su mundo. Caminé a la puerta y al abrirla, Jack estaba parado frente a mí.
-Buenas noches, señorita- levantó una comisura de sus labios.
-Buenas noches, a quien busca?- bromeé.
-A la chica más hermosa, se encuentra en casa?- me siguió la corriente y su respuesta provocó un cosquilleo en mi estomago.
-No lo sé, depende- sonreí traviesa.
-De que?- se acercó más a mi.
-De quien considere usted la más hermosa.
Se acercó peligrosamente a mí, abrazó mi cintura, nos sonreímos y susurró a mi oído.
-Tendremos que poner eso en claro en otro momento.
Su aliento acarició mi piel con delicadeza y una corriente eléctrica subió desde mis pies hasta mi cabeza. Una dulce respuesta.
Besó mi mejilla y se alejó, casi me hacía perder la razón. Nos dirigimos a la sala donde estaban los tórtolos, ellos parecían divertirse con una anécdota que contaba Ivy.
Miré a Jack y me sonrió. Caminó al sofá de dos plazas, lo seguí y me senté junto a él.
El tiempo se fue volando. Hablamos de tantas cosas y reíamos a carcajadas, después decidimos ver otra película. Era de fantasmas, ameritó que apagaramos las luces. Ivy y Byron estaban sentados juntos, ella recostó la cabeza en el hombro del rubio y él la abrazaba por el hombro. Jack y yo no teníamos tanto espacio. Él se sentó a lo largo del sofá y yo me senté entre sus piernas con mi espalda apoyada en su pecho y mis piernas encogidas.
La película llegó a su punto más terrorífico donde el protagonista quería deshacerse del mal que había su nuevo hogar. Hubo una escena donde él ve por la ventana y alguien está mirándolo desde abajo; temblé, los recuerdos de la noche anterior hicieron un nudo en mi estomago. Me removí inquieta entre los brazos de Jack y él envolvió mi cintura con sus manos. Sentí su aliento rozar mi nuca, se acercó más para susurrar en mi oído.
-Es una película, no tengas miedo, estoy contigo.
Asentí. Hice mi cabeza para atrás y me recosté en su pecho. Miré a nuestros amigos y verifiqué que estaban hipnotizados por la película. Volví la vista a la pantalla. Las manos de Jack buscaron las mías para entrelazar nuestros dedos y los labios de Jack rozaron mi cabello; cerré los ojos, disfruté del contacto. Su calor me envolvió y abrazó mi alma, las sensaciones eran inefables. No tenía la necesidad de preocuparme mientras estaba en sus brazos. Era un lugar seguro. Por qué me sentía así?
La atmósfera se rompió por una escena que hizo que Ivy y yo brincáramos aparte de que gritamos. Los chicos rieron y nosotras les hicimos compañía poco después.
La película terminó y todos nos estiramos por estar mucho tiempo quietos. Byron dijo que era momento de irse, ya pasaba de la media noche.
-También es momento de que me vaya- Jack tomó su chaqueta que dejó en algún lado de la sala.
-Fue un placer tenerlos aquí- sonrió Ivy.
-No se vayan a perder- me burlé.
-Esa sonrisa dice otra cosa, preciosa- guiñó su ojo.
-Se cuidan- dijimos Ivy y yo al mismo tiempo.
Los chicos se fueron en sus respectivos vehículos y cerramos la puerta. Fuimos a la habitación de ella para dormir. Estaba terminando de cepillarme los dientes cuando la pelirroja inició su interrogatorio.
-Así que nada ha pasado, cierto?- el sarcasmo en su voz era evidente.
-Si- me puse la parte superior del pijama.
-Pues a mí me pareció que hubo un avance considerable durante este pequeño rato
Lo que me temía, nos había visto durante la película.
-Ustedes gritan a los cuatro vientos cuánto se gustan pero no son capaces de formalizarlo.
-Pero entonces también aplica para ti y para Byron, no?- alcé una ceja con una sonrisa de lado.
-Touché- respondió.
Ella no volvió a tocar el tema. Punto para Emily.

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Mi Amado Demonio
RomantikEl amor. Un sentimiento tan maravilloso y mágico. Pero todo lo maravilloso tiene su lado oscuro. El amor es como una rosa, hermoso pero no se pueden ignorar las espinas. Emily no tenía en sus planes enamorarse y tampoco dejaba entrar a las personas...