Era lunes y todo había regresado a la normalidad después de los exámenes, la vida había regresado a los estudiantes, al menos hasta el siguiente periodo.
Jack había pasado por mi como lo había estado haciendo desde hacía unas semanas. Caminamos por los pasillos del instituto en silencio mientras sentía como este pasaba una de sus manos por mi cintura apegándome a su cuerpo, me sonreí internamente y lo miré, este me entregó una sonrisa coqueta junto con un beso en la frente. Íbamos entrando al salón cuando me di cuenta que Ivy ya se encontraba en su lugar de siempre y que su mochila se encontraba en la silla de enfrente mientras que su chamarra estaba en la que estaba en la que se encontraba a lado. Está soltó un pequeño grito que hizo sobresaltar a más de uno en el salón por vernos abrazados.
-Oh por Dios!- grito de manera aguda -No me lo creo! Por fin están juntos!-
La miré y después a Jack que parecía bastante divertido con la escena mientras sentía la mirada pesada de mis compañeros. No quería mantener la relación en secreto pero al menos esperaba que se diera a conocer de una manera más discreta. Y sin mencionar al zumbido en mi oído gracias al grito agudo de mi mejor amiga, todo iba a saliendo "bien", si es que querer enterrar la cabeza en el concreto como una avestruz se podía definir como bien.
-La palabra discreción no es la que usaría para definir a Ivy- dijo burlón Jack mientras la mencionada se acercaba a nosotros.
-Tu crees que yo la usaría?- le conteste susurrando.
La chica se detuvo frente a nosotros con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, alternaba la mirada entre ambos.
-Se convertirán en la pareja del año causando la envidia de toda la universidad- dijo Ivy con una mirada maliciosa.
-Santo Dios, Ivy, baja la voz- solté sonrojada escondiendo mi rostro en el pecho del ojiazul.
Fue en ese momento que Ivy se dio la vuelta notando que todo el salón observaba la escena con curiosidad y también que había una que otra chica que me miraba como si me quisieran 5 metros bajo tierra.
-Oh, lo siento-.
En su tono se notaba que no era su intención pero yo estaba verdaderamente consternada. Entonces escuche unas cuantas risas de Jack, me alegraba saber que al menos alguien estaba divirtiéndose, descubrí mi rostro y lo fulminé con la mirada.
-Lo siento preciosa- levantó ambos hombros con una sonrisa de lado -Tienes que admitir que fue una gran entrada-.
-Me estaría riendo sino fuera porque estoy muriendo de vergüenza- suspiré.
-Yo sabía que terminarían juntos, se los dije desde el inicio- entonces inició un pequeño bailecito, la vergüenza regresó después de escucharla cantar -Quien les dijo? Yo les dije. Quien les dijo? Yo les dije-
Me separé de Jack, me apresuré hasta mi lugar evitando a Ivy y su bailecito de "te lo dije" para después tomar la capucha de mi sudadera y tratar de taparme toda la cara. Había alguna manera de que la tierra se abriera y me tragara? Porque eso era lo que más necesitaba en ese momento. Jack se sentó en el lugar que estaba frente a mi y me dio una palmada en la cabeza en señal de animo.
Las clases transcurrieron con bastante tranquilidad, se notaba que la época de exámenes había pasado porque todos parecían estar bastante tranquilos al punto de que algunos de mis compañeros se quedaron dormidos durante las clases o simplemente no prestaban atención, a diferencia de los zombies que había visto la semana pasada, aunque nosotros tres nos incluíamos en ese grupo.
Cuando las clases terminaron y después de la escena que habíamos montado en la mañana sentía las miradas de las personas sobre mi e incluso podía jurar que la noticia se había extendido por toda la universidad. Perfecto. Simplemente Perfecto. Aunque Jack y yo tampoco le dábamos demasiada importancia como para comportarnos reacios, al contrario, mi novio y yo nos abrazábamos o hablamos con Ivy mientras nos tomábamos las manos. Una pareja normal como cualquier otra. O eso quería creer.
Nos dirigimos a la cafetería a nuestro lugar de siempre a esperar a Byron, mi amiga se encontraba sentada frente a nosotros mientras yo me encontraba sentada en las piernas de Jack, este acariciaba la curva de mi cintura mientras que yo me apoyaba en su pecho.
Estábamos hablando de cualquier tema pero en el momento en que una idea cruzo por mi mente me dieron ganas de aclarar las cosas así que miré a mi amiga con seriedad.
-Bien bien, antes de que llegue nuestro lindo amiguito te voy a preguntar algo y más vale que me contestes- hice una pausa dramática logrando que mi amiga me prestara toda su atención -Ya ustedes son oficiales?-
Entonces escuche una sonora carcajada de parte de mi amiga.
-Ay Dios, pensé que eso ya había sido más que obvio después de ese día-.
-Perdóname por tener duda en mi corazón- le conteste algo indignada.
Hice un pequeño puchero ante su respuesta y miré a otro lado un poco molesta, entonces sentí una mano aplastando mis mejillas y giró mi rostro para después sentir los suaves labios de Jack sobre los míos.
-Vamos preciosa, solo estaba bromeando- susurro.
Estábamos en una pequeña burbuja hasta que escuchamos el grito agudo de Ivy, la miré y esta tenía sus manos entrelazadas sobre su pecho mirando la escena con los ojos soltando chispas, como toda una fangirl.
-Oh mi dios, nunca creí ver a mi amiga tan acaramelada con alguien- se limpió una lagrima imaginaria -creí que no viviría para ver este hermoso momento, felicidades Jacky-.
Yo juraba que cada vez que hablaba podía ver como sus ligeros rizos brincaban como si tuvieran vida propia.
-Y no la has visto- contestó el ojiazul sugerente.
Le di una ligera palmada en el hombro.
-Será mejor que guarde silencio, señor Gotham-.
Otra vez otro grito agudo provino de mi mejor amiga pero esta vez era por motivos distintos, se levantó de golpe y corrió hacia Byron que solo estaba a unos cuantos metros de la mesa, entonces Ivy brincó trepándose a él abrazándolo con brazos y piernas dándole un beso bastante sonoro. Levante una ceja, yo esperaba nunca hacer eso, aunque no era quien para juzgar, en el amor todo podía pasar.
-Cuando quieras lo podemos intentar- un seductor Jack susurro a mi oído.
No supe cuánto tiempo estuve viendo la escena pero el ojiazul se había dado cuenta y saco provecho para molestarme un poco.
-Ni lo sueñes- toque suavemente su nariz con una sonrisa de lado.
-No me molestaría- me dio un pequeño beso que me hizo sonreír.
Entonces Byron llegó con nosotros mientras Ivy se aferraba firmemente a su brazo y nos saludó con un movimiento de mano.
Los cuatro estuvimos sentados en aquella mesa hasta que las horas pasaron y era momento de que yo fuera a trabajar así que Jack y yo nos despedimos de nuestros amigos para después dirigirnos fuera del edificio hasta la biblioteca. El ojiazul estacionó su Harley en el aparcamiento de motos y después me siguió hasta el interior del edificio.
-Me dejarás como si fuera niña de primaria en su primer día de escuela?- solté con una sonrisa.
-Puede ser pero también te cuidare y de paso investigaré unas cuantas cosas- contestó.
Nuestras manos se rozaron y después las juntamos entrelazando nuestros dedos.
-Así que estarás para vigilar todo lo que hago?- levante una ceja.
-Prácticamente- levantó ambos hombros restándole importancia.
-Esta bien- me puse frente a él dándole un corto beso -Pero como te vea causando destrozos, te voy a sacar-.
Hizo un saludo militar bromeando, seguimos así hasta que me tuve que ir a cambiar la ropa y comenzar mi turno.
Había pasado por un pequeño interrogatorio de parte de Karen sobre la relación que tenía con Jack pero se tranquilizó cuando respondí a todo lo que ella deseaba saber.
-Que celos- canturreó mi compañera -Yo también quisiera que un sexy chico malo se enamorara de mi-.
-Desde cuando se le considera chico malo? Yo creí que esos se la pasaban en fiestas y bebiendo, aparte de que se acostaban con medio mundo, este chico y yo estuvimos compitiendo por quien sacaba mejores calificaciones- conteste terminando de hacerme una trenza.
-Buen punto, pero admite que es bastante sexy-.
-Cuidadito con lo que dices, es mi chico malo- sonreí.
Después de que por fin termináramos de hablar de eso y de dirigirnos a nuestros puestos, me di cuenta que Jack estaba sentado en una de las mesas del segundo piso leyendo unos cuantos libros que tenía apilados a su alrededor. Me acerque a un estante dejando en su lugar los libros que habían entregado durante el fin de semana y después me acerque al pelinegro que estaba por completo concentrado en lo que estaba leyendo, miré por encima de su hombro logrando apreciar que estaba leyendo acerca de criaturas mitológicas.
-Sucede algo preciosa?- me miró con una sonrisa.
-Nada en especial, me dio curiosidad que te tenía tan entretenido- sonreí -Bueno, me quedaría un poco más pero tengo que regresar al trabajo-.
-Anda- me dio una palmada en el trasero cuando comencé a alejarme -Que te diviertas-.
Lo miré y le saqué la lengua para después continuar con mi camino. La tarde pasó bastante tranquila, solamente tres personas habían pedido tutorías y yo me encargué de eso, estaba concentrada cuando sentí la vista de alguien sobre mí así que levante la vista dándome cuenta que este Jack estaba sentado en la mesa de enfrente sonriéndome con picardía. Enseguida regrese mi vista a la chica que me había pedido ayuda sobre su tarea de historia. Esta parecía no haberse dado cuenta y prefería que eso siguiera así. Hasta que la chica se fue me acerque a Jack quedando frente a él y este me sonrió de lado.
-Deja de comerme con la mirada, haces que me distraiga- apoye una mano sobre la mesa y otra en mi cintura.
-Yo no tengo la culpa, quien te manda a ser sexy?- dijo travieso.
-Los halagos no te salvarán de todo, galán- conteste.
Mi trabajo continuo hasta que en un momento al pasar frente a las puertas de cristal me di cuenta de que el mismo hombre de la otra vez me estaba mirando con una sonrisa desde el otro lado de la calle. Sus ojos color ámbar se clavaron en los míos haciendo que un escalofrío recorriera toda mi columna, su cabello estaba completamente hacia atrás e iba vestido con un traje perfecto que lo hacía resaltar entre tantos alumnos.
-Emily! Necesito que organices los nuevos títulos!- escuche a Karen hablando.
-Ya voy- voltee por un segundo y al regresar la mirada me di cuenta de que el hombre había desaparecido.
Había sido mi imaginación? Lo dudaba totalmente.
Cuando logre terminar mi trabajo y después de cambiarme, comencé a buscar a Jack por toda la biblioteca, encontrándolo en el segundo piso sentado en un rincón escondido entre tantos estantes, me acerque lentamente a él y sonreí.
-Pensé que me habías abandonado- dije sentándome a su lado.
-Me crees capaz de hacer algo así?- hablo "inocente".
Apoye mi cabeza en su hombro y después el me miró de reojo.
-Parece que algo te está molestando en este preciso momento, preciosa, puedo saber de que se trata?-.
Por un momento dude sobre decirle a quien había visto una hora antes pero mi mente gritó a los cuatro vientos que debía hablar, sino comenzaría a parecerme a las protagonistas de las películas que se meten en cosas graves por no hablar con alguien, en especial en películas de terror.
-Yo hoy volví a ver al hombre que la otra vez vino, me estaba mirando desde afuera de la biblioteca- suspiré -fue aterrador-.
Me miró y después tomo mi mano entrelazando nuestros dedos.
-Ese desgraciado- gruñó -no permitiré que se te acerque-.
Miré su ceño fruncido y sus ojos parecían brillar en la oscuridad que comenzaba a presentarse. Parecía bastante enojado.
-Entonces ese hombre... el quiere lastimarme? Me esta persiguiendo?- lo miré.
Este me tomo de las mejillas y me beso lento, haciendo que mi piel se erizara.
-No dejare que ese hijo de perra te ponga una mano encima, tu eres mi prioridad ahora y prometo que no dejare que nada te ocurra, confía en mi, preciosa-.
Sus palabras inundaron mis oídos, una sensación de paz se anidó en mi pecho pero confiar era algo que no era tan sencillo de hacer. Y si rompía esa promesa?
"Prometo que te buscaré en cuanto cumpla la mayoría de edad y volveremos a ser esa familia que tanto amaste, así que por favor, no me olvides hasta que eso ocurra". Esa promesa que me había hecho mi hermano seguía latente en mis pensamientos aunque ya había pasado el límite de tiempo.
Sería lo más inteligente confiar en Jack?
Quería hacerlo, el no me había decepcionado en todas las ocasiones en las que pudo hacerlo. Sería lo más lógico confiar en el, no?
El parecía querer descubrir en que me encontraba pensando así que sonreí y asentí dándole un corto beso, dejando que mis pensamientos se demostraran en acciones.
-Si, confió en ti- me quise convencer a mi misma.
-Gracias- contestó poniéndose de pie.
Me miró y estiró su mano hacia mi.
-Vámonos ya, tantos libros me aburren-.
-Oye, es mi lugar de trabajo!-.
Estire mi brazo y la tome entrelazando nuestros dedos.
-Aburrido- apareció su sonrisa traviesa.
El camino a mi hogar fue totalmente tranquilo, nada pasó durante ese tiempo y yo estaba en mi casa junto a mi madre que estaba tomándose un descanso después del gran viaje que había tenido.
Y así fue durante varios días en los que mi rutina se había vuelto "normal" de cierta manera. Jack siempre se quedaba a cuidarme en la biblioteca a pesar de que el hombre misterioso no se había aparecido y nuestra relación seguía en boca de todos, por lo menos hasta después de la segunda semana, al igual que la de Byron y mi mejor amiga. Aunque seguíamos saliendo a todas partes los cuarto juntos.
Todo parecía marchar bien, durante ese tiempo qué pasó, los exámenes finales se acercaban al igual que las vacaciones y eso ponía completamente feliz a mi amiga que no dejaba de repetir que estaríamos de fiesta cada fin de semana. Mi resistencia no era la mejor para las fiestas.
Solo quedando una semana para los exámenes yo había decidido no salir de casa y Jack tenía asuntos que atender así que me encontraba totalmente libre esa tarde de viernes.
Estaba sentada en el sofá viendo una película de acción mientras que Berenice se encontraba en el piso superior en su habitación viendo cualquier otra cosa que no fuera una película de acción que tanto odia. Yo estaba en la parte más interesante cuando escuche el timbre sonar, la pause y después me dirigí a la puerta viendo por la mirilla, solo para asegurarme de que no era alguien sospechoso.
Era un joven de cabello oscuro que salía rebelde hacia varías direcciones, con los ojos profundos como la noche, su piel bronceada ligeramente y vestido con una chaqueta negra junto con unos vaqueros rasgados de la rodilla. Si, era un sospechoso.
Volvió a tocar el timbre y después golpeó la puerta sin mucha fuerza haciendo que yo diera unos cuantos pasos atrás. Tome un suspiro llenando mis pulmones a tope y después dejándolo ir lento, quería atrapar valor de donde no había. Coloque la cadena de la puerta discretamente y después me atreví a abrir con completa cautela.
-Si? Necesita algo?- hable sonando lo más normal del mundo.
-Lamentó la molestia, vengo a buscar a Emily y Berenice Rose- dijo bastante serio.
Levante una ceja y lo miré directamente a los ojos.
-Para que nos necesitas?-.
Entonces la dura expresión de ese joven cambio totalmente, se miraba sorprendido. No parecía pasar de los 25 años, con musculatura promedio, era bastante atractivo.
-Entonces tú eres...- lo interrumpí antes de que pudiera terminar de hablar.
-Si, soy Emily Rose, tenemos algún asunto pendiente que necesitamos solucionar?- dije algo impaciente.
-No puedo creer que seas tú- comentó bajo.
Mi mirada de confusión se enfocó en el. De que estaba hablando?
-Oh, lo siento, tal vez ya no me reconozcas- dibujo una pequeña sonrisa en sus labios -Soy yo, princesa-.
Fruncí el ceño, solo había dos personas que me llamaban así en todo el mundo. Mi padre y mi hermano. Mis ojos se abrieron como platos y lo miré. Mis manos comenzaron a temblar y mis rodillas parecía que iban a ceder. Mi mundo comenzó a girar.
-Ca...Caleb?- susurre.
Su sonrisa se ensanchó más.
-Que bueno es verte, Emily-.
Abrí la puerta lo más rápido que mis manos temblorosas me permitieron y enseguida me lancé a sus brazos estrujándolo con fuerza asegurándome de que nada era un sueño y que en realidad estaba pasando. Mi vista se nubló rápidamente y las lagrimas cayeron por mis mejillas sin dar señal de detenerse.
-Oh Dios, estás aquí- lo miré y este me sonrió tiernamente -eres real, estás aquí-.
-Si, princesa- dio un beso en mi cabello - Estoy aquí, no me iré en un largo tiempo-.
Volví a apoyar mi rostro en su pecho soltándome en llanto.
Al escuchar el crujir de los escalones me di cuenta de que mi madre estaba llegando.
-Em? Quien es? Escuche unos cuantos gritos- dijo acercándose a la escena.
Yo seguía abrazada de mi hermano cuando ella soltó un gran suspiro de asombro. Sus ojos expresaban que no podía creer que era lo que estaban viendo. Parecía a punto de colapsar o de que le diera algo, pero solo consiguió la saliva para pronunciar dos palabras:
-Dios mío-.

ESTÁS LEYENDO
Mi Amado Demonio
Lãng mạnEl amor. Un sentimiento tan maravilloso y mágico. Pero todo lo maravilloso tiene su lado oscuro. El amor es como una rosa, hermoso pero no se pueden ignorar las espinas. Emily no tenía en sus planes enamorarse y tampoco dejaba entrar a las personas...