Me encontraba en una casa a la que no pertenecía, con sangre en las manos que no era mía.
Sentía algunas manchas de sangre escurrir por mi rostro, mi ropa estaba manchada y mis manos estaban completamente bañadas en el líquido rojo, apreté el cuchillo en mis manos y lo extraje del cuerpo de aquel demonio que se encontraba a solo unos centímetros de mi.
Miré a este con una mueca en el rostro, él tosió haciendo que un poco más de esta me manchara la cara para después caer de rodillas y no volverse a levantar, limpie la sangre con la manga de mi chaqueta y di un gran suspiro. Tenía que limpiar el desastre que había hecho.
Unos días habían pasado desde el problema en el que me había metido, días en los cuales no hacía más que cumplir con los trabajos que me encargaba Julián y concentrarme en no hacerlo enojar. También me había despojado de los anillos de los jinetes.
Pero incluso después de eso la advertencia que me había dado la muerte seguía rondando por mi cabeza, debía mantenerme con la guardia arriba.
Miré alrededor, había cosas rotas y fuera de su lugar, la sangre manchaba el suelo y varias cosas más que serían difíciles de limpiar. Solté un suspiro. Que rayos haría? Entonces una idea cruzo mi mente, busque en todos lados algo que fuera inflamable; al encontrar varias botellas de alcohol barato escondidas en uno de los cuartos, comencé a vaciarlas por todo el lugar, fui a la cocina y abrí las llaves del gas, salí de la casa con un cerillo en mano y lo encendí arrojándolo dentro de la casa apresurándome a cerrar la puerta detrás mío. Suspiré recargada contra la puerta y seguí mi camino hasta mi moto que se encontraba aparcada enfrente, solo unos pasos y una explosión se escuchó a mi espalda, miré el lugar por sobre mi hombro dándome cuenta que ahora toda se encontraba siendo consumida por las llamas.
Monte mi Harley dando un último vistazo a la casa. Arranque y a toda velocidad me asegure de volver con Víctor.
Al entrar a la ciudad pase por enfrente de la misma casa de siempre, me preguntaba que era lo que había sucedido con esos chicos. Ellos me conocían. Ellos me habían visto. Ellos sabían cosas que yo ignoraba. Y había un demonio entre ellos.
Ese demonio. Cada vez que él aparecía entre mi mente me hacía sentir un cosquilleo en mis entrañas, me hacía sentir ansiosa. Que era él para mi? Por qué parecía tan sorprendido de verme? Por qué trato de acercarse a mi?
Seguía hundida en mis pensamientos hasta que el sonido del motor de otra moto me hizo volver a la realidad, el conductor tenía el casco puesto pero al estar a mi altura bajo la velocidad para mantenerse a mi lado. Levante una ceja bajo el casco que cubría por completo mi rostro, el otro chico comenzó a acercarse poco a poco a mi entonces yo decidí acelerar para dejarlo atrás pero al hacerlo él también lo hizo. Algo en mí decía que debía alejarme si es que quería no volver a meterme en problemas.
Comenzamos una clase de competencia en que yo trataba de dejarlo atrás y este permanecía cerca mío como un parasito.
No podía regresar con Víctor así, primero tenía que deshacerme de aquel conductor. Empecé a conducir por calles que no hacían más que alejarme de mi objetivo pero él permanecía ahí.
Estaba comenzando a pensar que no podría despegarme de ese conductor hasta que esté acelero posicionándose delante mío, al hacerlo inicio a jugar con el acelerador haciendo que el motor rugiera con fuerza.
Quería que lo siguiera?
Me golpeé mentalmente por el simple hecho de siquiera considerarlo.
Pero...
Tenía curiosidad.
Vi como se alejó y yo lo seguí, mi pulso se iba acelerando al igual que la velocidad con la que trataba de seguir a esa Harley.
Siseamos por varias calles hasta que comenzamos a dirigirnos a una zona alejada de la ciudad, a una colina bastante alta.
Vi como este se desviaba a una zona en medio del bosque y yo lo seguí, este se detuvo y yo lo imité, se lograba apreciar toda la estela de luces que eran dibujadas por los edificios de la pequeña ciudad, era algo hermoso, se veía de una manera que creía yo haber visto antes. Como un dejavú.
Este conductor bajó de su moto, yo lo imité y comenzó a acercarse a mi.
Por un momento tuve el impulso de retroceder, me aferré al acelerador, lista para subir de un brinco si era necesario.
-Espera!- se escuchó su voz debajo del casco.
Yo conocía esa voz, la anhelaba. Sentí un escalofrío. Al momento en que vi que se quitaba el casco, mis sospechas fueron confirmadas.
Se trataba de aquel demonio.
-Emily, espera- dejó caer el casco -solo quiero hablar contigo-.
No hice ningún movimiento, no sabía que hacer. Una parte mía decía que lo matara y otra me decía que corriera a sus brazos.
El se acercó más a mi, deteniéndose solo a unos centímetros, tomó mi casco con ambas manos y me lo quitó, mi cabello algo ondulado y esponjado cayó sobre mis hombros mientras que mi vista seguía perdida en su rostro.
-Emily- soltó el casco y este cayó sobre el suelo con un ruido seco -eres tu, enserio eres tu-.
Su tono sonaba con algo de alivio y después me envolvió con sus brazos, escondió su rostro en uno de mis hombros.
Yo no era capaz de reaccionar, pensaba tantas cosas que simplemente no podía procesar.
-J...Jack- susurre, me sorprendí inmensamente por lo que acababa de decir.
El se separó solo un poco de mi viéndome a los ojos con sorpresa. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
-Me recuerdas- acercó un poco su rostro al mío.
Yo apoye tímidamente los manos en su pecho alejándolo y desvíe mi mirada, no era capaz de verlo a la cara.
-Yo... yo lo escuche esa vez... con los perros del infierno- dije bajo -Pero sigo sin saber quién eres-.
Al menos se me había ocurrido una manera no muy estupida de justificar el porqué pronuncie su nombre.
-Oh- dijo algo desganado -Ya veo, supongo que tiene sentido-.
-Podrías soltarme?- pregunte tímidamente.
Él pareció pensarlo por unos segundos y después sin decir más se separó lentamente de mi aunque tampoco se apartó mucho. Ambos quedamos en un silencio incómodo, tenía tantas cosas que decir y él parecía igual pero ninguno de los dos supo cómo romper ese silencio infernal. Suspiré, el dio unos cuantos pasos y se detuvo después volteó extendiendo su mano hacia mi ofreciéndola.
Lo miré, la imagen de mi sueño se estaba reproduciendo frente a mi; recelosa me acerque para tomarla pero dude.
"Es un demonio" dijo mi conciencia.
"Pero él puede tener las respuestas" conteste.
"Julián te matará" volvió a decir.
Miré la imagen que tenía ante mi, aquel chico seguía ofreciéndome su mano con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro, en el momento en que nuestros ojos hicieron contacto sentí como todo mi cuerpo se estremecía.
"Quiero saber" fue lo último que pensé antes de tomar su mano.
Me dirigió casi a la orilla de la colina y se sentó, yo me senté junto a él. Seguimos sin decir mucho mientras ambos nos tomábamos el tiempo de apreciar la hermosa vista que estaba ante nosotros, realmente hermosa. Fue entonces que tome todo el valor para romper ese silencio que había dejado de ser incómodo.
-Creí que me dijiste que querías hablar pero no te escuchó decir nada- dije algo burlona -te das cuenta que podría matarte en este momento y nadie se enteraría?-.
Escuche como reía por lo bajo, yo sonreí un poco. Conocía esa risa.
-Estoy muy consciente de ello desde que me apuntaste en la casa pero no me preocupa- contestó con una sonrisa pero sin dejar de mirar al horizonte -y es muy enserio que quiero hablar contigo-.
Aparte un mechón de cabello y lo puse detrás de mi oreja para dejarla al descubierto.
-Te escuchó-.
-Vaya que no has cambiado en tu sentido del humor- contestó algo divertido.
-El humor es lo que más necesitas cuando se trata de hablar con demonios- dije con una sonrisa de lado.
-Así que sabes manejar a los demonios?- sonrió igual y me miró -apestas a sangre de uno-.
-Vas a hablar o no?- dije algo exasperada.
-Voy tanteando terreno, ahora mismo no sé si puedo decir que enserio te conozco-.
-Entonces... me conoces?- pregunte levantando una ceja.
-Wow, enserio olvidaste todo de quien eres?-.
-Por algo pregunto, no?-.
Él soltó un pequeño bufido y después su mirada se tornó algo coqueta.
-Conozco cada parte dulce de ti- susurro a mi oído.
Una corriente eléctrica me recorrió completamente y un pequeño calor se agolpó en mis mejillas. Le di un golpe en el brazo haciendo que este se quejara pero después rió fuerte.
-Será mejor que no sigas tentando tu suerte, ya es mucho que haya aceptado hablar contigo- dije algo molesta.
-Ya ya, lo siento- contestó rindiéndose.
Guarde silencio esperando que continuara y lo miré, me di cuenta que parecía estar buscando las palabras correctas, creí que volveríamos a encerrarnos en silencio pero no fue así.
-Emily- me llamó suavemente -lamento ese día haberte dejado ir, no tienes idea de cuánto, pensamos que habías muerto pero cada día yo trataba de convencerme de lo contrario-.
Yo lo miraba fijamente tratando de encontrar explicación a su disculpa, no lo entendía pero por su tono de voz podía decir que él se culpaba por todo, sentí mi corazón estrujarse ante su tono dolido.
-Em, yo... no sé qué fue lo que te pasó durante todo este tiempo pero el volverte a ver fue más de lo que hubiera esperado- me miró de tal forma que sus brillantes ojos azul eléctrico me hicieron aguantar la respiración -maldición, Emily, incluso todavía me parece una alucinación el estar hablando contigo ahora-.
Sentí como un cosquilleo se iba apoderando de mi ser a medida que las palabras salían de sus labios, quería seguir escuchando pero al mismo tiempo ponía en duda todo lo que decía. "Es un demonio" sonaba en mi cabeza una y otra vez. Que hacía yo, una cazadora, junto a un chico que era un demonio? Porque lo escuchaba? No sabía ya cómo eran esos desgraciados? No había tantas cicatrices que comprobaban que estaba mal lo que estaba haciendo?
Pero...
Quería escuchar.
Escucharlo a él.
-Jack- lo llame y este me miró con atención -Yo no sé mucho acerca de lo qué pasó, estoy segura que fue algo muy grave pues mírame...-
Sonreí algo decaída.
-No conozco nada de mi y me dedico a una vida que en cualquier momento me terminara arrastrando al infierno- suspiré -y sinceramente no sé si quiera recordar-.
-Tenías una hermosa vida por delante- contestó con tristeza -y yo la arruiné-.
Él soltó un bufido de frustración.
Mi vista había comenzado a nublarse pues mis lágrimas estaban comenzando a reunirse y buscaban liberarse. Pero si algo había aprendido en esos dos años es que no podía llorar con libertad, no se me permitía, yo no me lo permitía.
Baje la mirada para evitar que el me viera pero este llevo sus manos a mis mejillas haciendo que la volviera a levantar, me miró a los ojos con ternura y acunó mi rostro en sus manos. Al verlo así, al tenerlo así, algo en mi se rompió, comencé a llorar, al principio solo fueron mis lágrimas cayendo pero después de unos instantes me encontraba sollozando con fuerza. Jack se acercó un poco más a mi y me tomó en sus brazos, me envolvió con ellos, se recostó arrastrándome con él haciendo que continuara llorando en su pecho. Estaba segura que estaba empapando su playera negra pero poco le importo pues me seguía abrazando con fuerza.
Los minutos pasaron y yo comenzaba a tranquilizarme poco a poco pero no me alejaba de él, disfrutaba de su calor y de su aroma, uno que me resultaba tan nostálgico que por un segundo creí que lloraría nuevamente.
-Jack?- susurre sin mirarlo.
-Hm?- fue lo único que respondió.
-Tengo miedo- dije bajo -De que me estés mintiendo, de que solo me estés seduciendo... de que tenga que matarte-.
Sentí como me apretaba un poco más entre sus brazos.
-Preciosa... solo quiero que recuerdes... que vuelvas a nosotros, tal vez puede que me tengas rencor si tú memoria regresa pero los demás te necesitan- tomo aire y lo soltó lentamente.
-Los otros?- pregunte curiosa.
Me levante un poco para poder ver su expresión, parecía distante, como si estuviera recordando.
-Claro... tú mejor amiga, tú mejor amigo, tú madre, tú hermano- me dijo con tristeza -ellos te necesitan, nada es lo mismo sin ti-.
Sentí el nudo en la garganta, entonces en mi mente comenzaron a aparecer las imágenes de los chicos que iban acompañando a Jack el día que ocurrió lo de los perros, también por un momento algunos recuerdos pasaron por mi cabeza como imágenes borrosas.
-Yo...- tome toda la fuerza desde mis entrañas -No los recuerdo-.
Entonces el me miró con el ceño fruncido, parecía enojado, se levantó haciendo que yo me alejara un poco.
-Como puede ser que los hayas olvidado de esta manera! Ellos te están esperando pero tú no recuerdas ni sus nombres!- dijo exigente.
Lo miré sorprendida por su repentino cambio de actitud, no sabía que contestar pero no iba a dejar que él simplemente se enojara por algo que no era mi culpa.
-No lo sé! Solo paso! Mejor dime que fue lo qué pasó como para que quisiera olvidar!- conteste alzando la voz y Jack se sorprendió -he estado estos dos años sin recordar nada y viviendo como si nada fuera importante, entonces llegas tú, un demonio, a reclamarme como es posible que me haya olvidado de personas que me debían importar! Pues te informo que no sé qué pasó antes de despertar hace dos años!-.
Solté sin más, había sido un impulso, un impulso causado por la frustración que me daba no conocer nada de mi que no fuera capaz de recordar. Sabía que era en ese momento, sabía lo que hacia, sabía para quien trabajaba, solamente conocía que era lo que había ocurrido estando con Víctor y Julián.
Jack me miraba atento y con los ojos completamente fijos en mi pero no decía nada, incluso tenía la boca semiabierta como si buscara las palabras correctas para decir pero nada salió de sus labios.
No miramos por unos minutos y el silencio entre nosotros creció.
Suspiré, el no iba a decir nada.
-Me tengo que ir- me levante rápidamente.
Lo había tomado por sorpresa y no reaccionó, entonces camine un poco acelerada hacia mi Harley, escuche unas cuantas ramas crujir bajo sus pies y después sus pasos se acercaron a mi, me detuvo tomándome de la mano. Voltee mi mirada y no sabía cómo describir esa expresión que tenía, parecía algo desesperada.
-Por favor, no te vayas, tienes que regresar- dijo algo demandante.
Me separé de él bruscamente.
-No lo haré, tengo que volver- retrocedí un poco.
-Volver a donde? No piensas estar con tu familia otra vez?- pregunto algo enojado.
-Lo siento pero no la recuerdo y si no te has dado cuenta no tengo la mejor calidad de vida- conteste en el mismo tono -les hago un favor al no arrastrarlos conmigo, estarán mejor sin mi-.
-Pero que carajos estás diciendo?! No te das cuenta que les haces falta?!-.
-Ya me viste?! Me estoy convirtiendo en un monstruo que solo les daría desgracia!!-.
Nuestros tonos enojados se había transformado en unos fuertes gritos, un nudo en mi garganta se empezó a formar pero, tal y como había aprendido con Julián, me lo tragué para después poner una dura coraza alrededor de mis sentimientos.
-Entonces piensas terminar de destruir la pequeña y frágil familia que poco a poco estaba comenzando a recuperarse?! Piensas apuñalarles por la espalda?! Crees que marchándote solucionarías todas las desgracias que ya habían pasado?!-.
En ese momento sentí un cosquilleo en mi estómago pero tenía que sepultarlo, comportarme y no dar problemas, justo como se me había sido ordenado.
-Yo no conozco esa familia- sentencie.
Me di media vuelta y me alejé todavía más, entonces sentí como Jack me tomaba del brazo para después atraerme hacia él y envolverme con sus brazos, plantando un brusco beso en mis labios, de esos que te quitan el aliento y nublan tu buen juicio. No quería ceder, no lo haría, no bajaría mis defensas. Nos separamos del beso y el me miró a los ojos.
-No te voy a dejar ir- susurro contra mis labios.
Yo comencé a forcejear para que este me soltara pero con su fuerza simplemente no podía hacerle frente.
-Tendrás que hacerlo, estaré en problemas sino me voy ahora- dije todavía luchando.
-No dejare que te vuelvas a escapar, tú me perteneces y no te volveré a perder- siguió diciendo.
-No soy tuya!- respondí algo enojada.
-Lo eres desde el primer momento en que te vi!- me sujeto con más firmeza.
Nuestro ojos hicieron contacto. Sentí una calidez invadir mi pecho haciéndome titubear acerca de mi deber de regresar. Por qué no podía quedarme con él? Cuál era el problema?
Entonces tres palabras aparecieron en mi mente que me hicieron aterrizar en la realidad de golpe.
"Es un demonio"
Nada más que eso, había cazado a varios de ellos y muchas veces había disfrutado hacerlo. Por qué él era la excepción?
Julián y Víctor me estaban esperando, tenía que llegar.
Tenía que salir de ahí. Entonces hice lo que debía haber echo desde el primer momento. Lleve mis manos lentamente a mi espalda acariciando sus brazos que me rodeaban y cuando estuvo a mi alcance tome mi arma apuntando enseguida al abdomen de Jack, este parecía algo sorprendido pero al instante su expresión se relajó.
-Por favor suéltame, no quiero tener que dispararte- dije casi acariciando sus labios con los míos.
-Enserio quieres hacer esto Emily?- contesto algo decaído -podrías intentar tener una vida normal de nuevo, yo desaparecería, no te volvería a molestar-.
-Tengo que irme y tú también- fue lo último que dije antes de intentar alejarme.
Jack aflojó su agarre y yo retrocedí con cautela, preparada por si en algún momento se volvía hacia mi otra vez.
-Lo siento, Jack, pero no puedo quedarme, por mucho que lo deseara- comenté triste -pero ten por seguro que al ser un demonio, nos volveremos a ver-.
El dibujo una pequeña sonrisa en su rostro la cual correspondí.
-Te veré pronto, preciosa-.
Me monte en mi moto y enseguida acelere para salir disparada de ese lugar, no traía mi casco puesto y el viento hacía ondular mi cabello mientras unas tímidas lágrimas salían de mis ojos recorriendo mis mejillas hasta perderse.
No escuche el motor de la moto de Jack acercándose, sinceramente me sentía algo decepcionada pero eso era lo que yo había querido.
Llegue al estacionamiento subterráneo, apague la Harley y me limpie las lagrimas tratando de disimular que no había pasado nada, también me acomode el cabello para que este no se viera tan desordenado. Comencé a caminar por los pasillos de la instalación hasta que llegue a la sala donde vería a los chicos, encontrándome con que Julián estaba sentado en el sofá de una plaza y Víctor estaba en el más grande, me acerque a paso discreto hasta que me detuve a lado del peliblanco.
-Bienvenida, pequeña- hablo mientras me acercaba una copa de vino -Quieres un poco?-.
-Si, gracias- dije tomando la copa entre mis manos dándole un gran trago.
Julián me veía atento y con una sonrisa en su rostro.
-Puedes terminártela-.
Y así lo hice, deje sin nada de líquido el cristal y lo apoye en la mesa de centro.
-Vaya que tenías sed- dijo divertido Julián.
-Estas bien, Emily?- pregunto el castaño.
Asentí y después miré al peliblanco.
-Quiero otra-.
-Vaya, algo malo sucedió en el trabajo de hoy?- Julián levantó una ceja.
-No, yo solo...- recordé todo lo que había ocurrido con Jack -Necesito un trago-.
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Mi Amado Demonio
RomanceEl amor. Un sentimiento tan maravilloso y mágico. Pero todo lo maravilloso tiene su lado oscuro. El amor es como una rosa, hermoso pero no se pueden ignorar las espinas. Emily no tenía en sus planes enamorarse y tampoco dejaba entrar a las personas...