Me encontraba sentada en una de las vigas que había en el alto techo con los pies colgados y balanceándolos levemente mientras en una mano sostenía una copa con ese vino que tanto me encantaba, estaba escuchando la platica que tenían los dos hombres que se encontraban sentados en los sillones de esa misma habitación.
-Cada vez está más tranquilo el poder trabajar sin esos estorbos, aunque todavía faltan unas pestes por eliminar- sonrió el peliblanco como siempre -se lo puedo agradecer a nuestra pequeña, el trabajo ha sido bastante sencillo-.
-Ya te dije, me alegra que te vaya tan bien pero preferiría que dejaras de darle trabajos tan complicados a Emily, no es sano para ella- contestó Víctor pasando una mano por su desordenado cabello castaño.
-No he escuchado que ella se queje, aparte parece divertirse- miró hacia donde yo estaba con una sonrisa.
Lo observé y di un trago al líquido carmesí bañándome los labios.
-Eres un bruto, Julián- dijo exasperado el castaño -siempre lo fuiste con ella, todavía no se mejoraba del todo cuando le diste ese estupido libro y le estabas diciendo que su vida corría peligro-.
Miré a Víctor que parecía algo fastidiado de la actitud tan despreocupada que siempre tenía Julián, me recordó a cuando yo recién había llegado con ellos y comenzaba a adaptarme.Estaba en mi nuevo dormitorio recostada sobre la gran cama con sábanas de seda, me sentía alguna especie de reina cuando me habían mostrado el cuarto. Estaba comenzando a quedarme dormida cuando de repente Julián apareció ante mi con un gran libro de tapa marrón en brazos, parecía una antigüedad, me levante de un brinco y me senté. El peliblanco dejó el libro frente a mi.
-Necesito que estudies todo lo qué hay aquí, que memorices cada una de las cosas que dice- dijo severo.
-Eh? Pero es demasiado- abrí la primer pagina del libro extrañándome por el contenido -Es un libro de criaturas míticas-.
Levante una ceja y lo miré con duda.
-Memorízalo- volvió a decir.
-No entiendo como esto puede formar parte del trabajo- conteste.
El puso ambas manos de golpe sobre el libro haciéndome sobresaltar.
-Esto puede salvar tu vida, los nombres, datos curiosos, características y la manera como se eliminan estas cosas, sino lo aprendes te convertirás en el alimento de lo que está escrito aquí- sus ojos ámbar miraban fijamente los míos y un escalofrío bajo por toda mi columna.
Que diablos? Que clase de trabajo era ese?
-Pero estas cosas no existen- dije segura viendo a la criatura del primer capítulo, un demonio -Es imposible que existan-.
-No dudes de ellas, cariño- dijo sonriendo. Después se alejó de mi dejándome con la curiosidad, me sonrió antes de salir de la habitación dejándome nuevamente totalmente sola.
-Ay Em, en qué cosas te has metido- me dije a mi misma suspirando.
Abrí el libro en el inicio encontrándome con el índice, miles de criaturas aparecieron. Desde ángeles, demonios, ángeles caídos, fantasmas hasta lamías, dioses paganos, vampiros y hombres lobo. Comencé a leerlo dándome cuenta que en realidad era bastante interesante y la precisión con la que contaba cada detalle de cada una de las criaturas, aunque algunas eran de forma poco convencionales.
La noche había avanzado y yo todavía continuaba leyendo aquel libro, no sabía cuántas horas habían pasado desde que me lo habían entregado. Fue cuando una luz en el pasillo se encendió y esta entró por la puerta que se encontraba entre abierta que desvíe la mirada. El sonido de unos pasos seguido de un bostezo me indicó que Víctor se había levantado.
Lo vi pasar frente a mi puerta, dio dos pasos y enseguida se regresó asomándose por mi puerta.
-Em? Qué haces despierta a estas horas?- entro a la habitación.
-Ah- mire el libro -Julián me pidió que lo estudiara, dijo algo de que esto podría salvar mi vida-.
-Pero es demasiado tarde- levantó una ceja.
-El parecía tener urgencia en que lo terminara- conteste sin dirigirle la mirada.
-Ese imbecil- susurro y después me miró tranquilo -duérmete, son las 3 de la mañana, necesitas descansar-.
-Pero...-.
-Nada de peros señorita, hora de dormir-.
-Si mamá-.
Puse los ojos en blanco y después cerré el libro para ponerlo en el suelo a lado de mi cama, entonces me recosté. Víctor se acercó a mi acariciando mi mejilla con el dorso de su mano. Era cálida, cerré los ojos disfrutando del contacto.
-Ay Em, me hubiera gustado encontrarte en otra circunstancia- susurro.
Abrí los ojos y lo miré fijamente a los ojos.
-Que quieres decir?-.
-Nada, pequeña, buenas noches-.
Se alejó y salió del cuarto cerrando la puerta tras de sí.

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Mi Amado Demonio
RomanceEl amor. Un sentimiento tan maravilloso y mágico. Pero todo lo maravilloso tiene su lado oscuro. El amor es como una rosa, hermoso pero no se pueden ignorar las espinas. Emily no tenía en sus planes enamorarse y tampoco dejaba entrar a las personas...