Capítulo 4
Pasaron los días, cada vez veía menos a Byron y tampoco hablábamos, pensé que había empezado a odiarme; dijo que le dejaron muchos trabajos y que no tenía tiempo. No tuve otra opción más que creerle. Aunque ya habían pasado dos semanas y media.
Era viernes, estaba en mi casa sentada frente al escritorio de mi cuarto, tecleaba en la laptop con rapidez ya que me pidieron un ensayo para la clase de historia del arte; era para el siguiente viernes y tenía suficiente tiempo para hacerlo pero no encontré nada mejor para entretenerme. Mi madre estaba de viaje y no regresaba hasta después de unos días, pero me encontraba un poco inquieta.
Decidí a darme un descanso. A los segundos escuché el timbre de la puerta sonar con fuerza y di un pequeño brinco. Salí de mi habitación, baje las escaleras y volvió a sonar.
-Ya voy!- grité para que no volvieran a tocar.
Abrí la puerta, Jack e Ivy estaban de pie en el pórtico con una sonrisa amplia.
-Que hacen aquí?- me hice a un lado para que pasaran.
Ivy se veía estupenda con un vestido de piel gris ceñido al cuerpo y unas hermosas zapatillas negras acompañaban el conjunto. Tuve la sospecha de que hacían ahí pero me negué a creerlo.
-Vamos salir así que arréglate, cariño, abrieron un nuevo lugar hace poco y quiero visitarlo.
Confirmo mis temores. No quería arreglarme, tenía puesto un pantalón gris y una blusa de tirantes del mismo color, era mi pijama, mi cabello estaba amarrado en una coleta baja y desordenada.
-Pero ya casi son las 11 de la noche- quise poner una excusa pero Ivy no la dejaría fácil.
-Es la hora perfecta para ir, vamos! Deja de comportarte como una anciana cascarrabias y arréglate- tomo mi brazo pero no me moví.
-No soy una anciana- fruncí el ceño -solo no quiero ir.
-Que te parece si vamos, si no te gusta el lugar entonces te traigo de vuelta- negoció Jack.
Alcé una ceja y él dibujó una sonrisa relajada. No quería aceptar, era agotador, pero era más agotador ese par. Suspiré y cedí, Ivy respondió con un pequeño grito de victoria.
-Ahora regreso- me dirigí a mi cuarto con pasos pesados.
-Te acompañó- Ivy me siguió -mejor compórtate mientras no estamos.
-Se un buen niño y siéntate en el sofá- secundé a mi amiga.
-Ya entendí, no se tarden por favor, o moriré aquí abajo.
Subimos a mi habitación, Ivy se sentó en mi cama y yo me acerqué a mi armario para buscar un vestido que fuera aprobado por ella, saqué un vestido rojo de corte princesa que dejaba los hombros descubiertos.
-Qué te parece éste?- se lo mostré.
-Y si intentas con algo más ajustado? Tienes un hermoso cuerpo así que lúcelo- respondió acercándose a hurgar entre mi ropa.
Sacó varios pero ninguno era suficiente. "No, muy largo, parece trapo viejo, que horrible color, donde compraste esto?" Esas fueron algunas de sus palabras mientras descartaba los vestidos.
No era muy fan de la moda y casi nunca utilizaba vestidos, mucho menos cuando se trataba de ir a uno de esos lugares, siempre utilizaba algún pantalón. La escuché gritar y sacó uno de los vestidos que tenía escondido entre mis cosas.
-Oh mi dios! Por qué nunca te he visto este?
Me lo enseñó. Era el vestido rojo ceñido al cuerpo que había escogido para mi graduación de la preparatoria, pero no lo pude usar ya que ese mismo día me enferme de gravedad y terminé en el hospital durante la noche. Muy mala suerte.
-No creo que me quede o me vea bien, voy a parecer una cerda con él- no quería ponérmelo y menos porque sabía que Jack me vería.
-Oh vamos, no pierdes nada! Es una chulada y me encargaré de que te veas sexy- una sonrisa malvada se dibujó en sus labios -Enamorarás a Jack enseguida.
Su comentario hizo que mi quijada cayera hasta el suelo, mis ojos abiertos con sorpresa y después recuperé la compostura.
-Oh vamos, no luzcas tan sorprendida. Ambas sabemos que te gusta aunque te quieras hacer la ruda- me guiño un ojo -y yo te ayudaré.
-De que hablas? Yo nunca pedí que se fijara en mí. Digo, es atractivo pero más molesto para mi de lo que crees, aparte el parece más interesado en ti que en mi, son bastante cercanos últimamente, parecen divertirse y...- Ivy me interrumpió colocando su dedo índice encima de mis labios, tenía sonrisa burlona.
-Quién te metió esas locuras en la cabeza?- parecía querer estallar en risas- admito que es mi tipo pero tú lo viste primero aparte de que él no mira a alguien más que no seas tú.
-Es en serio?
-Por supuesto, mis instintos nunca han fallado.
Alcé una ceja, no esperaba escuchar algo así pero me hizo sentir tranquila. Eso me sorprendió más.
Después de la platica un poco incómoda y que me costaba un poco creer, terminé de arreglarme. Resultó que el vestido me quedó mejor de lo que recordaba así que accedí a las súplicas de mi amiga. Me peiné el cabello en unos rizos ligeros, ella me puso una ligera capa de maquillaje y acompañé el vestido con unos tacones negros. Me sentía distinta pero me gustó como me veía ante el espejo.
Pasó casi una hora y nos dignamos a bajar las escaleras pero Ivy me detuvo a la mitad, me dijo que esperara y fue a donde se encontraba Jack sentado, estaba silbando una canción, le tapó los ojos e hizo una señal para que me acercara, caminé a ellos al mismo tiempo que ella le destapaba los ojos.
-Y bien? Que te parece?- Ivy se escuchaba orgullosa.
Los ojos de Jack se volvieron más grandes de lo que eran y no aparto su mirada de mí. Una sonrisa complacida se formó en sus labios, se acercó y con su mano tomó la mía para darme una pequeña vuelta.
-Perfecta- susurró como si fuera un secreto entre nosotros.
Mi piel se erizó en el momento que nuestros ojos se encontraron, una conexión especial, no podía comprenderla pero el magnetismo estaba ahí. Una especie de gravedad que me guiaba hacía él. Todo a mi alrededor se esfumó pero el azul seguía ahí, me hizo sentir tranquila pero no ayudaba a la tormenta que se formaba en mi interior. El burbujeo en mis entrañas se extendió como un huracán y adormeció mis sentidos. Fue un instante que me pareció una eternidad.
Ivy carraspeó, me trajo de regreso a la realidad.
-Disculpen por reventar su burbuja de cuentos de hadas pero si no se apresuran el lugar se llenará- sonaba incómoda.
Me aleje de él como si de un momento a otro me quemara y asentí, los tres nos salimos al auto de Ivy, vi como ella se subía en la parte trasera y él tomaba el asiento del piloto dejándome en el lugar del acompañante.
-Sabes manejar?- miré a Jack que ajustaba el asiento a su gusto.
-Claro que si, pequeña Em-
Él arrancó el auto y vi a mi amiga que iba cómoda en el asiento trasero.
-Por qué no manejas tu? Nunca me dejaste tomar el volante de tu bebé- pregunté.
-Aproveche que nuestro querido amigo dijo que se haría cargo, así que será nuestro chofer esta noche- sonrió -y sé que tú eres mala conduciendo.
Levanté una ceja, dirigí la mirada al de ojos azules que no apartaba la vista del camino. Se veía distinto al volante de un auto y no de su Harley pero encajaba bastante con él, algo podía quitarle lo atractivo?
Llegamos al club. Se veía bastante despampanante, las chicas usaban sus peligrosos y cortos vestidos mientras paseaban alrededor, el aroma a alcohol era tan penetrante que apestaba el ambiente, la estruendosa música hacía vibrar mis huesos. Todo ese lugar gritaba "sexo, drogas y alcohol".
Nos cercarnos a la entrada e Ivy le dijo algo al gran gorila que se encargaba de cuidar la entrada. Nos dejaron pasar, por dentro era completamente una locura. La multitud se movía al ritmo de la música, era casi imposible pasar. Después de unos cuantos empujones y disculpas pudimos llegar a una mesa.
Los tres nos sentamos y pedimos unas bebidas. La música me hacía estremecer, no me desagradaba, era un ambiente completamente distinto y eso me emocionaba.
-Qué les parece el lugar?- gritó Ivy sobre la música.
Hice una señal con la mano, alcé el pulgar y ella sonrió. Sonó una canción en particular, me gustaba y empecé a ondularme al ritmo, era envolvente. Sentí la mano de Jack en mi brazo y lo miré, tenía una sonrisa dibujada, con una señal de cabeza señaló la pista de baile.
-Vamos a bailar- casi gritó en mi oído para que lo escuchara.
Pensé en negarme pero no pude resistirlo, miré a mi amiga que nos observaba con una enorme sonrisa en el rostro. Hizo una señal de que estaba bien así que le di un trago a mi bebida y me dirigí con él a la pista de baile.
La música me abrazó al llegar al centro de la pista, comencé a mover mi cuerpo al ritmo de la música y sacudí las caderas de un lado a otro. Las manos de Jack tomaron mi cintura y me acercó a él. Nuestros rostros estaban a unos cuantos centímetros y podía sentir su respiración acariciar mis labios. Él me regaló una sonrisa que correspondí. Di media vuelta y pegué mi espalda a su pecho, con sutileza fue deslizando sus manos a mis caderas. Noté que varias chicas veían a en nuestra dirección, mi compañero de baile y yo, algo me decía que solo miraban a mi acompañante. Les reste importancia. Sentí el cuerpo de Jack pegado al mío moviéndose al ritmo de la música, él susurraba la letra de la canción en mi oído, su aliento me causaba cosquillas. El calor de la multitud me cubrió y mi piel estaba cubierta por el sudor. Empecé a cantar, me uní a él. La presión de sus manos aumentó, sonreí y miré por encima de mi hombro, estábamos tan cerca que percibí su aroma. La excitación del momento pareció abrazarlo. Me giré para estar frente a él, no deje de bailar y pasé mis brazos por su cuello, a solo una caricia de besarlo.
-Controla a tu pequeño amigo- susurré en su oído.
Él me abrazó con fuerza, nuestros cuerpos parecían a punto de fusionarse, su amigo se frotó contra mí y mordí mi labio inferior mientras le sonreía.
-No puedo controlarlo si te pegas a mí y bailas de esa manera- habló en mi oído -luces exquisita esta noche, quiero devorarte.
Su voz resonó en mis tímpanos inundó mi cuerpo, un escalofrío subió por mi piel y entumeció mi cordura. Nuestros ojos estaban unidos y ninguno quiso romper ese lazo que se formó entre nosotros. Mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho y sus manos estaban aferradas a mi cintura. No tenía ninguna escapatoria. Caí en la trampa pero no quería escapar de ella. Un fuego había nacido en mi interior y se extendía con rapidez, destrozaba todo a su paso. Su respiración y la mía estaban sincronizadas a la perfección, pasé la lengua por mis labios con sed. Estaba sedienta.
-Vamos a otro lugar? Eres tan hermosa que no soporto que nadie más te miré. Seguro a Ivy no le importará- su voz fue más profunda de lo usual.
Me estremecí. No quería salir de la burbuja que se había creado a nuestro alrededor, estaba tan perdida en ella.
Un pensamiento rompió el momento.
Ivy nos estaba mirando. Me aparté un poco, miré en dirección a la mesa, no la vi sentada y me asusté. Salí de la pista con un gran esfuerzo y Jack me detuvo.
-Qué pasa?- preguntó, miró en la misma dirección que yo.
-Donde está Ivy? No la veo.
-Tranquila, vamos a buscarla por separado, tú acércate a la barra, yo buscaré por los baños.
Él y yo nos separamos, me acerqué a la mesa donde nos sentamos antes, otra persona estaba en ese lugar. Aura Kilgore se había adueñado del lugar y me miraba como si fuera un animal con sarna.
-Qué haces aquí? Dónde está Ivy?- hablé y busqué alrededor.
-La cerda está sentada allá en la barra- señaló la dirección donde se veía que mi amiga hablaba con un barman de forma tranquila.
-No la llames así.
Me sentí más tranquila al verla bien hasta que volví a escuchar la voz de la rubia oxigenada.
-Tienes que ser una zorra con cualquiera que te pase por el frente? Primero el bombón de ingeniería y ahora Jack Gotham? Con cuantos más te acostarás?- sus labios pintados de carmesí hicieron una mueca y sus cejas peinadas estaban fruncidas.
Sus ojos castaños me apuñalaban con odio pero no le tome importancia.
-Estás celosa de que tenga bombones como amigos?- sonreí con burla y me acerque a su oído -sabes que esa palabra me queda grande comparada contigo, hoy con quien viniste? Con el novio de otra amiga? Zorra.
-Cállate maldita zorra, no tienes el derecho de juzgar lo que hago!- gritó enojada -por qué no te vas a revolcar con tu amigo un rato más? De todas maneras no te intereso el numerito que se montaron, pequeña puta-.
-No te preocupes, yo no estoy abierta al público igual que tú, eres como una zona turística. Todos pasan por ahí.
Me alejé , me daban ganas de romperle la cara. Llegué con Ivy, ella coqueteaba con el chico que servía la barra y él también parecía bastante interesado en ella. Me senté a su lado y solté un largo suspiro, ella volteo a verme.
-Hey, qué pasó con tu chico?- dejó en espera al lindo chico de cabello castaño y tatuajes.
-No es mi chico. Te estábamos buscando pero me encontré con Aura- apoyé mi codo en la barra y coloqué la barbilla en la palma de mi mano.
-Y como fue?
-Peor que lidiar con un demonio, te lo aseguro.
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Mi Amado Demonio
RomanceEl amor. Un sentimiento tan maravilloso y mágico. Pero todo lo maravilloso tiene su lado oscuro. El amor es como una rosa, hermoso pero no se pueden ignorar las espinas. Emily no tenía en sus planes enamorarse y tampoco dejaba entrar a las personas...