Capitulo 13

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La adrenalina todavía no salía de mis venas en el momento en que habíamos regresado con Ivy y Byron, ellos estaban sentados en una de las mesas en la zona de comida, tenían unas palomitas y varios hot dogs sobre la mesa e incluso noté que había un peluche en los brazos de Ivy. Sonreí al verla y esta alzó en alto el enorme oso de peluche cuál trofeo.
-Byron lo ganó para mí!- grito con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.
-Pero que monada!- conteste animada.
Me senté en uno de los lugares vacíos mientras que Jack se sentó a mi lado sin soltar nuestras manos entrelazadas, este sonrió y después miro a Byron.
-Cuantos intentos te costó?- dijo burlón.
-Más de los que te voy a contar- contestó suspirando Byron pero una sonrisa satisfecha se dibujó en su rostro al ver como mi amiga estrujaba el peluche.
-Es precioso- comenté feliz de ver a mi amiga tan alegre.
-Verdad que si?!-.
Asentí con la cabeza mientras tomaba uno de los hot dogs y le daba una mordida. El delicioso sabor hizo chispear a mis papilas gustativas, el hambre si que podía ser un arma letal.
-Dios mío, la comida nunca supo tan buena- dije feliz.
Después de comer, todos decidimos participar de los juegos de destreza que había, comenzando a competir entre nosotros para ver quien ganaba más premios, todo era como cualquier salida entre amigos y tan tranquilo que hubiera podido dar todo lo que tenía porque esos momentos no terminaran.
Pero todo lo bueno tiene que terminar en algún punto, era pasada de la media noche cuando decidimos irnos a casa. Nos despedimos en el estacionamiento, Byron se encargó de llevar a mi mejor amiga a su casa mientras que yo me iría con Jack, vimos como ellos se fueron y como Ivy dormitaba en el asiento del acompañante del auto del rubio. Cuando estuvimos solos Jack y yo, nos tomamos de las manos y yo apoye mi cabeza en su hombro suspirando, mi energía me había abandonado por completo.
-Que sucede preciosa?- dijo mirándome con una sonrisa.
-Tengo sueño- suspiré y solté un quejido al mismo tiempo que me restregaba en su hombro -llévame a casa-.
-Lo que ordene my lady-.
El me tomo en sus brazos como si fuera una princesa y me llevo así hasta que encontró la moto, yo había aprovechado ese pequeño trayecto para cerrar los ojos, relajarme y disfrutar del aroma tan dulce que tenía Jack.
-Hoy fue divertido- comentó.
Me limite a asentir con la cabeza.
El camino de regreso a casa fue en silencio pero no hacían falta las palabras, el ambiente era completamente cómodo así y no me quería deshacer de esa sensación. Extrañamente siempre que estaba con él sentía una paz en mi cuerpo que no hacía más que embriagarme hasta perder la noción de todo lo que me rodeaba, me encantaba esa sensación.
Llegamos a mi casa casi a las 2 de la mañana.
-Listo, hemos llegado- dijo Jack estacionando la moto frente a mi casa.
-Muchas gracias por traerme- conteste mientras me quitaba el casco y se lo daba.
-Fue un placer- me miro con una sonrisa y después se levanto para abrazarme.
Esta acción hizo que comenzara a cerrar mis ojos y por un momento creí que me quedaría dormida mientras lo abrazaba.
-No te gustaría quedarte a dormir?- pregunte con más sueño del que podía soportar.
-Me encantaría pero te meterías en problemas- susurro a mi oído.
-Que clase de demonio se preocupa por eso?-
-Soy único en mi clase-.
Sonreí e incluso iba a contestar algo pero justo después de eso me quedé dormida en sus brazos sin siquiera darme cuenta y sin darle importancia al momento ni lugar. Un maldito punto para el sueño.
Desperté lentamente dándome cuenta de que estaba en la sala de estar, no me levante al primer momento sino que fue cuando sentí como el sofá se movía. Levante mi mirada dándome cuenta de que estaba recostada sobre el pecho de Jack y este tenía sus brazos abrazando mi cintura. Mis mejillas se encendieron en rojo pero no sabía si era debido a él o qué los recuerdos del día anterior atacaron mi mente, definitivamente debía comenzar a dormir normal durante la época de exámenes; mi vista se fijó en el pacífico rostro del pelinegro mientras dormía, sonreí para mi mientras apoyaba mi mejilla en su pecho nuevamente sin apartar la mirada.
Solté un suspiro, me sentía protegida aunque él estuviera dormido, parecía de esas escenas con las que había soñado cuando era más pequeña, tal vez en secundaria.
-Disfrutas comerme con la mirada?- miré a Jack rápidamente saliendo de mis pensamientos.
Este tenía los ojos abiertos y me miraba con una sonrisa de lado.
-Eh? Claro que no... yo... yo solo estaba... agh... cállate- escondí mi rostro en su playera negra.
Escuche una pequeña risa de su parte y después sentí como acariciaba mi espalda lentamente.
-Yo no dije nada- susurro a mi oído.
Me levante un poco de él y lo miré a los ojos, este tenía aun más esa sonrisa de lado mientras yo solo hice un pequeño puchero.
-Eres de lo peor-.
-Claro que si, preciosa-.
Entonces unimos nuestros labios en un beso corto, apenas un roce entre él y yo que me hizo sentir un cosquilleo que jamás creí sentir en mi estómago. Eran las famosas mariposas?
Nos separamos dejando que nuestro ojos siguieran unidos. Me encantaban esos ojos, tan brillantes, tan hermosos.
Jack estiró su mano y colocó un pequeño mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
-Me encantan tus ojos- salió de sus labios lento como si saboreara las palabras.
Reí un poco y este levantó una ceja algo extrañado.
-Lo siento, es que me leíste la mente- le di otro beso más corto -estaba pensando lo mismo de tus ojos-.
-Enserio?- sonrió seductor -Entonces estamos más sincronizados de lo que creí-.
Ese comentario me hizo sonreír ampliamente, había sido la primera vez que despertaba de manera tan amena, podía acostumbrarme, en especial si se trataba de ese demonio tan travieso que podía llamar novio.
Me levante y me dirigí al baño para remojarme la cara cuando escuche que alguien bajaba las escaleras a paso lento.
-Emily, me dormí y no pude escuchar a qué hora llegaste- dijo mi madre mientras se dirigía a la cocina.
Después un pequeño grito se escuchó desde donde estaba, salí un poco rápido dándome cuenta que mi madre estaba detenida a mitad del camino entre la sala hasta la cocina viendo al chico que estaba sentado en el sofá mientras cubriendo su boca por la sorpresa, miré sus ropas y me di cuenta que estaba hecha un completo desastre con su pijama y cabello desordenado, algo que provocó que yo sonriera de lado evitando soltar una carcajada sonora. Me miró con sorpresa cuando llegue a su lado y me miró aún con sorpresa haciendo que una pequeña sonrisa nerviosa se formara en mi rostro.
-Ups?- solté finalmente terminando con ese incómodo silencio.
-Buenos días, Berenice- soltó Jack.
En sus ojos se notaba el toque de diversión y un poco de burla en sus ojos. Lo golpearía cuando estuviéramos solos.
-Hola Jack- dijo mi madre mirándolo con una sonrisa más fingida que cuando yo trataba de hacerme la dormida para evitar hacer las tareas del hogar -que sorpresa que estes aquí-.
Esa última parte la dijo mirándome a mí con una mirada que me daba a entender que después hablaría conmigo. Maldición.
-Bueno, iré a preparar el desayuno- trate de cortar ese ambiente que había creado mi madre -Quieren hot cakes y café?-.
Me dirigí a la cocina rápidamente evitando cruzar mirada con mi progenitora.
-Yo si- contesto Jack con su típica sonrisa de lado.
-Yo también- secundo mi madre sin moverse de su lugar.
Unos cuantos segundos de un silencio incómodo que yo sentí como una eternidad desesperantes fue lo suficiente como para que rogara que Jack hiciera uno de sus típicos comentarios que hacía con el afán de molestar. Le supliqué a los dioses de cada religión que yo conocía porque mi madre no me sermoneara una hora después de esa mañana.
-Así que te quedaste a dormir, querido?- fue mi madre la que rompió el silencio.
Si, definitivamente hubiera preferido que Jack comenzara la platica.
-Si, llegamos muy tarde así que Em me ofreció quedarme y acepte- dijo de manera natural -Pero no se preocupe, se desmayo del sueño así que no logramos hacer nada indecente- soltó la bomba.
Sentí que me ahogaba con mi propia saliva haciendo que tosiera bastante fuerte, enserio había dicho tal estupidez? Enserio ese chico era tan desinhibido? Las ganas de arrojarle en tazón con la mezcla para hot cakes a la cabeza se apoderaron de mí pero hice uso de toda mi fuerza de voluntad para controlarme.
-Ah, ya veo- la voz profunda de mi madre hizo que mi cuerpo temblara.
-No le hagas caso! Esta loco! Se golpeo la cabeza!- dije rápido antes de que Berenice me colgara de un poste de teléfono.
-Claro que no, estoy perfectamente bien- dijo relajado.
-No lo estarás cuando te arroje este plato a la cabeza!- grite un poco molesta.
Vi desde la cocina como este levantaba las manos inocente sonriendo inocente. Si, lo ahorcaría. Entonces unas fuertes carcajadas resonaron por toda la casa haciendo que Jack y yo nos miráramos confundidos hasta que volteamos a ver a mi madre que estaba completamente sin aire debido a la risa que no la dejaba ni siquiera articular una palabra. Pasaron cerca de dos minutos en que la risa estaba asfixiando a mi madre y está en vanos intentos trataba de tranquilizarse hasta que finalmente se limpió las lágrimas que habían salido por tanto reír y con una sonrisa bastante amplia suspiró.
-La juventud, que bella etapa- me miró alegre -no te preocupes, no estoy enojada-.
Mi alma descanso haciendo que soltara un discreto suspiro. Después miró a Jack y le ofreció una sonrisa un tanto maternal.
-No hay problema, está es tu casa, eres bienvenido siempre que quieras, es una pequeña ventaja por cuidar de la desastrosa de mi hija-.
-Escuche eso!- grite al escucharla.
-Fue mi intención!- contestó mi madre divertida.
-Muchas gracias- contestó cortes Jack.
Cuando finalmente termine el desayuno y lo lleve a la mesa los tres nos sentamos a comer. Ese desayuno transcurrió de una manera animada incluso mucho más de lo habitual, entre anécdotas divertidas, bromas, peleas absurdas y unos cuantos intercambios de miradas cómplices entre Jack y yo, ese había sido uno de los mejores desayunos que había tenido en un largo tiempo. Definitivamente teníamos que repetir la ocasión, aunque prefería que no tuviera los mini infartos que había vivido más temprano.
Cuando Jack se tuvo que ir salí a despedirlo, él ya estaba sentado en su Harley mientras que yo estaba de pie a un lado suyo.
-Cada vez que estoy contigo siempre tiene que ocurrir algo gracioso- dijo el ojiazul divertido.
-Creo que es una maldición- conteste sonriendo -siempre siento que me dará un infarto-.
-Eso es lo que lo hace divertido-.
Le di un ligero golpe en el brazo.
-Claro que no!-.
Escuche las risas de Jack, entonces una de sus manos me tomo de la cintura y me acercó a él mientras este me miraba desde un poco más abajo.
-Para mi si lo es- dijo en tono coqueto.
-Eres un idiota- fruncí los labios.
-Lo más seguro es que si, te molesta?- pregunto acercándose a mis labios.
-Un poco- sonreí.
Entonces corto la distancia haciendo que nuestros labios se rozaran por unos breves momentos y se alejó lentamente mientras me veía sonriente.
-Lo siento preciosa pero te tendrás que acostumbrar- hablo juguetón.
-Ya que- conteste mostrando un falso pesar.
Entonces me volvió a besar de manera corta y se alejó.
-Nos vemos mañana, my lady- encendió la Harley.
Di unos pasos atrás para no interponerme en su camino y lo despedí besando la punta de mis dedos arrojándole el beso.
Lo vi alejarse y me adentré en la casa donde mi madre estaba sentada en el sofá con la sonrisa más amplia que le había visto jamás.
-Así que por fin se me hizo ser suegra de ese guapetón- dijo cuando cerré la puerta.
-Pero que estás diciendo?- conteste un poco avergonzada.
-Ay por favor! Soy tu madre y yo todo lo sé-.
Sus aires de grandeza hicieron que me mordiera el labio inferior evitando reír.
-Se que ese ambiente acaramelado sólo significa una cosa- puntualizo con el dedo índice -Así que no trates de negar lo obvio, jovencita! Ya dieron el siguiente paso!-.
Si, mi madre no era la más normal del mundo.
-Y eso es malo?- levante una ceja.
-Pero claro que no! Es maravilloso! Les deseo la completa y total felicidad a ambos!- se levantó de golpe y me abrazo con más fuerza de la que lo había hecho jamás.
-Gracias- respondí el abrazo.
Me sentía feliz de que todo saliera mejor de lo planeado en mi casa aunque no tenía la idea de que se descubriera tan pronto pero era mejor que se enterara rápido. En ese instante solo quedaba una prueba más y la más peligrosa de todas, esa era contarle a mi mejor amiga de que había iniciado una relación, aunque si mi madre lo había descubierto enseguida lo más seguro es que ella ya también lo supiera o por lo menos que sospechara algo. Ella sabía que solo había tenido una relación "seria" en toda mi vida y que no había terminado de la mejor manera así que por lo menos esperaba que la aceptara. Aunque si lo pensaba más a detalle, Jack era su amigo y ellos parecían entenderse aparte de juntarse para hacerme enojar, sabía que ella lo consideraba su amigo y que desde un inicio Ivy me había dicho que terminaríamos saliendo. Si, no tenía nada de que preocuparme así que no le daría muchas vueltas al asunto. Excepto una cosa, que Ivy era una bruja o una adivina.
Esperaría al día siguiente para aclarar esa pequeña duda, aunque tenía un tema que hablar primero. Tenía que trabajar en mi evaluación de prioridades.

Mi Amado DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora