Me encontraba en mi habitación mientras tenía un libro acerca de criaturas de la mitología griega en mis manos, me encontraba concentrada y por un segundo levante mi vista dándome cuenta del desorden que tenía en mi habitación entre tantos libros, material de caza, algunos trofeos de batalla como garras, cabello y algún que otro talismán, y armas regadas por toda la habitación. No me había dado cuenta de cuando el lugar había comenzado a parecer un almacén.
Suspiré y después llevé el libro a mi cara escondiéndome detrás de él. Me quede así unos segundos después lo aparte mirando a la nada.
Todavía recordaba la platica que había tenido hacía dos días con el demonio Jack, diciéndome acerca de la vida que estaba llevando actualmente. No podía decir que era la más saludable o segura pero debía admitir que también era bastante entretenida, siempre podías encontrar algo nuevo para trabajar, incluso el día anterior había salido por trabajo a atrapar a una bruja que había estado dando molestias a las afueras de la ciudad atrapando y matando a jóvenes. También muchas veces me sentía bien pues estas criaturas hacían daños que yo me encargaba que no siguieran cometiendo.
No me podía quejar del todo.
Solté otro suspiro más, tampoco se sentía tan correcto el renunciar completamente a esa familia que Jack me decía que tenía pero... que podía hacer?
Arrastrarlos y arriesgarme a que sus vidas estuvieran en constante peligro? No, no era correcto.
Con tranquilidad cerré el libro que tenía en las manos y lo dejé sobre la cama, me puse de pie pero al momento que lo hice golpeé una pila de libros junto a la cama y esta cayó causando un efecto dominó en otra pila más alta haciendo que todos los ejemplares quedaran regados por el suelo. Solté un gran suspiro de exasperación. Me dispuse a recoger, tomaba varios en mis brazos para después dirigirme a el gran librero que estaba en una esquina de la habitación, este se encontraba vacío y polvoriento pues nunca lo había utilizado provocando que mi habitación terminara de esa manera.
Lenta y tranquila fui llenando el librero con cada uno de los ejemplares que tenía, despejando lentamente el suelo, también fui recogiendo mis trofeos y los comencé a poner en una repisa, también las armas las puse cerca de mi cama para después ponerlas en la cajonera que tenía cerca de esta.
Y poco a poco toda la habitación estaba comenzando a verse de una manera decente.
Recogí los últimos cinco libros que tenía sobre la cama dejando solamente el que estaba leyendo antes de comenzar a limpiar, me acerque al librero para terminar de acomodarlos uno por uno entonces vi el título del último.
"Ángeles, Demonios y Los Ángeles Caídos" se leía en la portada, este era bastante viejo, algo pesado, había sido uno de los primeros libros que me había dado Julián y solamente había leído la parte de los demonios para mi trabajo pero hacía tanto que no le daba una hojeada que no recordaba bien lo que decía.
Fue entonces que lo lleve conmigo y me volví a recostar en la cama mientras lo abría. Comencé a leer con atención sin dejar ningún detalle sin revisar y analizar, realmente los ángeles eran seres con los que no te gustaría cruzarte, estos eran realmente serés poderosos y más valía no hacerlos enojar pues la cosa podría salir mal. Leí completamente la parte de los ángeles en menos tiempo del que pensé pues cuando revisé el reloj sobre mi escritorio me di cuenta que habían pasado 4 horas y todavía faltaban 7 horas para que Julián llegara, mi estómago rugió y salí por algo de comer. Mientras me encontraba en la cocina preparándome un sándwich este Víctor llego y se quedó recargado en el marco de la puerta observándome con atención, tenía los brazos cruzados sobre su pecho con una pequeña sonrisa en su rostro. Yo lo miré de reojo varias veces tratando de descifrar lo que tenía para decir pero simplemente se quedó ahí, sin decir nada.
-Sucede algo? Tengo algo en la cara?- pregunte alzando la ceja.
Escuche como este lanzaba una carcajada.
-No, no es nada, lo qué pasa es que cuando sales por un aperitivo es porque estás leyendo algo muy interesante- contestó acercándose -encontraste algo?-
No conteste enseguida y tampoco lo miré, estaba algo seria pero él aún mantuvo esa sonrisa en su rostro.
-No es especial- respondí al final -solo encontré un buen libro, es bastante interesante-.
Víctor se acercó al punto en qué pasó su brazo por mi hombro.
-Es bueno que te mantengas ocupada- dijo contento -me gusta verte animada-.
Sonreí levemente ante su comentario, a veces me preguntaba porque él se preocupaba tanto por mi, porque me cuidaba tanto; a diferencia de Julián, Víctor era mucho más comprensivo. Me trataba como si fuera una hermana para el, era bastante tierno.
Así permanecimos hasta que termine de preparar los suficientes sándwiches como si fueran para un equipo entero de fútbol pero sabía perfectamente que todos me los comería sola.
-Vaya, tenías hambre- comentó burlón.
-Si tú tuvieras un trabajo que a veces te deja sin comer por días créeme que comerías igual que yo-.
Me acerque a él con un gran plato donde tenía los aperitivos, tome uno y se lo ofrecí.
-Anda, sé perfectamente que tú tampoco desayunaste-.
Víctor me sonrió mientras lo tomaba, puso una de sus manos sobre mi cabeza para después acariciar mis hebras negras.
-Te están saliendo canas- pareció algo sorprendido.
-Con todo el estrés, como no?-.
Después de eso salí de la cocina para dirigirme nuevamente a mi habitación, me senté nuevamente en mi cama apoyándome en el respaldo, dejé la comida a un lado mío mientras tomaba el libro y lo apoyaba en mi regazo para después retomar la lectura al mismo tiempo que tomaba un sándwich y le daba una mordida.
Estaba empezando la sección de demonios, típicamente te decía las partes principales al inicio, que era él como solían manejarse, algunas de las cosas principales que hacían, que eran capaces de hacer algunos, sus orígenes, sus clasificaciones, unas cuantas formas de eliminarlos. Todo eso yo lo conocía. Llevaba esa información tatuada en mi mente. Aunque un dato que no tenía guardado era "los demonios antes de ser esos seres tan repulsivos, primero siempre fueron humanos". Esa frase me hizo recordar a Jack por unos segundos. Su calor, su mirada, antes había sido humano?
Continué mi lectura encontrándome con bastantes datos curiosos dándome cuenta que había bastante de ellos que aún no conocía. Los demonios no eran de la clase que cuando hacían tratos los rompían, incluso llegaba a mencionar que a diferencia de lo que pensábamos eran criaturas de palabra. Seguí leyendo encontrándome con una pequeña inscripción bajo el párrafo, parecía escrito con una tinta roja, esperaba que no fuera sangre. "Los demonios son capaces de enamorarse como cualquier criatura pero... siguen siendo demonios, no pueden cambiar su naturaleza, son una tempestad al llegar". Esas palabras me hicieron sentir una pequeña presión en el pecho que no me dejaba estar tranquila totalmente, de alguna manera yo ya lo sabía. La lectura fue tornándose un poco más tediosa hasta que un pedazo de hoja con algo apareció y recordé que yo había hecho cuando lo había leído, seguía ahí.
-La manera de seducir a un demonio, casi siempre es gracias al aroma, el demonio ama el aroma a vitalidad junto a la desgracia o desesperación pero un aroma que lo atrae como abeja a la miel es el de la lujuria y odio puro, si alguien fuera capaz de sacar un perfume liquido de ambos seria un iman de demonios- leí en voz algo baja.
Si no mal recordaba el perfume que me había regalado Julian para atraer a los demonios era una de esas cosas en líquido y también los ingredientes eran bastante difíciles de conseguir.
-Aroma a vitalidad- acaricie esas palabras con mis labios -Junto a desgracia y desesperación-.
"Me encanta tu aroma, preciosa" se escuchó una voz en mi cabeza. Un recuerdo.
Solté un leve jadeo.
Una melena rubia se coló en mi mente.
"Zorra"
"Maldita lesbiana"
"Él es un idiota si quiere quedarse con alguien como tú".
-Odio puro...- sentí un poco mi garganta seca.
Una sonrisa maliciosa se coló en mi mente.
"Alguien más huele eso?" Esa voz... era la voz de Jack colándose entre mis memorias "Es dulce pero es delicioso".
Un interruptor en mi mente se disparó.
Regrese a ese tiempo en segundos.
Platicando con la chica pelirroja de la casa. "Ivy" susurro mi mente.
Discutiendo con una mujer algo parecida a mi. "Berenice".
Riendo con un chico rubio que tenía un mechón negro al frente. "Byron".
Comiendo pizza junto a un chico de cabellos negros y ojos oscuros con piel bronceada. "Caleb"
Disfrutando de subirme a una montaña rusa junto con Jack.
Eran flashes de recuerdos que pasaban tan velozmente que sentía mi cabeza dar vueltas, apreté las sábanas entre mis dedos buscando aferrarme para no caer. Sentí que me desvanecería en cualquier momento. Mi mente daba vueltas, tantas imágenes en blanco que tomaban forma, color, olor y sabor en ese momento.
Trate de ponerme de pie pero caí de rodillas completamente aturdida.
Tape mis oídos como si un fuerte silbido se colara a través de ellos y fuera desgarrador.
Cerré mis ojos con fuerza.
Entonces...
Todo se volvió paz.
Estaba en completa paz.
Levante mi mirada lentamente recorriendo las paredes del cuarto como la primera vez, tantos recuerdos y ahora todo a mi alrededor me parecía tan distante.
Me levante tranquilamente del suelo y me volví a sentar en la cama con una expresión serena en mi rostro. Vi el colchón y aún encima de este se encontraba el libro. Lo tome entre mis manos posicionándolo en mi regazo y lo abrí en una página en específico.
"Los Ángeles son seres bastante crueles cuando se trata de seguir las órdenes de su dios, no tienen piedad". Entonces fui a otra pagina más adelante, a la sección de Ángeles Caídos. "Los caídos terminan rompiendo la realidad si es que de lograr lo que quieren se trata, pueden destruir y construir como mejor les convenga, seres crueles que sin importar a quien dañen, ellos lo harán sin sentir remordimiento". Julián...
Leí con atención esa frase, de alguna manera yo ya lo sospechaba pero no había mucho que yo pudiera hacer. Lograría escapar? Quien pagaría el precio? Víctor saldría herido por mi culpa?
Seguí leyendo con atención y detenimiento.
Cuando termine de leer, unos instantes más tarde Víctor llego a mi habitación anunciando la llegada del que se había transformado en mi peor pesadilla.
-Em, acaba de aparecer Julián, dice que quiere verte- dijo un poco serio mientras abría un poco la puerta de mi habitación.
Vi a este desaparecer por la misma y me puse de pie, organizando mis ideas, traté de ponerme presentable pues algunos mechones de cabello desordenado caían en todas direcciones. Tome algunas de mis armas y las guarde, mientras me ponía ropa lista para salir si es que Julián me ordenaba realizar algún trabajo.
Salí del cuarto a paso lento, mi mente parecía estar en paz aunque también sentía que era como si un terremoto hubiera arrasado con todo.
Entonces... quien era Emily?
Cuál era real?
Llegue a la sala principal y entré a paso firme.
-Oh, pequeña, llegas justo a tiempo- El peliblanco me ofreció una sonrisa.
Este se encontraba sentado en el sofá de una plaza. Me acerque un poco. Por unos instantes una escena donde yo me encontraba hablando con él en una biblioteca apareció en mi mente, me deshice enseguida de ella.
"Actúa normal" me abofetee mentalmente.
-Que sucede? Parecía que estabas ansioso por hablar conmigo- dije una vez que estuve frente a él.
Este me miró y sonrió de lado.
-Oh, princesa- sentí una punzada en la cabeza -hoy tengo un trabajo muy especial para ti, espero que lo cumplas de manera impecable-.
Levante una ceja dudosa, entonces él sacó una carpeta, la abrió y la dejó en la mesa de centro.
Yo miré las fotografías con algo de asombro aunque traté de disimularlo.
-Necesito que te hagas cargo de estos dos- dijo finalmente.
Tome lentamente la información de ambos sujetos. No podía apartar la mirada de los documentos y por cada segundo que pasaba sentía como mis manos comenzaban a sudar. Había una foto de Jack, parecía no notar la presencia de la cámara. Luego vi la otra hoja, el chico rubio con un mechón negro al frente también estaba ahí, Byron. Tal vez podía explicar el porqué Jack estaba ahí, era un demonio después de todo pero... y el otro chico? Entonces note que en los documentos había una sección que decía: "Criatura localizada" y abajo con letras negras aparecía "licántropo".
-Un lobo- susurré.
Otro recuerdo se coló en mi mente, un lobo de claro pelaje con algunas zonas más oscuras saliendo de la oscuridad del bosque y persiguiéndome junto a Jack.
-Crees poder lograrlo?- me miró con atención Julián.
-Por qué?- susurre llamando la atención del albino -Por qué debo cazarlos?-.
Él soltó un suspiro con algo de desesperación.
-No veo necesaria tu duda-.
-Solo... quiero saber-.
Este giro los ojos.
-Ellos han estado interfiriendo en mi camino desde hace dos años. Entonces lo harás o no?-.
Asentí leve en silencio. Él sonrió complacido.
-Si logras esta tarea con éxito te compensaré- sonrió llamando mi atención -y te devolveré esto-.
Entonces saco un collar, el collar que yo antes poseía y en este se encontraban los anillos de los jinetes, la jaula del diablo.
Lo estaba usando de la misma forma que yo. No había nada bueno en que él los tuviera en su poder.
-Te pediré que te cuides mucho de ellos, pueden hacer todo lo posible para evitar que cumplas con tu tarea-.
Volví a asentir y con la mente divagando camine hasta el estacionamiento para después tomar las armas necesarias, balas de plata, un frasco con el perfume de demonios, dos armas y un cuchillo fue todo lo que tome. Subí a mi moto pero justo antes de encenderla una mano se posó en mi hombro haciéndome sobresaltar. Gire mi mirada encontrándome con la de Víctor, parecía algo preocupado.
-Que sucede?- pregunto.
-Tengo trabajo- conteste bajando la mirada.
-Parece que no estás bien, qué ocurre?- tomo mi rostro entre sus manos.
-Por favor, cuídate mucho mientras no estoy, no permitas que el te haga algo, tengo que recuperar los anillos de los jinetes a toda costa, no puedo permitir que siga con sus planes-.
-Que?- parecía confundido.
-Solo... haz lo que te digo-.
Fue entonces que encendí la moto y salí disparada del estacionamiento dejando a un confundido Víctor detrás.
Durante el trayecto me mantuve pensando en lo que haría pero no sabía que hacer. Mi cabeza daba vueltas.
Estaba sumida en mis pensamientos mientras recorría las calles casi vacías de noche, noté una moto acercarse a mi. Gire un poco mi vista mirando que se trataba de la moto de Jack.
Me detuve casi en seco y este hizo lo mismo a lado mío. Se quitó el casco y enseguida me ofreció una sonrisa que se fue borrando poco a poco al ver mi rostro aturdido.
-Es bastante peligroso manejar así, preciosa- comentó algo serio.
Entonces me di cuenta que ni siquiera llevaba mi casco puesto.
-Que sucede?- dijo preocupado al ver que yo no respondía.
-Necesito tú ayuda, Jack... y también la de Byron- solté sin más.
Solo me limite a ver como este abría los ojos sorprendido.
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Mi Amado Demonio
RomanceEl amor. Un sentimiento tan maravilloso y mágico. Pero todo lo maravilloso tiene su lado oscuro. El amor es como una rosa, hermoso pero no se pueden ignorar las espinas. Emily no tenía en sus planes enamorarse y tampoco dejaba entrar a las personas...