Me desperté pero de alguna forma mi cuerpo no se movía y mis párpados se negaban a abrirse. No sentía mi cuerpo haciendo que el pánico comenzara a inundarme y preguntarme qué era lo que había ocurrido.
Entonces la imagen de Jack besándose con Aura apareció en mi cabeza junto a otras más, yo jalándole el cabello a Aura, yo gritándole a Jack, llorando, yo corriendo a toda velocidad y las luces de un auto al pasar rápidamente por una calle. Me habían atropellado. Sentí la impotencia que había sentido en esos últimos momentos, quería apretar mis puños pero no podía, no podía hacer nada. Donde estaba? Que me pasaría? Pensaba en varias cosas pero un pensamiento fugaz se anidó en mi cabeza. "Todo esto es culpa de Jack". El dolor que me había provocado en el corazón fue lo suficiente grande como para guardar cierto rencor hacía el, le había permitido entrar a mi vida y él había arrasado con todo lo que tenía a su paso, robando mi corazón para después romperlo. Mi confianza se había visto dañada desde raíz. Quería apretar mis puños pero mis manos no respondían. Que debía hacer en ese momento en que me encontraba más vulnerable? Donde había quedado la promesa de que no dejaría que nada me ocurriera?
"Simples trucos de un demonio".
No había notado el pitido rítmico de la máquina que medía mis latidos que sonaba en ese lugar. Estaba en un hospital? Esa pregunta se esfumó tan rápido como había llegado.
"No, no lo es" dijo mi conciencia.
Estaba segura de una cosa, no estaba en un buen lugar para pasar el rato.
Entonces escuche el sonido metálico de un pesada puerta junto a unos pasos lentos y después unas voces.
-Dios mío, Julián, solo es una niña!- una voz de un hombre más bien sonaba de alguien no mucho mayor que yo -Este no fue nuestro acuerdo, siempre has traído personas mayores-.
-Si, pero siempre han fallado, no es así? Ella tiene el potencial que los otros no, confía en mi- esa voz, yo la conocía, no podía ser cierto -Esta niña será la solución, es fuerte y terca, amante de la vida y con temperamento, verás como se aferrará a esta desesperadamente-.
Sentí mis ojos llenarse de lágrimas debajo de mis párpados y una de ellas se escapó dejando un camino húmedo hasta perderse en mi pelo.
-Podemos conseguir a otra persona, no a alguien tan joven, le quieres arrebatar la vida a alguien que todavía la carga por delante?- le contestó el joven.
-Si es necesario para completar mis planes estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, aunque a ti no te parezca- escuche al hombre de cabello blanco.
"Ayuda" susurro mi conciencia.
-A veces pienso que eres un monstruo- susurro el otro acercándose a mi.
-Créeme, la mayoría de ustedes me considera así-.
Se escuchó el chirriar de la puerta cerrarse nuevamente.
Después de eso sentí la presencia a mi lado del otro chico. Quería llorar, gritar, patalear, romper cosas, todo eso quería hacerlo pero mi cuerpo no me respondía. Esa sensación de desesperación al querer moverte pero no lograrlo era horrible, era como una película de terror. Entonces sentí la cálida mano de ese joven acariciando mi mejilla con delicadeza.
-Estas despierta pequeña?- pregunto con voz suave.
Quería contestar pero al intentar abrir mi quijada sentía cómo está tronaba, era un dolor desgarrador que hizo que mi columna punzara y que por un momento todo ese dolor me recorriera las extremidades.
-No te esfuerces- lo escuche suspirar algo frustrado -parece que tienes la quijada fuera de lugar, también tu columna se encuentra mal, es probable que no puedas moverte-.
Una mano de él se posó en mi pecho comenzando a recorrer todo hasta llegar a mi abdomen.
-Wow... con todos estos daños me sorprende que sigas con vida- dijo al tiempo que movía unas cuantas cosas que estaban alrededor.
Por el sonido metálico supuse que se trataban de herramientas para cirugía. Sentí miedo rápidamente temiendo por lo que me pasaría.
-Tranquila, esto será rápido y cuando termine puede que no recuerdes nada, esperemos que así sea- dijo tranquilamente.
Quería decir algo pero el dolor al tratar de hacerlo me lo impedía pero al ser una situación como esa, no importaba el dolor, tenía que hablar. Mi quijada se movió lentamente y mi lengua algo adormecida me permitió pronunciar una frase tan pequeña en un hilo de voz tan fino y bajo que dudaba mucho que él pudiera escucharme.
-Quie... quiero... ir... a... c-casa- logre articular.
Escuche como este suspiraba lentamente y podía sentir su mirada en mi.
-Lo siento, pero no creo que eso pueda ser posible- acarició nuevamente mi mejilla -me podrías decir tu nombre antes de que comience?-
Lo dudé pero algo en su voz me decía que estaba bien, que no haría ningún daño decirlo.
-E-Emi...ly- incluso pronunciar mi nombre sonaba lastimero.
Más lágrimas se deslizaron para después dejar un húmedo camino hacia mi cabello.
El hombre limpio tiernamente unas cuantas pero estás se desbordaban e incluso el simple hipido de mis sollozos hacía que me desgarrara del dolor. Ese dolor me hacía sentir como si no tuviera derecho alguno a llorar. Algo se estaba quebrando pieza por pieza dentro de mi. Mis dedos se querían aferrar a algo pero en ese momento no podían alcanzar nada, mis sentimientos querían hacerme fuerte pero estos estaban destrozados y mi corazón solo estaba ahí, vacío, roto y herido, siendo monitoreado, incluso el solo sonido de los pitidos de la máquina hacía retumbar mi tímpanos suplicando porque estos se detuvieran. Que mi vida se detuviera.
-Hola Emily- susurro aquel joven -me llamó Víctor, yo me haré cargo de ti de ahora en adelante y quiero decirte que... ojalá nos hubiéramos conocido en otras circunstancias-.
Su tono sonaba triste. Eso hizo mi corazón estrujarse, esperaba que esas palabras salieran con sinceridad de sus labios pero yo ya no sabía que era cierto y que no, tenía miedo y dudaba de todo, tal vez así era la manera en cómo sobreviviría. Quería que todo acabara. Lo más rápido posible.
-Te-termina... con.. e-esto, por... favor...- susurre.
-Esta bien- le escuche decir -lograre que vuelvas a nacer y te aseguro que todo lo que ahora te atormenta lo olvidaras-.
Entonces sentí como mi conciencia se iba perdiendo, mi mundo empezaba a desaparecer y esta vez solo permitía que este se escapara de entre mis dedos, sin luchar, sin poner resistencia, perdiéndome entre tantos sentimientos contradictorios que me hacían mal. Jack... eso es lo que querías?
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Mi Amado Demonio
RomanceEl amor. Un sentimiento tan maravilloso y mágico. Pero todo lo maravilloso tiene su lado oscuro. El amor es como una rosa, hermoso pero no se pueden ignorar las espinas. Emily no tenía en sus planes enamorarse y tampoco dejaba entrar a las personas...