Capítulo 33: Mensaje de Yahir.

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El día que entraste a la sala donde yo estaba no pude contestarte hasta que te fuiste de ahí, decidí escribirte a los segundos y como todos los amores nunca me imagine que con ese mensaje se abrirían muchas puertas que mantuve cerradas por bastant...

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El día que entraste a la sala donde yo estaba no pude contestarte hasta que te fuiste de ahí, decidí escribirte a los segundos y como todos los amores nunca me imagine que con ese mensaje se abrirían muchas puertas que mantuve cerradas por bastante tiempo.

Tampoco me imagine que te iba a querer tanto, sé que tu jamás pudiste tener seguridad de lo que yo siento pero la verdad es que si te quise y aun sigo haciendolo.

Me preocupe por ti, quise protegerte, amarte, tenerte a mi lado, ¡deseé varias veces no haberte conocido en un juego virtual sino en la realidad!

Y con solo pensar en como hubiera sido si estudiaras en mi mismo colegio o simplemente cerca de mi casa, me hace sonreír. Y es que te metiste en mi corazón muy pronto, aun sin conocerte como eras físicamente ni teniendo la seguridad de que fueras una chica.

Pero, el destino decidió los hechos y el lugar, hasta nuestros sentimientos.

Y poco a poco no importó lo demás, solo tu y yo y no me quejaba porque tu estando lejos llenabas todo lo que ninguna antes pudo.

Todo estaba bien hasta que no te conectaste por primera vez, yo solo podía pensar "¿y si le paso algo?", luego pasó una semana y nada, y ahí si sentí pánico, porque aun yo no estaba preparado para tu partida. Y no te alcanzas a imaginar el alivio que sentí cuando me llegó un mensaje tuyo, hasta dejé caer el celular, mi sueño de que tu estuvieras bien se me hizo realidad pero luego me enteré de que estabas en el hospital, y volviste a mi decidida en contarme lo que pasaba en tu vida.

Luego me pediste alguna prueba que demostrara si era quien yo decía ser, y ¿sabes, Milena? yo nunca me atreví a mentirte aunque te entendía, no nos conocíamos y tanto tu como yo podíamos no ser quienes decíamos.

Así que acepté. Al día siguiente ya era la dichosa videollamada y yo estaba realmente nervioso pero al verte se me olvidó todo y solo podía mirarte a ti, eres hermosa. Comenzamos a hablar y me di cuenta de que tenías moretones pero el peor era el de arriba de tus pechos.

En pocos minutos finalizaste la videollamada y no entendía por qué. Lo primero que se me pasó por la mente era que te había decepcionada y esa fue la razón mas probable en ese momento así que creí eso porque yo ni soy uno de los más simpáticos en mi colegio, al revés me molestan por mi físico aunque sé que eso no es tan importante como tu corazón y con eso que hiciste lo entendí, tu no eras ese tipo de persona.

Luego me di cuenta de que no estabas conectada en IMVU, te dejé mensajes, duré meses esperándote hasta que tu mejor amiga me escribió avisándome que tu no volverías y que yo era un pervertido. Nunca imaginé que la razón era que malinterpretaste mis miradas, creíste que estaba mirando tus pechos y no, yo nunca seré así.

Los días siguientes me sentí ofendido y lleno de rabia, porque se supone que tu me conocías y al decir eso definitivamente no lo hacías. ¿Alguna vez te hice pensar eso? ¿alguna vez te escribí cosas pervertidas? mi abuela me enseñó desde pequeño que a una mujer se le debe tratar con delicadeza y que solo cuando exista confianza o cuando me demostraran que yo podía hablar de esos temas, también que los hombres no deben morbosear a las mujeres aunque a veces se me ha ido el ojo por alguna pero es porque mostraban mucho y simplemente pensaba en los padres de esa chica, no poder guiar a un hijo por el buen camino debe doler.

Pero te entendí. Joder, siempre intentaba comprenderte. Tu definitivamente no me conocías.

Conocías a Moments, un chico de un juego con el cual tienes o tenías una relación y también algunas de mis formas de ser pero, no conocías al Yahir de la realidad y por eso te entendí. Tu no estabas segura así que pasabas pendiente de todo lo que hacía para saber si yo era una buena persona y al posar mi mirada en ese moreton, te di la llave de todo, definitivamente era un pervertido ante tus ojos. ¡Pero no lo soy!

Solo me preocupe de ti y ahora me siento mal, porque pudimos haber seguido y quizás ahora en vez de estar intentando que tu mejor amiga te mande este mensaje estuvieras hablando conmigo por celular o por videollamadas, riéndonos como locos por todo lo que pasamos. Pero no fue así. Huiste de mi porque creiste que te iba a lastimar. Lo siento por haberte hecho creer eso.

Y tal vez no cambie nada con este mensaje que te entregará Alaska pero quería que dejarás de pensar cosas de mí que no son. Quiero que al menos me recuerdes como el chico que te hacía sonreír y al que te quiso a pesar de no conocerte.

Y gracias por los 2 meses que estuviste a mi lado. Los guardo en mi corazón.

Aún sigue siendo el 27 nuestro numero, adiós.

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