Capítulo 11: Nunca me dañó la vida.

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Aquí estoy viendo a mis padres comer, sintiendo la mano de mi madre debajo de la mesa intentado tranquilizarme pero sé que ella es la que necesita estar tranquila. Él me mira de vez en cuando sonriéndome maliciosamente.

—Cuéntale a tu padre lo que hicimos hoy—me dice ella, apretándome la mano.

—Estuvimos comprando algunas cosas—digo con cuidado, él se muestra desconcertado y luego mira a mi madre.

—Dile que cosas—me anima mi madre.

—Útiles escolares y esas cosas—comento restándole importancia, él frunce el ceño.

—Cosas que necesita para el colegio, ya entra la otra semana ¿sabías? —le cuenta y se mete una cucharada de sopa en la boca, está tan serena, cada vez me sorprende más.

—¿Fueron de compras?—pregunta mirando fijamente a mi madre y ella asiente, él sonríe de repente como si entendiera todo—. Claro, no podemos dejar que la gente la vea con las peores cosas.

—Melina ve a tu cuarto—me ordena sonriéndome, niego—. Ahora.

Me levanto suavemente pero él me agarra del brazo y me vuelve a sentar, me mira de manera dura, le sostengo la mirada hasta que mi madre se coloca en el medio.

—Arturo, tenemos que hablar—le dice—. Deja a la niña quieta.

Me está defendiendo, la miro.

—¿Niña? ¿dejarla quieta?—pregunta fríamente y pega un manotazo a la mesa—. ¿Desde cuando te importa ella?

—Eso no te interesa—le contesta.

—¿Sabemos muy bien que tu y yo la tratamos así y ahora quieres que la deje quieta?—pregunta incrédulo, ella se ubica totalmente al frente mio quitándome la posibilidad de verlo—. ¿Que tienes? ya entendí, te volviste la buena madre.

—No soy una buena madre, eso lo sé—afirma ella.

—La maltratas tanto como yo, quizá peor—dice y puedo notar en su voz un poco de malicia.

—No vamos a empezar a discutir quien la maltrata más, lo único que tienes que saber que no volverá a pasar—comienza a decir—. Ni tú, ni nadie la va a lastimar.

—¿Tú serás la única con ese derecho?—pregunta riéndose.

—Ni yo—concluye.

—¿Ni tú?—dice suavemente, empuja a mi madre y queda en frente mio, me mira con rabia—. ¿Que mierda le hiciste?

—No le hice nada—aseguro sosteniéndole la mirada e intentado controlar mi corazón—. Quizá solo se dio cuenta de sus errores, deberías hacer lo mismo.

—Estúpida niña—me agarra el cuello con las dos manos y me aprieta fuertemente, no estoy asustado, si muero puedo morir feliz, logré ver a mi madre como la que siempre soñé y lo que me pase ya no importa—. ¡Ella te dañará la vida de nuevo!

—¡Ella nunca me dañó la vida, tu fuiste!—grita mi madre, lo jala de cabello hacia atrás para que deje de ahogarme, rápidamente lleno mis pulmones de aire—. A tu cuarto ¡ahora!

Corro hacia mi cuarto y cierro la puerta, mi madre ahora está sola con él. Ella dijo que nunca le dañe la vida, no puedo creer que lo haya dicho. Las palabras que siempre soñé, la madre que siempre desee.

—¡¿Que te pasa Sara?!-lo escucho gritar, mi celular empieza a vibrar, lo ignoro y a los segundos vuelve a sonar.

—Mira, no sé quien eres porque no vi al contestar pero estoy ocupada así que no me jodas_digo lo mas rápido que puedo al contestar.

_¿Que pasa?-oigo la voz de Alaska, mierda—. ¿Y esos gritos? ¿estás bien?

—Si, estoy bien. Hablamos luego ¿si?—le cuelgo antes que pueda contestar.

—¡Estabas con tu hermana!—dice mi padre y no oigo la respuesta de mi madre—. ¡Siempre la metes en nuestras vidas! ¡siempre!

—¡Ella solo quiere ayudarnos algo tu no haces!—la voz de mi madre suena realmente rabiosa.

Poco a poco se van apaciguando las gritos así que decido asomarme en la puerta, eso hago y lo que veo me deja paralizada.

—¿Que mierda?—susurro al ver a mis padres besándose.

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Hola.

Desde ahora el que primero comente le dedicaré el capitulo 7w7r.

Por cierto, ¿de donde son?





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