Capítulo 42: En casa.

359 65 42
                                    

Capítulo final

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo final.

—¡Hija te buscan!

Mi mamá se mueve de la puerta y por fin lo veo, ahí parado mirándome fijamente, vestido con un suéter polo blanco, un jean y una gorra roja está mi amor a distancia, aunque ya no a distancia, estoy confundida.

Camino lento y cada vez que me acerco a él me dan ganas de llorar y al final no puedo aguantar, él le dice algo a mi mamá y sale corriendo a abrazarme.

 —Milena —me llama intentando que lo mire pero, no puedo mirarlo, no estoy preparada para esto.

Sigue diciendo mi nombre, Dios mío, amo como lo pronuncia.

—¿Que pasa, Milena? ¿quien es él?—me pregunta mi mamá y por fin recuerdo que ella está aquí, estoy llorando y no sabe quien es él. No será un muy buen comienzo.

Me limpio rápidamente las lágrimas, me alejo de él y le sonrío a mi madre.

—Mama, el es  Yahir, un amigo—los presento—. Yahir, ella es mi mamá. 

Yahir le tiende la mano y ella se la acepta.

—Mucho gusto, señora.

Mi mamá asiente y suelta la mano de Yahir.

—¿De donde se conocen?—pregunta mirándome fijamente.

Yahir y yo nos miramos un momento.

—Señora...

—Deja de preguntar tanto. Estaremos en mi cuarto—interrumpo a Yahir.

—Nada de eso, en la sala.

—Mamá.

Nos miramos fijamente y ella asiente, ahora me dirijo con Yahir a mi cuarto. Estoy realmente nerviosa, ¿él aquí? es algo que creía imposible. Me siento en la cama y él se queda viéndome.

—Siéntate aquí.

Él lo hace en silencio.

Corazón: Háblale, es el chico que te hizo saber que es ser feliz.

Cerebro: Aunque puede que él te haga llorar también, ya lo hizo una vez, ¿recuerdas?

Corazón: Fue un error, cerebro.

Cerebro: Aún así la hizo llorar.

Corazón: Él vino a Colombia por tí.

Cerebro: Quizás se ganó un boleto en un concurso o tiene familia aquí, no te hagas ilusiones.

Corazón: No ayudas, Cerebro.

Juego virtual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora