Capítulo 24: El pasado de mi padre.

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Permanezco unos minutos con los ojos cerrados aunque ya estoy despierta, deseo que mi abuela no se haya muerto y que esté ahora mismo a mi lado

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Permanezco unos minutos con los ojos cerrados aunque ya estoy despierta, deseo que mi abuela no se haya muerto y que esté ahora mismo a mi lado.

Al abrir los ojos me golpea la realidad, mi estúpido presente. Ya nadie me abrazará ni me hará mi comida favorita y mucho menos me dirán "chiquita", ya ella no está aquí. Y no puedo evitar comenzar a sollozar en silencio.

Tocan la puerta e intento quitar las lagrimas que ahora cubren mi rostro.

-Meli-oigo la dulce voz de mi tía, respiro profundo y me levanto de la cama para abrir la puerta, ella al verme me abraza-. Tranquila Meli, puedes llorar delante de mí, no te escondas.

-La extraño-susurro volviendo a llorar, ella me abraza más fuerte-. Ella tenía que durar más tiempo a mi lado.

-No cariño, su tiempo estaba destinado a culminar ya y tú no podías hacer nada

-Lo se, he intentado comprender pero no lo consigo.

-Porque todavía es reciente su... muerte-traga saliva al decirlo-. Pero al pasar del tiempo ya no te dolerá tanto.

Me separo de golpe, corro y me encierro en el baño.

-¡Tu mama quiere hablar contigo!-me avisa y oigo que cierra la puerta.

Me despojo de la ropa y dejo que caiga el agua sobre mi en un vago intento de que esto me calme.

Al terminar de bañarme y cambiarme, decido hacerme un moño alto y colocarme una bata. Me dirijo a la cocina y lo primero que encuentro es mi madre con la cara roja.

-Hija, ya estás aquí-dice e intenta sonreír pero sus ojos se aguan y temo que comience a llorar frente a mi pero se repone rápidamente-. Siéntate.

-¿De que quieres hablar?

-He tomado la decisión de alejarnos de tu padre, ya se acabaron los maltratos.

Lo dice tan rápido que creo que puede que haya escuchado mal. Estoy contenta hasta que veo el rostro de mi madre, está llorando fuertemente.

-Debí tomar esta decisión hace rato, lo siento mucho-tartamudea.

Asiento y no digo nada. Y es que, ¿que puedo decir en este momento? "has hecho lo correcto madre" o "definitivamente él no es el chico para ti" al fin y al cabo ella es la madre aquí, no yo.

Ella es débil, igual yo, pero en estos momento finge ser fuerte y eso me agrada porque no es necesario que no te duele algo para no ser frágil si no que tienes que afrontar todo como es y seguir adelante y eso es lo que he intentado hacer desde que tengo uso de razón, aunque a veces caiga tanto que me cuesta más volver a la pelea.

Me lavanto y la abrazo en silencio, ella es solo otra victima de malas decisiones y de un hombre que nunca la amó o que tal vez si lo hizo pero no lo suficiente como para luchar a su lado al salir embarazada de mi. ¿Cantas mujeres han pasado ya por esto? muchísimas, pero mi madre esta en un estatus social alto y eso hubiera dañado la reputación de mi familia aunque sé que a mi abuela no le hubiera importado así que eso me llega a la pregunta que nunca había pensado antes: ¿Como era la familia de mi padre? ¿Serán tan malos como para obligar a su hijo a casarse con una persona que no ama solo para guardar las apariencias?

-Mamá-pronuncio con cuidado, ella me abraza más fuerte pero yo consigo soltarme y mirarla a los ojos-. ¿Puedo preguntarte algo?

Mi madre asiente y espero unos segundos para analizar la situación.

-¿Como era la familia de mi padre?-pregunto, ella abre los ojos como plato.

-De su madre me cuentan que era una mujer hermosa-comienza a contarme, me mira fijamente como si se debatiera entre si me lo cuenta o no-. Pero algo en ella estaba mal, tu padre no me contó mucho de ella aunque la gente habla mucho y me dijeron que ella se metió con tu abuelo por su dinero y el dinero que le quitaba se lo daba a su amante, al que en verdad amaba y que al parecer no era del mismo rango.

-¿Y eso que tiene?-pregunto, ella se ríe.

-No podemos casarnos con alguien pobre, siempre es del mismo nivel aunque en la actualidad eso no importa pero antes si y mucho-me explica, asiento-. Y tu abuelo le pegaba cada vez que ella volvía después de desaparecer.

-¿Le pegaba? ¿mi padre veía eso?-pregunto atonica, ella asiente.

-Ademas él fue el que nos obligo a casarnos-susurra, comienzo a entenderlo a él pero no por eso puede maltratarnos a nosotros aunque su vida haya sido muy dura como dicen las malas lenguas.

Luego de seguir hablando sobre el mismo tema, vuelvo al cuarto de mi abuela, le arreglo la cama y encuentro una nota debajo de esta.

Para cuando muera y sientas que te dejé sola, mi chiquita Milena.

La abro y comienzo a leer.

Hola chiquita, sé que me debes extrañar, ¿quien no me extrañaría? pero por favor no estés triste por siempre ni me guardes luto porque a pesar de que ya no vuelvas a ver mi cuerpo... estaré siempre en tu corazón. Te amo y estaré observándote. Confío en ti. ¡Saluda a tu tía y a tu madre por mí y diles que dejen de ser aburridas!

-Con amor, tu abuelita-termino de leer y vuelvo a llorar.

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