⚠️ | Violencia verbal y física.
Camila y Lauren se encontraban de camino al Royal American Club, el club más concurrido de New Jersey por hombres y mujeres que estaban en busca de una noche de aventura.
Lauren estacionó el coche a unas cuadras del club, así le parecía más seguro, pues en varias ocasiones, ya se habían cometido robos de automóviles en el estacionamiento del mismo club.
Caminaron todo el camino hacia la entrada. No había mucha fila, pues el clima era frío y a las personas no les apetecía salir en estos días.
Una vez dentro, la temperatura era una muy diferente, el ambiente ya no era frío, se sentía caliente. Todo ese calor se debía a la ola de cuerpos que se encontraba en la pista, frotándose unos con otros.
—Buscaré una mesa, ve por las bebidas —le dijo Lauren a Camila. Ésta asintió y hizo su camino hacia el bar.
Cuando llegó, un hombre caucásico y rubio la atendió. El hombre, ya reconocía a Camila, pues la había visto visitar el club constantemente.
—Me da un par de...
—Margaritas, una con cuarto de alcohol y la otra normal —completó el chico, cortando a Camila.
—Si.—Sonrió Camila, educadamente.
—De inmediato —dijo él, regresándole la sonrisa a Camila.
El chico, de nombre Cody, se sentía altamente atraído por Camila desde la primera vez que la miro. Nunca se había atrevido a pedirle su nombre o número. Sospechaba que ella no estaba disponible, porque siempre pedía bebidas para dos. Pero tenía la esperanza de que la otra persona que la acompañaba fuese solo una amiga.
Camila tamborileaba sus dedos en la barra, esperando sus bebidas. Aún no sabía en qué parte del club Lauren había tomado lugar.
Sacó su móvil y le envió un mensaje.
10:34 p.m.
Bebé ¿En dónde estás?baby Lolo 10:37 p.m.
A dos mesas del baño izquierdo. Ya tardaste mucho ¿no?10:37 p.m.
Siguen preparando las bebidas, en unos minutos ya estoy ahí.Ya no recibió respuesta. Espero cuatro minutos más y el chico no volvía. Camila se estaba desesperando, creía que quizá olvidó su orden. Cuando se decidió recorrer el bar en busca del chico, él ya venía con sus bebidas.
Cody, había tardado tanto porque estaba pensando seriamente en al fin arriesgarse y preguntarle a Camila su nombre y, de paso, su número telefónico. Y quizá, pedir un tiempo a su jefe para estar con ella un rato y conocerse.
—Oh, aquí estas —dijo Camila, aliviada.
—Si, lo siento, perdona la tardanza... es solo que... la licuadora no quería arrancar.
—Oh, bueno, está bien, no importa. ¿Cuaáto es?
—Déjalo así, yo invito, por la tardanza.
—No, en serio, no importa, dime cuánto es.
—Es gratis.
Cody le extendió las bebidas, con una sonrisa de "seguiré insistiendo hasta que las tomes".
Camila al leer su rostro, se dio cuenta que no serviría de nada insistir, así que lo dejo así y tomo las bebidas.
—Gracias —dijo con simpleza.
Lauren, que ya se encontraba totalmente desesperada, se puso de pie con la intención de ir a buscar a Camila. Cuando ya había dado un par de pasos, pudo observar que ya venía. Se quedó parada ahí, esperando a que llegara hasta ella.
—Tardaste mucho —dijo, una vez que Camila se encontraba frente a ella.
—¡Ay! —dijo—. Me asustaste. La licuadora estaba averiada y el chico del bar tardó en repararla.
Cuando menciono "chico", Lauren arqueo una ceja. Camila se dio cuenta y rogó internamente para que no le hiciera una escena de celos ahí mismo.
—Bien —sentenció la ojiverde, totalmente seria.
Se sentaron a beber y en ratos se levantaban a bailar, regresaban para seguir bebiendo y volvían a la pista.
—Voy a mear —susurró Lauren en el oído de Camila. Ésta asintió y vio partir a Lauren hacia los baños.
Después de unos minutos, Camila sintió unos brazos rodearla de la cintura, una boca en su oído y una semi erección en su trasero.
Se dejó hacer y comenzó a bailar sensualmente contra el cuerpo que la rodeaba. Contra el cuerpo de su novia. O eso creía ella.
Cuando la canción iba a la mitad, sintió una mano apretar su antebrazo y jalarla de una manera bruta, haciendo que casi cayera al suelo, de no ser por los brazos que la tenían sujeta de la cintura.
—¡Suelta a mi novia, hijo de puta! —escuchó gritar a Lauren.
Camila levanto su mirada para ver que era lo que pasaba y cuando se dio cuenta que los brazos que la sujetaban no eran los de su novia, el pánico se extendió por su cuerpo entero. La mano que mantenía su antebrazo preso con fuerza, era el de su novia.
—Lauren...—hablo Camila, en voz baja.
—¡Cierra la boca! —gritó su novia, hecha una furia.
—Oye, amiga, no le grites.
—Tú.—Lauren apuntó su dedo índice al chico rubio que le hablaba—. Más te vale que te calles o te partiré la maldita cara.
—Lauren, vámonos.—Camila tomo el brazo de Lauren y trato de jalarla suavemente, así desviaría su atención del chico.
—¡Suéltame! —gritó, sacándose de manera grosera de su agarre— ¿¡Esto es lo qué haces cada vez que no estoy!? ¿¡Ser una puta!?
—No, no, no, no, bebé.
Camila trato de acercarse a Lauren, pero ella no la veía, su mirada seguía fija en Cody, el chico rubio.
—Mira, amiga —habló él—. Yo la mire contigo pero creí que eras su amiga, no su novia, ella llegó sola al bar y yo...
—Alto —Lauren subió su mano, haciéndolo callar—. Ya veo porque tardaba tanto con las bebidas, estaba bien entretenida.—Rió con ironía.
—Lolo...—Camila hablaba con miedo, ya no sabía que esperar de su novia.
—Oye, fue mi culpa ¿Si? La licuadora no funcionaba —mintió—, tuve que repararla. Y me acerqué a ella porque estaba sola y bueno, ya lo dije, no creí que fueras su novia. Ella creyó que yo era tú.
Lauren miraba al chico con asco y furia, estaba pensando seriamente en golpearlo pero las personas a su alrededor veían con atención y no se quería arriesgar a que los guardias vinieran.
Estaba enfermizamente celosa y enojada.
No se desquitaría con el chico esta noche. Así que tendría que hacerlo de otra manera, y cuando pensaba en que, giró su vista hacia su novia, Camila.
No le respondió al chico. Tomo la mano de Camila, transmitiendo una comprensión y confianza falsa, y las dirigió a la salida.
Cody, quedando estupefacto en su lugar, no quito la mirada de la pareja de chicas. Lauren giro a verlo por última vez y le sonrió de manera cínica.
Cody pudo ver maldad en su mirada y pensó en ir y pedirle a Camila que no se fuera, aunque no lo conociera.
Cody debió hacerlo.
Cody debió salvarla.