"Nunca".
No sabía cuánto tiempo era eso... pero definitivamente no quería quedarme para averiguarlo.
—Camila... mi hermano no me verá ahí, entonces me buscara y cuando no me encuentre él...
—Nadie entra —me interrumpe—, nadie sale. Nadie puede escuchar lo que pasa aquí abajo. Ya te lo dije.
El miedo hace arder mi garganta, quiero hablar, rogarle que me deje ir, pero las palabras no salen. Respirar me parece una tarea complicada, es ridículo porque ni siquiera soy consciente cuando respiro y ahora que quiero hacerlo parece que mis pulmones se niegan a aspirar oxígeno. Después de un esfuerzo que me parece sobre humano abro mi boca.
—¿Por qué? —No me había dado cuanta que el pánico me estaba haciendo temblar hasta que hablé y mi labio temblaba frenéticamente.
—¿Por qué? —repite—. He estado aquí, sola, durante mucho tiempo, Lauren. No tengo a nadie con quien compartir todo esto. —Abre sus brazos haciendo referencia al lugar—. Nada te hará falta si te quedas aquí, nunca te faltará comida, ni seguridad o una cama caliente, podrás tomar una ducha con agua caliente siempre que quieras. —Hablaba y al mismo tiempo se acercaba a mí, lentamente, haciéndome retroceder en la misma velocidad—. Ya no vivirás huyendo, este puede ser tu nuevo hogar, aquí... conmigo.
—Estás loca —digo—, no puedo quedarme. Tengo una familia...
—Tu hermano seguirá sin ti... yo seré tu familia ahora.
Sigo retrocediendo, pero en un par de pasos más choco contra la pared y me quedo de pie, hasta que ella me acorrala y está frente mío.—No te conozco, no me conoces, sólo déjame ir.
Ella presiona bruscamente su muslo entre mis piernas, haciendo presión en mi centro. El movimiento repentino y brusco me hace soltar un gemido de dolor y sorpresa.
—Podemos conocernos. —Toma un mechón de mi cabello y lo enreda en su dedo—. Tenemos mucho tiempo, Lauren.
Hace más presión en mi centro y pongo mis manos en su pecho para apartarla. Es más fuerte que yo, pero no más grande.
—Eres hermosa, Lauren —dice—. Hace mucho tiempo que no estoy con ninguna mujer ¿sabes lo qué es eso? —Su mirada se ensombrece—. Estoy segura que tu líder te folla todas las malditas noches ¿no es así? dulce, Lauren. Es por eso que quieres volver, tu hermano realmente te importa un carajo.
Bueno, estamos en el maldito fin del mundo y Chad no es feo, pero sólo lo hicimos dos veces y después simplemente... no. Pero eso tiene un año. De todas formas, ella no tiene que saberlo.
—¿¡No es así!? —Me toma del mentón y golpea mi cabeza con la pared. Giro mi rostro y no muy lejos puedo ver su navaja sobre la mesa.
Lo pienso dos segundos, sólo me tomaría dos pasos largos llegar hasta allí, lanzarme antes de dar un tercer paso y tomarla, después podría amenazarla con ella para que me dejara ir. El plan es perfecto en mi cabeza.
—Oh, no, no, no, dulce, Lauren. —Niega con la cabeza, aún está sosteniendo mi mentón—. Antes de que puedas llegar a ella yo rompería tu brazo derecho. No quieres tener un brazo roto y después desangrarte en mi congelador ¿verdad?
Carajo.
—N-no lo harías —digo. Realmente no sé si ella lo haría o no, pero por lo que me dijo sé que me quiere aquí, así que rezo para que eso sea motivo suficiente para mantener mis dos brazos en perfecto estado.
Ella sonríe de lado.
—Por supuesto que no. —Lleva su mano libre a mi costado y acaricia de arriba hacia abajo. —No te preocupes, Lauren. Vamos a pasarla bien si así lo quieres. Soy buena por las buenas —me mira a los ojos y vuelve a poner una sonrisa torcida, bastante macabra, que me pone los pelos de punta—, te aseguro que no querrás saber cómo soy por las malas.