kitty | »L« GIP

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⚠️ | Híbrida

Manejaba, totalmente agotada, mi coche camino a casa. El trabajo fue una pesadilla el día de hoy.

No suelo tener días tan ajetreados y pesados como hoy, pero no hay día tan malo que mi pequeña gatita no pueda mejorar. Es tan amorosa, siempre sabe cómo alegrar mi día.

Estaciono el coche en el jardín y apago el motor. Al salir, veo la luz encendida en la planta de arriba, cuando levantó la mirada veo los hermosos ojos curiosos de mi pequeña. En cuanto me ve, rápidamente, sale corriendo y a medida que me acerco a la puerta juro que puedo escuchar sus pasos apresurados en las escaleras.

Está tan ansiosa de verme como yo a ella.

Abro la puerta y no hay señal alguna. Le gusta jugar... y a mí también.

—Oh vaya —digo en voz alta—. ¿Dónde estará mi pequeña traviesa?

Escucho el suave ronroneo. No va a soportar mucho escondida.

—Dios, estoy tan cansada, supongo que voy a tener que atenderme yo misma.

Rodeó el sillón de la sala y me siento en el.

—Como me gustaría tener a mi Camz aquí, ahora mismo.

Bajo mi bragueta y la vuelvo a subir, entonces la veo detrás de la cortina, de pie, moviendo su cola frenéticamente. Tan feliz de verme.

Palmeo mi regazo y ella sale de su escondite, un poco apenada, acercándose.

Sólo tiene unas bragas y una pequeña blusa blanca sin mangas recorrida hacia arriba, de tal manera que puedo ver su abdomen. Tampoco tiene sostén, porque puedo ver sus pezones están marcados.

—Gatea —digo casi en susurro.

Se pone en cuatro y comienza a gatear, de manera lenta y sensual, hacia mí. Su cola se mueve haciéndome saber que está feliz de verme.

—Hoy mamá tuvo un mal día —digo—. Sabes lo que tienes que hacer ¿verdad, Camz?

Camila asiente y acaricia mis muslos, está de rodillas entre mis piernas y sus ojos arden de deseo.

Llevo mi mano a su rostro y acaricio su mejilla, ella cierra sus ojos y restriega su rostro en la palma de mi mano.

—Te extrañé —me dice.

—Y yo a ti, pequeña.—Se me hincha el corazón—. Pronto cambiaré de trabajo para no dejarte tanto tiempo sola.

Se pone de pie y sube en mi regazo, está emocionada, moviendo su cola de manera frenética.

—¿En serio?

—Iba a ser una sorpresa pero esa carita me puede en todo.

No contiene su emoción y se lanza a mis labios, se me dificulta corresponder y tomar el ritmo pero lo logro. Nos fundimos en un beso desesperado, nos mordemos los labios mutuamente y nuestras lenguas se encuentran de manera torpe. Justo cuando me deshago de mi saco, y ella desabotona el primer botón de mi camisa, mi móvil comienza a sonar. Ella se exalta un poco y me mira, yo giro la cabeza y alcanzo el celular que está en el bolsillo de mi saco.

Cuando giro el móvil y veo el nombre en la pantalla suelto un suspiro frustrado.

"Lucia".

—Voy a contestar, pequeña. Es una amiga del trabajo —le digo.

Se hace a un lado y me pongo de pie, camino un poco hacia la cocina y contesto la llamada.

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