NUEVAS DECISIONES

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Hannah

El resto de la cena los cuatro estuvimos charlando y riendo. Cuando terminamos de cenar, Ian se levantó y se disculpó.
-Un segundo, iré a saludar a mi padre.

Cuando Ian se fue nos quedamos en silencio.
-¿Tienes hermanos, Justin? -Dijo Jess para sacar tema de conversación.
-Si, una hermana pequeña. -Sonrió al pensar en ella. -Es la cosa más dulce que hay en el mundo.
Mi lado tierno se ablandeció.
-Es un cielo, tiene siete años. La amo con todo mi corazón.
-Tiene que ser bonito tener hermanos. -Susurré.
-Bueno, depende eh -Saltó Jess. -Pueden ser unos ositos amorosos a veces, pero otras dan ganas de sacarles los ojos con una cuchara. -Dijo tan tranquila.
Me quedé mirándola y comencé a reír.
-Estás chiflada.
-Desde luego, yo no habría pensado en hacerle eso a mi hermana nunca -rió Justin.
Jess nos miró y se encogió de hombros.
-Ya estoy aquí -dijo Ian acompañado del que creí que era su padre. -Os presento a Stephen, mi padre.
-Encantado de conoceros, chicos -dijo con una gran sonrisa en la cara.
Era un hombre mayor pero atractivo, era alto y tenía un porte elegante. Tenía el pelo gris y los rasgos de la cara marcados.
Debió de ser muy guapo cuando era joven.
-Encantada, soy Jessica -se presentó con una sonrisa explendida en la cara.
-Yo Hannah, encantada de conocerle. -Sonreí.
-A mi ya me conoces, papi. -Rió Justin y le dió un abrazo.

-Bueno chicos, ahora debo irme. Espero que hayáis disfrutado de la cena.
-Estaba deliciosa, señor -Afirmó Jess.
-Oh, por favor, llámame Stephen, lo de señor me hace sentir viejo. -Rió el padre de Ian. -Hasta pronto, hijo. -Nos guiñó un ojo y se fue.
-Ahora ya se de donde ha sacado tu novio ese sexappeal -susurré al oído de Jess y ella empezó a reír.
-¿Nos vamos? -Preguntó Ian.
Jess y yo afirmamos con la cabeza.
-Sí, se está haciendo tarde -explicó ella.

Nos levantamos de nuestras sillas y salimos del restaurante, pero antes de salir Ian le dió una propina al camarero buenorro y éste le dijo algo al oído, a lo que Ian afirmó.

Nos subimos en el coche y hablamos un rato con los chicos sobre la deliciosa comida y la noche tan divertida que habíamos pasado. No había pasado por alto que Ian nos había invitado a comer a todos.
-Gracias por la comida, Ian. No he pasado por alto que no nos has hecho pagar.
-Por supuesto que no, Hannah. Es mi restaurante. Además, os he invitado yo.

Cuando llegamos a nuestra calle, Ian estacionó el coche en un aparcamiento y abrió la puerta trasera a Jess, a la vez que Justin abría la mía.
-Señoritas -dijeron a la vez.
Rodé los ojos y sonreí a la vez que me bajaba del coche. Me acerqué a Ian y le dí un beso en la mejilla para despedirme ya que él iba a acompañar a Jess hasta su puerta.
Entonces imaginé que Justin me acompañaría a mí hasta la mía.
-Te lo has pasado bien, por lo que veo -me dijo. -Me alegro.
-¿Y tú? ¿Qué tal te lo has pasado?
-Muy bien, aunque me lo podría haber pasado mejor.
Fruncí el ceño. Habíamos quedado en ser solo amigos, ¿por qué tenía que mandarme indirectas de nuevo?
-Si me hubiese comido una hamburguesa -aclaró.
Relaje la cara. Está bien.
-Eres un crío.
-Lo sé -se rió. -Buenas noches, Ann. -Se acercó a mí y me dió un beso en la mejilla. Justo después se giró y andó hacia el coche.
Solté el aire que había contenido.
-Buenas noches -susurré.

Justin se subió en el asiento del copiloto y yo entré en mi casa. Subí a mi cuarto y desde la ventana vi como el coche arrancaba y desaparecía.

Me dirigí hacia el baño y me quité el maquillaje, después de deshacerme el peinado y recogerme el pelo en una coleta.
Me desvestí y cogí mi pijama de mi cuarto. Cuando estuve lista me tumbé en la cama e intenté dormirme.
Imposible.

Pasaron los minutos y mi móvil comenzó a sonar. Jess.
-No puedo dormir.
-Yo tampoco.
-Voy yo.

Poco más tarde Jess llamó a mi puerta vestida con su pijama de conejos.
Abrí la puerta y suspiré.
-Sube.

Cuando estuvimos arriba nos sentamos las dos en mi cama y nos miramos fijamente.

Hablamos a la vez.
-Estoy muy nerviosa por que no puedo dormir y no quiero pensar que es por Ian.
-No puedo dormirme porque estoy inquieta por lo que puedo sentir por Justin. -Me dí cuenta de que ni ella se había enterado de lo que yo había dicho ni yo de lo que ella había dicho. -Está bien, primero tú.
-Ian... Creo que me gusta. No puedo dormirme, estoy muy nerviosa. No sé qué es lo que siento por él.
-Es muy sencillo, Jess.
-Me ha besado. Cuando se ha despedido de mí, me ha besado.
-¡Pero eso es genial, Jess!
-Sí, ya, pero he sentido algo extraño. Tengo miedo de que me empiece a gustar.
-Querer a alguien no es nada malo, Jess. Simplemente tienes que aprender a lidiar con la otra persona.
-Nunca he sentido algo así.
-El amor no debe darte miedo, amiga. Es algo precioso si conoces a la otra persona y también te quiere a tí. Y Jess, Ian está coladito por tus huesos.

Ella suspiró.
-No quiero que me utilice como hizo Mike - dijo sincera, en voz baja.
-Debes afrontar lo que venga con valentía. Y debes darle una oportunidad a Ian para que te demuestre que va con buenas intenciones. Jess, Ian no es Mike.

Reflexionó unos segundos.
-Está bien, llevas razón.

Me froté los ojos.
-¿Qué pasa con Justin? -Preguntó.
-No sé, la verdad. A veces, cuando no dice gilipolleces, creo que puedo llegar a sentime... atraída. Aún así, él me ha dejado claro que no tiene interés en mí. Y yo no quiero que parezca que voy tras de él como las demás chicas de las que pasa. Me considero algo mejor que eso. 
-¿Por qué no le das una oportunidad?
-Es exactamente igual que Álvaro. Y lo sabes. En todo. En su forma de ser, su arrogancia y sus miradas. No puedo estar con alguien exactamente igual a la persona que más daño me hizo en mi vida.
-Y qué piensas hacer, ¿dejar tus sentimientos a un lado? Eso no es viable, Ann.
-No. Hoy hemos estado hablando, y hemos quedado como amigos. Eso implica no pelearse y discutir, pero también implica nada de indirectas por su parte. Es muy persuasivo cuando se lo propone.
-Amigos o no, sigues sintiendo algo por él. ¿Cómo piensas conllevar eso?
-Conoceré a otro chico y así me distraeré de lo que tenga que ver con Justin. No será muy difícil, tampoco estoy enamorada de él.

Jess suspiró.
-Espero que sepas lo que hagas, Ann.
-Es muy guapo, se llama Dani. Estaba en la fiesta de Justin el otro día y me pareció simpático cuando hablamos mientras bailábamos. Después hizo una cosa que no entendí, pero no tuvo importancia.
-¿Qué hizo?
-Dijo que iba a por un par de bebidas pero después no apareció. Tal vez por eso fui borde con él mientras jugábamos a verdad o reto. Me sentó un poco mal que no volviera, pero no me dió tiempo a pensarlo demasiado en el momento porque Justin vino a bailar conmigo.

Jess me miró fijamente intentando que me diese cuenta de algo.

-Aunque tal vez... -Claro. - A lo mejor me vió bailar con Justin y decidió irse a otra parte. 
-Tiene pinta -dijo Jess sonriendo. -Bueno, si es lo que de verdad quieres, sal con Daniel. Quizás sea lo mejor de verdad -dijo suspirando.

Entendía su tristeza. Ella siempre había querido que saliésemos con dos chicos que fuesen amigos.
Pero es mi decisión.
-Lo llamaré mañana.
-Está bien.
-¿Te quedas a dormir?
-Por supuesto.

Nos acurrucamos en mi cama y nos dormimos.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora