UNA OPORTUNIDAD

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Hannah

Un mes más tarde

Ese jueves quedé con Justin y fuimos al cine a ver una película. La verdad que nos lo pasamos muy bien y después me invito a una hamburguesa, más tarde me llevo a casa. Ese viernes fuimos a ver otra película a casa de Ian y acabamos recogiendo palomitas de todos lados y nos reímos un montón. Jess e Ian comenzaron a salir más tarde aunque en verdad todo el mundo sabía que estaban enamorados el uno del otro.
El sábado de esa semana quedé por primera vez con Will. Era un chico fantástico y la verdad es que me gustaba pero no podía negar que seguía sintiendo algo por Justin. Salí más veces con Will durante el mes y a veces notaba como Justin se ponía tenso cuando yo hablaba de él pero nunca ha ido a más.
Respecto a mis padres, muchos más viajes de empresa, apenas los veía. Ya me había acostumbrado,
Durante todo este mes Justin y yo estuvimos muy muy bien, a veces me recogía y me traía al instituto y salimos a comer muchas veces y a jugar a los bolos con Jess e Ian. Cuando no nos reíamos por cualquier cosa, veíamos películas juntos o jugábamos a pelearnos. Me contó cosas sobre su familia y lo que echaba de menos a su madre y a su hermana. Algunas veces fue a Santa Bárbara a visitarlas y una de esas veces fui con él. Fueron las 6 horas de viaje más largas de mi vida, porque tenía ganas de conocerlas. Lo hice y la verdad es que fueron encantadoras. Hubo un momento en el que me quedé con la hermana de Justin mientras él iba a comprar unas cosas y me preguntó si Justin y yo éramos novios. Yo le respondí que no, que solo éramos amigos, y ella me contó cosas que Justin decía de mí. ''Dijo que eres muy guapa y que un día te conocería''. Después de comer con ellas volvimos a San Francisco y se hizo de noche y Justin me dejó en casa. Se esforzaba mucho por ignorar a todas las chicas que suspiraban al verle, y todo el mundo se había acostumbrado a vernos juntos. Lo más importante, es que era mi amigo. Sólo mi amigo.

Durante un tiempo las amenazas pararon y no le di importancia, ya que pensaba que se habían dado cuenta de que la relación entre Justin y yo era realmente de amistad. Logré disfrutar del tiempo con él y con mis amigas sin preocuparme.

Bueno, hasta ahora.

Ayer me comenzaron a llegar amenazas de nuevo hasta horas muy altas de la noche, y pensé que era hora de hablar con Justin. Estas cosas siempre empiezan así luego acaban mal. Quizás hay una loca que amenaza a todas las que se acercan a Justin. Pero eso tenía que acabar.

—Justin, tenemos que hablar —le dije en la hora del almuerzo.

—Dime.

— Ven —le cogí del brazo y salimos de la cafetería.

Llegamos a la zona de las taquillas y comencé a hablar.

—Esto esta llegando muy lejos. Nunca has sido amigo de ninguna chica con la que no hubieras querido tener algo y la gente cree que soy otra de ellas. No es algo que me encante saber pero eso está yendo a más. Hay chicas que me amenazaron por Twitter hace unas semanas y no quise comentarlo porque me parecía algo exagerado pero ahora me están llegando más amenazas y me están llamando constantemente a mi móvil y me da miedo que pueda pasarme algo.

Justin se quedó callado. A mí me dolía el pecho

—A mí esto me da miedo. A lo mejor no es nada, pero creo que lo mejor es que tomemos distancia unos días. Sólo para ver como se desarrolla todo.

Me miró a los ojos fijamente. Sus ojos me miraban tristes.

Pero no habló.

Así que empecé a andar en dirección a la puerta del instituto. Me iría a mi casa, me encontraba mal y tenía muhas ganas dormir y olvidarme de todo esto.

—Hannah —vino hacia mí —Esta tarde, habíamos quedado, ¿recuerdas?

—Justin...

—Me prometiste que vendrías.

Le prometí que quedaría con él, pero lo único que quería era quedarme en mi casa toda la tarde.

—Nos quedaremos en mi casa, ¿vale? —dijo como si me hubiese leído la mente.

Asentí.

—Hasta esta tarde

Andé hacia mi casa y me dormí.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora