Capítulo 5.

396 38 15
                                    

Jonny pov.

Albert me mira confundido mientras yo sonrío de manera nerviosa.

-¿Albert, pero no tenías clases?

-A sí, pero el profesor envió un mail para avisarnos que no había clases... Ya me iba a ir a mi casa, pero logre verte sentado y vine para que hiciéramos el trabajo.

-ahh, bueno.

-¿No estas ocupado? Si tienen cosas que hacer de parejas podemos hacer el trabajo como habíamos quedado.

-¿pareja? – Gritamos a la vez con Bea –no somos pareja!!!

-Ah perdón, es que se les ve muy unidos.

-Bea y yo solo somos muy buenos amigos, somos como hermanos.

-Sí, además a Jonny le gusta alguien más –dice mi amiga mientras con su codo me da golpecitos en la espalda y mira a Albert a la vez.

-Bea!!! No digas cosas que no son!!! Es que siempre nos llevamos así, nos hacemos mucho bullying.

-Entiendo –dice Albert, sentándose a mí lado. – entonces, ¿no hay problema que hagamos el trabajo ahora?

-no, de hecho iba a ponerme a trabajar antes que llegaras.

-Bueno entonces me voy... yo también tengo que encontrarme con mi compañero para trabajar, que les rinda el trabajo Jonny y Albert. –Nos dice en un tono sarcástico, como incitándonos a hacer algo más mientras se levanta de la mesa y se marcha picándome un ojo.

-tu amiga es graciosa –dice Albert con una pequeña sonrisa en su boca, mientras me mira fijamente. –Sí, es algo loquita- le digo mientras me sonrojo y giro mi cara.

En ese momento la sonrisa en su rostro desaparece y ahora su mirada es seria, en estos momentos mis nervios me vuelven a traicionar y siento mis rodillas temblar, y como una gota de sudor baja por mi mejilla.

-¿me recuerdas? Porque yo a ti si- me dice mientras creo que me da un micro infarto, o una de dos mi corazón se detuvo o se aceleró. Siento como si un balde de agua fría me cayera encima, o una alud de nieve.

-eh, ¿recordarte?, pues...

-si!!! Nos conocimos esta mañana –dice interrumpiéndome

– lo siento, es que no pude controlarme... eh ¿esta mañana?

-sí, pero tranquilo es mi culpa por estar distraído... me merecía ese regaño. -¿esta mañana, su culpa, un regaño? Ahora si estoy confundido, sé que a veces hablo fuerte y parece que los regaño. Bueno en fin no entiendo. -¿de qué hablas, no te entiendo? –le pregunto, a ver si me saca de mis dudas, porque no creo que este hablando sobre lo que yo estoy pensando.

-pues de esta mañana... cuando casi te atropello con mi moto. –me responde y me deja pensando. Verdad casi me atropellan esta mañana ya lo había olvidado, con todo lo que me paso. Un momento entonces fue el...

-¿eras tú?

-sí, lo siento es que estaba pensando en muchas cosas y no me di cuenta lo del semáforo.

-oye pero que susto. Yo pensé que estabas hablando de lo del asce.... Ehh, esto digo. Que sí, me asuste y mucho casi me atropellas. –casi la embarro, por suerte parece que no sabe de lo que hablaba.

-me sorprendí mucho esta mañana cuando te vi en el salón, ¿Quién iba a decir que íbamos a ser compañeros?

-pues sí, oye ¿y en que pensabas? Para distraerte de esa manera, debió ser algo muy importante.

El HILO ROJO DEL DESTINO. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora