Capítulo 28.

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"Cuando las almas se tienen que encontrar, el destino acerca los mundos, borra la distancia, une los caminos y desafía lo imposible"

Albert pov.

Salí de la habitación y aunque me quería quedar acompañando a Jonny, tuve que hacerlo porque el doctor me pidió hacerlo.

-¿lo quieres mucho? –me pregunta curioso y yo me sonrojo un poco, pero asiento con la cabeza para decirle que sí. –tranquilo en estos momentos hay que tener fe.

-¿Cómo está? –me pregunta Bea apenas me vio llegar a la sala de espera.

-Sigue igual –fue lo único que pude hacer y me senté resignado en una de las sillas de la sala.

-si no despertó contigo... con nosotros... -expresa Javier muy preocupado.

-es mi culpa. –dice Bea mientras empieza a llorar. –por no fijarme al pasar la calle. –entonces Javier se la lleva a otro lado para tranquilizarla.

-¿será que puedo pasar a verlo? –le pregunta Jhon al doctor.

-lo siento, pero no pueden pasar más... es hora de cambio de turno tienen que esperar que termine. –le responde el doctor.

Todos estábamos muy preocupados esperando, pero después de un rato por fin llegan los padres de Jonny muy preocupados.

-¿Cómo está mi hijo? –pregunta su mamá. –respóndanme ¡Javier, Bea!

Al final Javier les cuenta todo lo que paso y lo que nos dijo el doctor, pero no puedo dejar de preocuparme y luego se me acerca la madre de Jonny.

-¿estás bien? –me pregunta cuando se sienta a mi lado.

-pues... -no sé qué responderle. –si lo estoy en lo que cabe.

-Muchas gracias. –me dice mientras me da un abrazo y yo me quedo sorprendido.

-¿Por qué? –le pregunto.

-por tomar la decisión de firmar los papeles de la operación y darle una oportunidad para que mi hijo se salve.

-¿no están enojados? –le pregunto preocupado por tomarme un derecho que no tenía.

-pues al principio sí, pero el doctor nos dijo que si no lo hubieras hecho tal vez Jonny no hubiera pasado la noche. – me responde limpiándose una lagrima que bajaba por su mejilla.

Los papas de Jonny después de un rato salieron a encargarse de unos asuntos referentes con el servicio del seguro para que lo atendieran y nos dejan con los muchachos esperando noticias de Jonny.

Ya son como las ocho de la mañana y desde que yo pase a verlo aún no han dejado a nadie más entrar. Los demás no los había visto desde hace rato, pero no me podía ir y dejar solo a Jonny... al menos sé que estoy cerca y vienen a mi mente los recuerdos que tuvimos desde que nos vimos en el ascensor, cuando nos encontramos en la universidad, nuestro primer beso y nuestra primera vez... en fin todos los momentos que pasamos buenos y malos, pero no puedo dejar de preocuparme tengo un mal presentimiento.

-¿estás bien? –me pregunta Bea, que llego de repente sacándome de mis pensamientos y asiento con la cabeza y ella solo me da una sonrisa en señal de apoyo. –mira te traje un café, debes tener hambre y frio.

-Gracias, pero no tengo hambre... estoy bien así. –le expreso, pero mi estómago empieza hacer ruidos para llevarme la contraria y pedirme algo de comer.

-si claro, mira tómatelo... si quieres estar aquí y acompañar a Jonny necesitaras tener fuerza. –me dice usando algo de psicología inversa, pero tiene razón si quiero estar aquí necesitare fuerzas para aguantar y le recibo el café.

El HILO ROJO DEL DESTINO. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora