◇Capitulo: 11◇

260 11 0
                                    

Justin observaba, molesto, el movimiento de clientes que entraban y salían del café. Su expresión de pocos amigos sugería impaciencia.


-¡No puede ser él! No Justin. -Comencé a caminar hacia el auto-. ¡Vámonos, Lily! ¡Ahora!


Ella corrió para alcanzarme.


-¿Qué Justin? ¿El de la J&J? ¿Ese que no te agrada? ¿Ese que dices que detestas, pero pagó tu gasolina?


-¡Bingo!


-Pero... ¡es lindo! -Parecía confundida-. ¿Cómo no te puede gustar?


-Tú no tienes idea de lo grosero que es ese hombre -dije, destrabando las puertas del auto con el botón en la llave.


-¿No irás a hablar con él? -Ella se paró delante de la puerta del conductor, impidiéndome abrirla.


-¡Obvio que no! Justin le contará a Clóvis lo que estoy tratando de hacer antes que yo pueda salir del café, y ya no tendré ninguna posibilidad de volver a mi vida anterior.


-Pero él no puede contarle, al final también está aquí. -Señaló-. Él también está haciendo algo equivocado.


Sacudí la cabeza, impaciente.


-Podría ser una trampa para agarrarme in fraganti. Vamos a casa antes que me vea.


-¿Cómo Justin podría saber que el anuncio era tuyo? -retrucó ella No colocaste tu nombre. Y, por la cara de impaciencia, parece nervioso. Tú no estás ni un poquito curiosa de saber por qué respondió a un anuncio de ese tip... Ahhhh. -Se detuvo abruptamente y miró fijo sobre mi hombro izquierdo, levantando las manos-. No te muevas, estate tranquila. Todo va a estar bien.


-¿Por qué estás diciendo es... ¡Aaaaaahh! -giré la cabeza y entonces la vi.


Pequeña, azul y mortalmente atemorizante, la mariposa posada en mi hombro izquierdo.


Grité y me moví violentamente.


-¡Sácame eso de aquí!


-¡Para! -pidió Lily, tratando de inmovilizarme y al mismo tiempo espantando al bicho-. Así vas a matar a la mariposa.


-¡Sal, sal, sal! -Me revolví frenéticamente.


-Listo, Kim. Puedes parar. Ya se ha ido. -Mi amiga señaló a la mariposa, que voló vivazmente hasta posarse en la ventana que estábamos pegadas unos instantes antes-. ¡Ah, es una señal!


-Sí. De que las mariposas resolvieron atacarme. ¡Ellas están por todas partes! -reclamé, intentando controlar mi ritmo cardíaco y los temblores involuntarios.


-Vi una igualita a esa en el garaje de la mansión un tiempo atrás.


-Tú ves varias porque les tienes miedo. Pero la mariposa significa cosas buenas en casi todas las religiones. Traen suerte. ¡Y esa ahí quiere que tú entres allí!


-Apuntó para el café.


-¡Era lo que me faltaba! -Puse los ojos en blanco-. Seguir los consejos de una lagarta.


-¡Por favor, Kim! Solo una charla rápida. -Ella unió las manos en súplica, los ojos enormes y brillantes-. Me debes una. ¡Te salvé de la mariposa!


Gemí.


-Está bien, hablaré con él. Pero si desconfío de cualquier cosa, salimos corriendo.


-De acuerdo. -Sonrió satisfecha.


-Quédate cerca, por si acaso... ya sabes... Solo permanece cerca -alerté.

Se Busca Marido (Jb)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora