Justin cogió mi maleta del coche de Lily y la puso en el maletero de SUV negro, mientras yo estaba al lado de mis amigos. El personal de la oficina se fue tan pronto como el almuerzo en el restaurante italiano termino.
—Tan hermosa, niña Kimberly. Al igual que su madre a esa edad —dijo Rosa con lágrimas en los ojos—. Hasta con el mismo brillo en los ojos.
—¿En serio? —le pregunté, un poco emocionada.
Ella asintió sonriendo.
—Nadie podía estar triste cuando doña Catarina estaba cerca. Tú heredaste esa alegría, la cabeza hueca y un corazón puro. —Ella me abrazó con fuerza, luego se volvió hacia Justin, sostuvo su cara entre las manos y apretó las mejillas—. Cuida de ella y tendrás mi amor por siempre, muchacho. Si haces daño a esta chica... —Su agarre se hizo más fuerte.
Se quedó mirando, presionado entre las fuertes manos de Rosa y asintió rápidamente.
—No voy a lastimar a Kimberly —logró balbucear.
—Bueno... bueno... eso —lo soltó—. Ahora tengo que irme, porque esa torpe ya debe estar en mi cocina, haciendo lo que sólo Dios sabe.
Me reí y la abracé. Cuando Rosa se fue, Justin dijo, masajeándose la mandíbula:
—Ella tiene una buena mano, si…
Me eché a reír.
—No era una amenaza real.
—No era lo que parecía.
—Relájate, Justin, a ella le gustas. Eso sí, no debes quedarte cuando está usando el cuchillo y vas a estar bien.
Él asintió asustado, y se echo a reír.
—Kimberly, ven a visitarnos cuando quieras —Ana dijo mientras me abrazaba—. Por favor no te olvides de ser feliz, querida. La vida ya te maltrato bastante.
—Gracias, Ana tú también serás bienvenida a visitarme en cualquier momento. —O yo pensaba que lo sería. No había hablado de ello con Justin.
Todavía no.
Lily tomó más tiempo para liberarme.
—Tengo miedo, Lily —confesé, enterrando la cabeza en su cuello. A pesar de que no había hablado con ella sobre los efectos que Justin tenía en mí últimamente, ya que aún no entendía lo que me estaba pasando, lo sabía. Lily siempre supo.
—Lo sé —susurró—. ¿Y qué beso fue ese? ¡Dios de los cielos! ¡Eres tan afortunada!
—Deja de ser una tonta. No quiero estar a solas con él —le dije, temerosa de lo que sucedería a partir de ahí.
—Lo sé, kim. —Ella agarró mis hombros y sonrió—. Yo sólo estaba tratando de relajarte un poco. Pero no creo que sea una buena idea que yo pase la noche en tu casa. Para todos los efectos, es tu noche de bodas. Podría levantar sospechas si paso la noche contigo, o por lo menos me llamarían pervertida —sonrió—. Vas a tener que ser valiente. Te llamaré más tarde, ¿de acuerdo?
—Bueno
Ella me dio un sonoro beso en la mejilla y la vi entrar en el auto.
Cuando nos quedamos solos, me volví a Justin, que estaba apoyado en el capó del coche, con los brazos cruzados sobre el pecho, observándome ¡mirándome!
Con una cara amable.
—¿Lista para conocer tu nueva casa? —sonrió, un poco nervioso.
—No, pero creo que no hay otro camino.
Él se rió, abrió la puerta del auto para que yo entrara y permaneció en silencio todo el camino hasta la urbanización de clase media. Justin era amable y se ofreció a llevar mi equipaje hasta el ascensor. Al abrir la puerta del apartamento, me hizo señas para que le siguiera al frente.
—Bienvenido a tu nuevo hogar —anunció.
Entré un poco avergonzada. El apartamento era pequeño pero acogedor y organizado. Las paredes claras combinadas con muebles y líneas rectas modernas.
Una pila de CD mal alineados, contrastaban con el resto de la sala meticulosamente arreglada.
—Genial.
—Te voy a mostrar la habitación —dijo, metiéndose en el corto pasillo, abrió la puerta de la pequeña habitación casi vacía—. No tuve tiempo de empacar nada. Supuse que querrías hacerlo por ti misma. Mis padres duermen aquí cuando vienen a visitarme, así que solo tenemos la cama, la mesa de noche y una cómoda.
Pero puedes usar mi armario para la ropa o cualquier cosa que quieras colgar.
—Gracias —dije torpemente.
Él tampoco parecía saber qué hacer.
—Aquí enfrente esta mi habitación, y el baño es allí. —Señaló la puerta al final del pasillo.
—Precioso.
Él asintió, dejando la maleta sobre la cama. Entré en la habitación, un poco aprensiva. Todo era muy sencillo y sin color. Un poco triste. Justin había colocado un pequeño jarrón de narcisos en la cómoda, en un intento de dar un toque de vida al espacio, lo cual me pareció lindo. Me senté en el colchón —demasiado suave— y evalué los pocos metros escasamente decorados a mí alrededor. Un gran contraste con mi vieja habitación de la mansión, llena de espacio, adornos y cortinas transparentes. Yo tendría que arreglar ese lugar si quería sentirme como en casa en los próximos meses. No estaba mal, pero no se veía como una casa todavía.
—Yo... Te dejaré sola para que te acomodes mejor —dijo, apoyándose en la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho—. Estoy en la habitación si necesitas algo. —Y se fue, cerrando la puerta tras de sí.
Con un suspiro, abrí la bolsa y empecé a colocar mis cosas en el pequeño aparador de la mejor manera posible. Tomé el marco con la foto de mi familia y lo puse en el mueble, al lado de mis productos de higiene, manteniendo los narcisos.
Entonces me atreví a ir al baño para conocerlo. Era pequeño, y toda la testosterona estaba allí gritando, pero Justin había tenido la cortesía de poner un pequeño jabonero con un jabón decorativo en el lavabo de mármol negro. Él estaba esforzándose.
Me acordé de la carta del abuelo Steeven, que Clóvis me había dado, y corrí a la habitación para abrir el sobre. Había dos cartas dentro, una para mí, otra para mi marido. Abrí la primera.
Mi querida nieta,
No sabes lo mucho que me gustaría asistir a este día tan especial. Imagino cómo de feliz debes estar ahora que has encontrado el amor. Daría cualquier cosa para compartir tu felicidad en este momento.
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Se Busca Marido (Jb)
Fanfiction•Una Muerte •Una Herencia •Una Búsqueda •Una Traición ¿Como Terminara esta historia ? _________________________________________ Créditos para la portada: @ohmymaddox muchas gracias !! Mis otras novelas: ■ Se Busca Marido (J.B)TERMINADA ■Matrimonio...