❝Me das Asco❞© CaMilo❇

7._ ❘ ❘Lo amo y no puedo olvidarlo❘ ❘

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Camus había salido despavorido de aquel restaurante, intentando alejarse lo más que podía de Saga. En estos momentos su mente se encontraba revuelta, era un lío de pensamientos que le atormentaban. Saga le había herido, pero a pesar de todo tenía razón, el gemelo mayor siempre tenía razón en lo que le decía.

«Cam, date cuenta que ellos solo se aprovechan de tí, ponles un alto, ¿Qué acaso no te lastima la manera en que te tratan?, ¿No te duelen sus golpizas?, ¿No te hieren sus insultos y humillaciones?»

Claro que le dolían, hería y lastimaba, no solo el cuerpo, sino también el alma, y desde que se fijó en él también estaba en juego su corazón.

Era un idiota, un estúpido, miserable y envidioso, pero sobre todo un cobarde. Sí, era un maldito cobarde, que no se atrevía a parar toda la agresión que recibía día con día. Aún que no muy lejos también era un orgulloso, por no ser capaz de corresponder aquellos sentimientos del mayor.

La soledad era lo que más odiaba y repudiaba. Era su más grande miedo, y sin embargo, ¿Qué hacia?, dejar ir la felicidad.

Saga era un gran amigo, y se merecía alguien mejor; Que fuera el triple de bonito, el doble de fuerte, que no se dejara de nadie, irradiante de bondad y alegría, mucho mas capaz que él, y sobre todo con ganas de luchar, aguerrido con la vida, sin importar los obstáculos que se atravesara saldría vencedor. Él no cumplía con ninguna de ellas. Merecía quedarse sólo, sin nadie a su lado. Por el momento tenía a sus padres, pero en unos cuantos años éstos partirían a un lugar mejor, mientras él solo se quedaría ahí, estancado, sin fuerzas, sin nada. Estaría únicamente acompañado de ella, su peor enemiga; La soledad.

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Los días parecían correr tan lentos, ese día se encontraba triste, como casi siempre, y el clima no mejoraba sus ánimos. La lluvia caía a cántaros, las pequeñas gotas de agua se deslizaban lentamente a través de su ventana.

Rió.

Hasta las pequeñas gotas tenían compañía, nunca estaban solas, o por lo menos solo al inicio. Así era la vida, nacías y crecías, y a pesar de tener a tus padres o personas que te querían no era suficiente, cada quién tenía ya su vida hecha. Llegaba el momento de encontrarse con aquella persona que haría tu corazón latir, y con la cual compartirías la vida entera, tendrías hijos y serías feliz con tu propia familia, sería el mayor tesoro.

Él se quedaría solo. Entonces pensó con claridad, el destino no había elegido, era una decisión que él estaba tomando. Tenía dos caminos, siempre existirían dos opciones, sin importar nada. La primera era quedarse sólo, por elección propia, y la otra elegir a su compañero de vida, que claramente su sola presencia alteraba todo su sistema, pero que estaba descartado; Milo Dalaras jamás lo elegiría como pareja, ni como una opción para formar una familia. Saga Gemini a pesar de todo y el rechazo le seguía esperando, hacía todo lo posible por enamorarlo. Y él, Camus Fontaine no hacía nada por afrontarlo y aceptarlo.

Sí, era eso. Amaba a Milo y no podía olvidarlo, pero lo intentaría, y juraba lograría, tarde o temprano tenía que hacerlo.

Ya tenía su decisión.

Adiós soledad.

Adiós amor no correspondido.

Bienvenido Saga y todo su amor.

Bienvenido sea a su corazón.

Ya estaba, no tendría que pensar más nada.

La decisión estaba ya tomada.

—Cami.