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Meses más tarde
Desde aquella fría mañana en la cual le dijo cosas de las cuales se arrepentía no volvió a verle. Meses habían pasado para que su mente aceptara lo que su corazón ya había hecho hace mucho sin siquiera notarlo.
Aún recordaba con claridad lo ocurrido después de verlo correr lejos, tan lejos de su alcance.
«Sus lágrimas caían sin consentimiento alguno de sus orbes turquesas. Llevó ambas manos a su rostro para cubrirlo, sentía pena y vergüenza de sí mismo.
Era un canalla. Un hijo de puta si querían llamarle así.
Lo aceptaba. Aceptaba su error. Su maldito error.
La había jodido en grande. Su boca había hablado por si sola. Su mente no pudo enviarle la información correcta a su lengua, la cual se movió por sí sola, destilando únicamente veneno. Sus mejillas se encontraban húmedas producto del llanto. Un llanto que no tenía la menor idea de su causa.
O bueno, sí la tenía.
Hasta hace poco el odio que sentía por el francés era tan grande que dudaba siquiera se fuera por sí mismo algún lejano día. El asco que decía tenerle cada vez que lo veía era falso, tan falso como su apreciada heterosexualidad. Odiaba al menor por una simple causa, y no era porque su padre los cambio por formar una familia con otro hombre. La causa era más que simple, se negaba a aceptar su verdadera orientación sexual; Siempre le habían llamado la atención los de su mismo sexo, de pequeño siempre prefería andar detrás de los niños, mirarles las piernas y el culo, que andar detrás de las niñas para levantarles la falda.
Fue cuando su padre decidió dejarlos que su odio por los homosexuales comenzó. Dejó en el olvido aquellas costumbres. Ya no miraba a los hombres como antes lo hacía, ahora su atención estaba en las lindas chicas con cara bonita, grandes senos, de culos grandes y vaginas dispuestas a todo por pasar un buen rato. Creyó haber dejado todo ello en el pasado, pero no. Fue aquel día, aquel cálido día que arregañadiendes decidió asistir al fin al nuevo instituto, ese donde su madre lo había inscrito a la fuerza y sin su opinión. Fue ahí donde se topó con su verdadero yo. Sí, aquel que le hizo ver quien era en realidad al toparse con aquella escena tan linda para unos y asquerosa para otros.
Tal vez, y solo tal vez si no hubiera ido nunca ahí el castaño le había dado el sí al francés. Sabía muy en el fondo que Aioria gustaba del oji rubí y que su rechazo se derivó a su presencia, su maldita presencia en el lugar equivocado. Si no hubiera estado ahí su ex-amigo habría aceptado los sentimientos del pelirrojo y ahora estuvieran felices sin su existencia de por medio para arruinarles la vida. Pero como había cagado el momento, lo único que le quedaba después de lastimar con palabras hirientes al menor era dejarlo ser feliz al lado de Saga, como sabía era el nombre de su actual novio. Y por lo tanto lo único que le quedaba hacer era irse. Irse muy lejos donde no pudiera lastimar más al galo. Y eso fue precisamente lo que hizo. Se levantó de la cama y se fue de aquella habitación para ir directo a su casa en busca de sus maletas. Necesitaba irse lo más pronto posible de Grecia.
Tuvieron que pasar meses para darse cuenta que sin el menor no era nada. Sin querer o siquiera notarlo Camus lo había atrapado a él también con su belleza y dulzura. Ahora entendía y comprendía como fue que Aioria y Saga habían caído a los pies del menor, porque lo había aceptado, era uno más también.
Había caído irremediablemente ante Camus. Por qué se había enamorado sin siquiera darse cuenta.
—Cami.
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❝Me das Asco❞© CaMilo❇
Fanfiction❝Donde Milo odia a Camus por el simple hecho de ser homosexual❞ ▪Estado: Terminada. ▪Extensión: Prólogo + 23 capítulos + 3 extras + 1 epílogo. ▪Autoría: Camila_acuario. 🌟Rankings🌟 🏆15 en bulling. #15 en colegio de 6.9k historias. #05 burlas de 57...
