CAPÍTULO 2.

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DongHae revisaba una y otra vez sus diez maletas. Daba una, dos, tres, cuatro vueltas cada cinco minutos por toda su espaciosa habitación revisando que no estuviera olvidando algo que es de suma supervivencia para su cómoda vida. Casi le da un infarto cuando descubrió que su colonia de coco con vainilla no estaba en su maleta, ¿Qué iba a hacer sin su colonia? ¡Iba a colapsar!

Con las maletas rebosando en mayormente ropa y zapatos, el niño llamó a John para que las bajara a la camioneta.

Una triste madre veía como su niño se iba por un mes completo de sus brazos.

-¡Cariño! ¡Aún podemos irnos juntos a otro lado si quieres!

-No, mamá. Ya le dije a mi primo que iba a estar ahí a las 10:00 a.m. en punto.

-¡Vámonos a Venecia de vacaciones! ¿Qué dices?

-mamá... ya quedé con mi primo... -hizo un puchero. La razón por la que DongHae rechazó la propuesta de su madre, no fue otra que el machote que estaba seguro esperándolo en Busan. HyukJae. ¡Por él sacrificaba un viaje a Venecia! Aunque estaba pensando en posponerlo para el próximo mes. -¿Y si vamos el próximo mes?

Aish! Está bien, cariño.

¡Listo! ¡Viaje a Venecia y machote apuntados en la lista! ¿Qué más podía pedir el niño?

Dando saltitos de alegría, el rubio abrazó a su madre. Se despidió de ella y corrió a la camioneta que ya estaba lista para comenzar su viaje al aeropuerto que estaba a media hora de su casa. Una vez en su destino, DongHae tomó el vuelo a Busan junto con su chofer. En casi una hora ya estaba en Busan. John rápidamente pidió un taxi y acompaño a DongHae a la casa de su tía, él tenía que llegar mínimo a salvo con su pariente, lo que le pasara después al niño rico ya no sería su problema.

El panorama en Busan no era exactamente alentador para que hubiera mínimo una plaza comercial. Y cuando llegó a la casa de los Cho, DongHae estuvo a punto de decirle a John que lo regresara a su casa. "¡Oh, Dios! ¿Cómo pueden vivir en esa casita? ¿Será que KyuHyun no bromeaba cuando me dijo que dormiría con su perro? ¡Ahí no hay espacio para nada!", pensó Hae al ver la pequeña casa de su primo. La casa media aproximadamente 10 metros2, una burla para Hae cuando su mansión era muchísimo más grande. Con algo de asco al ver la puerta de madera vieja y sucia, Hae dio tres toques.

-¡Ya vooooy! –escuchó la voz de una mujer. Debía de ser su tía.
Una mujer de casi 42 años, vestida con una blusa amarilla y falda floreada de poliester saludó al rubio.

-¡Buenos días, DongHae! KyuHyun me dijo que ibas a venir por aquí y no pensé que fuera verdad...

-Yo tampoco... -dijo mirando la terrible vestimenta de la mujer.

-¡Pero no te quedes afuera, bebe! ¡Pasa, pasa! Ya sabes que eres bienvenido. –le dijo la mujer con una amplia sonrisa.

DongHae le sonrió. Tal vez no tuviera la vestimenta adecuada como lo tenía su hermana, la madre de Hae, pero podía apostar a que era una agradable mujer.

-¡Gracias! ¿Puedo meter mis maletas, tía?

-¡Oh, claro que sí, Hae! Aunque pensé que era una broma cuando me dijo KyuHyun que ibas a venir de visita, igual preparé una habitación para ti.

"¿Cuántas habitaciones tendrán aquí?", se preguntó algo curioso Hae.

John fue al taxi a buscar las diez maletas del niño rubio. ¿Cómo mie**a habían dado las diez en el taxi? ¡Ni put* idea! Aunque el pobre John casi iba en el techo del taxi.

ALTOS Y BAJOS. La clase social no importa cuando el placer manda. [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora