CAPÍTULO 14 (Parte 1)

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-Mi cama te extrañó tanto... -el varón dominante, el apuesto lobo, tenía acorralada a la presa entre sus fuertes brazos, pegado a su musculoso pecho sudoroso, inhalando y exhalando el aroma fértil de su tierno alimento. 

-Yo igual la extrañé tanto... -el frágil cordero, en vez de huir de su sanguinario depredador, se acurrucaba en él pidiendo en silencio su calor, su pasión, su amor en cada gota de sudor.

DongHae no supo en qué momento había llegado a la casa de HyukJae, para ser más específicos, en su cama. Pero se sentía tan a gusto entre esas sábanas con aroma a viril macho, que lo cubrían y lo protegían como si fueran su madriguera. Su ardiente guarida. El rubio no quería volver a salir de esa cama jamás.

Esas sábanas carmín lo acariciaban tan suavemente, tan excitantemente como lo hacían las yemas de los dedos de HyukJae. Las almohadas amortiguaban sus gemidos y succionaban sus lágrimas cuando el placer que HyukJae le otorgaba era tan grande que le hacía sollozar de puro gusto. Esa cama era testigo de las noches en las que habían hecho el amor, como hacía unos minutos.

Después de haber terminado de almorzar en el restaurante italiano, Hyuk y Woon tuvieron que cumplir con su cita en el casino. Hae y Wook estuvieron paseando por toda la plaza hasta que hora y media más tarde la cita con el director general del casino culminó. El niño recordaba vagamente, pues el efecto post orgasmo aun reinaba en su cuerpo, a su pelirrojo amigo siendo invitado por JongWoon a una cita más privada, con un sonrojo en las mejillas RyeoWook había aceptado, dejando a HyukJae Y Hae a solas. Lo demás era un invisible recuerdo, sólo sabía que la calentura había invadido su cuerpo y había terminado con HyukJae sobre su cuerpo y su polla enterrada en su culo.

-Las sábanas siguen estando igual de suaves. –dijo Hae en su susurro.

-Mis sábanas siguen teniendo tu aroma. Todo es igual a cuando te fuiste... sólo que ahora te amo más. –le sonrió al rubio. Hae le dio un beso de pico a los labios del castaño.

-¿Qué ha sido eso? –cuestionó divertido Hyuk al recibir ese casto beso de Hae. Algo muy raro ya que la mayoría de sus besos eran demasiado apasionados.

-Te he besado. –dijo simple el rubio.

-Eso ni es un beso.

-¿Ha no?

-No, cariño. Esto es un beso. –el mayor se volvió a colocar sobre DongHae, aprisionándolo contra la suave cama y su fuerte cuerpo, domando sus labios como un experto torero lazando al toro.

Las manos de HyukJae eran tan calientes cuando tocaban su piel; sus labios tan húmedos y picantes cuando besaba los suyos.

-Hoy te quedarás conmigo. –ordenó el líder.

-No traje ropa... ¿Puedo usar la tuya? –cuestionó con entusiasmo.

-Jajaja, sabes que sí. –besó la punta de la nariz de Hae.

-¿También tus bóxers? –dijo juguetón el niño, pegándose más al cuerpo de su hombre.

-También. Aunque te van a quedar algo grande por adelante...

-¡Oye! ¿Estás insinuando que mi cosita esta chica? –preguntó ofendido el niño. ¡Él no tenía la polla tan chica!

-¿Tu "cosita"? –cuestionó un divertido HyukJae. 

-¡Sí, mí cosita! –frunció el ceño.

-Jajajaja, cariño, tienes una polla normal. Ni muy chica ni muy grande. Ya sabes, lo normal. Si fueras hétero, a las chicas les gustaría que te las folles. 

ALTOS Y BAJOS. La clase social no importa cuando el placer manda. [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora