CAPÍTULO 11 (Parte 1)

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-¿¡QUÉ!? ¿¡QUÉ ME ESTÁS DICIENDO!? ¿CÓMO QUE SE INCENDIÓ MI CLUB? –HyukJae estalló al saber la nueva noticia que se hablaba de boca en boca en Busan. ¡El Fox Club ha sido incendiado!


-Sí, señor. Me acabo de enterar. Estaba llendo para ir a tomar y cuando llegué, todo el lugar estaba en cenizas. –JaeJong, como buen subordinado, le había informado a su superior el problema que había. En realidad, DongHae le llamó y le pidió que le informara a HyukJae, obviamente, evitando detalles cómo "Yo incendié el club, ¡dile!"


-¿Quién hijo de la put* mie**a lo ha hecho? ¡Joder, JaeJong! ¿Cómo jodidos nadie se dio cuenta? –eso sí que era una sorpresa para el castaño. ¿Quién demonios se había atrevido a incendiar su club? Sea quien sea, se las iba a cobrar muy caro.


-Señor, el club debió de haberse incendiado como a las 10:30 a 11:00 de la noche, usted sabe más que nadie que a esa hora todos en el club ya están ebrios o drogados. Nadie lo notó, de hecho, creo que ninguno se habrá dado cuenta hasta que sintieron sus cuerpos quemándose...


-¡JODER! Estoy llendo para haya. En tres horas debo de estar ahí, diles a todos los demás que vayan. Tenemos que investigar esto.


-Está bien.


Tres horas más tarde, HyukJae observó con coraje y rabia su club hecho cenizas. Todo se había venido abajo, no se había salvado ni un pedazo de tela, ni un vaso, ni un poco de hierba, sólo habían cuerpos tirados por todas partes completamente incendiados, todo destruido.


Lo que más le molestaba al castaño, no eran esos cerdos que estaban muertos en el suelo, si no los kilos de hierba y litros de alcohol que había perdido. Era obvio que la mayor parte de su mercancía estaba en el Fox, ya que ahí iban todos sus consumidores. Y ahora se había quedado sin club y sin mercancía.


Pareciera que la suerte no estaba de su lado ese día. No fue su cliente por la mercancía que iba a entregar y por consecuente no le pagaron y gastó en transporte. Le estuvo marcando a su niño por celular y jamás le contestó. Llega a Busan y se encuentra con su club hecho mie**a. ¡Todo esto era una mie**a! Y sabía que se lo merecía por hacer sufrir a DongHae. Joder, lo extrañaba tanto.


-¡MALDITA SEA! –el alfa furioso no cabía en él mismo. -¿Quién...? ¿Quién hijo de put*...?


Iba a encontrar al responsable. Ese jodido cabrón iba a pagarle cada pieza de su club.
DongHae estaba en la terraza trasera de su nuevo hogar, sentado en el borde de la hermosa fuente que adornaba el gran jardín de rosas. Miraba hacia algún punto en el cielo nocturno. Esa noche no había visto ninguna estrella, las sombras lo atrapaban completamente.


El recuerdo de los gritos y del fuego le hizo derramar una traicionera lágrima. ¿Por qué demonios lloraba por esos hijos de put*? ¡Ellos se habían burlado de él y tenían que pagar! A pesar de las lágrimas, él no se arrepentía. Y era exactamente eso lo que le confundía. Si no se arrepentía, ¿Por qué lloraba por ellos? Fácil. Porque no lloraba por ellos.


Muy dentro de su corazón, el quemar el Club fue quemar un recuerdo de HyukJae. El recuerdo de la primera vez que lo vio. En ese lugar fue la primera vez que estuvo con el líder de Busan. Ahí se enamoró de él. Eso era lo que en verdad le dolía.

ALTOS Y BAJOS. La clase social no importa cuando el placer manda. [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora