ALTOS Y BAJOS. La clase social no importa cuando el placer manda. [EUNHAE]

CAPÍTULO 9 (Parte 1)

  Los días pasaron demasiado rápido, al menos para DongHae. Pareciera que un día había llegado a la casa de su macho y al día siguiente ya tenía que irse. Seis días ya había pasado en la casa de HyukJae, haciendo el amor en la cama y teniendo sexo salvaje en cualquier lado. El rubio jamás pensó que antes del fin de semana ya tendría novio, y uno buenísimo. Mucho menos llegó a pensar que en menos de tres días caería completamente enamorado de ese castaño sexy, sólo esperaba que las palabras de HyukJae fueran sinceras. Tan sinceras como su amor por el mayor.

Es verdad, habían pasado muy pocos días... ¿Y qué? No conocía ni siquiera la vida de HyukJae... ¿Y qué? Tenías demasiadas diferencias tanto en carácter, socialmente y económicamente... ¿¡Y qué!? ¡Esa mie**a no le importaba a DongHae! Él sólo quería quedarse para siempre junto al hombre y acurrucarse en su pecho cada mañana a pesar de que sentía que habían cosas, demasiadas, que el castaño no le decía. Como era el caso de esas jodidas llamadas a cada hora y sus salidas "de emergencia" que todas eran por trabajo.

Pero a pesar de todo, HyukJae era el hombre de sus sueños. ¡Lo tenía todo! Y una gorda y larga polla. HyukJae era buenísimo en la cama, el niño estaba seguro que había hecho todas las posiciones del kamasutra en los últimos días. ¡Ya se sabía todo el jodido libro! Amaba hacer el amor con HyukJae, especialmente en las mañanas y antes de dormir, porque el resto del día era follar duro en cualquier lugar de la casa. Le gustaba los besos que el mayor repartía en su cuello y cómo lo envolvía en sus brazos. ¡Lo quería tanto!

Quería saber todo del mayor, tenía tantas preguntas para él que no se atrevía a preguntar porque, si había algo que había aprendido en los últimos días, era que el carácter de Hyuk es muy explosivo y agresivo cuando se molestaba... como ahora.

-¿QUÉ mie**a PASO, IMBECIL? ¿POR QUÉ CARAJO NO ME AVISASTE ANTES? ¿QUE NO TIENES CELULAR, HIJO DE put*? ¡PARA ESO PAGO TU put* LÍNEA Y TU PUTO CELULAR! ESPERO TENGAS UNA mie**a SOLUCIÓN A LA ESTUPIDEZ QUE ACABAS DE DECIRME. –ladraba rabioso el mayor dando vueltas como león enjaulado en la habitación.

A penas eran las nueve de la mañana y Hyuk ya había comenzado a gritarle por celular a dios sabrá quién. Hae se compadecía de esa pobre alma a la que Jae le estaba ladrando todos los insultos habidos y por haber. El niño seguía acostado desnudo sobre la cama, a penas hacia unos minutos habían despertado, mirando al hombre rugir como la más fiera bestia. Si había algo que no quería Hae, era ser enemigo de HyukJae, porque el tono de voz del hombre e incluso su rostro cuando estaba enfadado le daba miedo, Jae era de temer, KyuHyun no mentía cuando le había dicho que el castaño era peligroso. ¡Pero el muy hijo de put* se veía tan sexy incluso en ese estado! Sus músculos se contraían cuando gritaba y se le marcaban más, sobre todo si sólo se tenía puesto un bóxer... "Ay, papi~", pensó el niño sin dejar de mirar a su hombre.

-Escúchame bien, JaeJong, en veinte minutos voy a estar en la fábrica y quiero que todo esté resuelto cuando llegue, porque si no lo está...- la voz del hombre se escuchaba fría y calculadora, incluso amenazante... ¡miedo!- tú sabes lo que va a pasar. –colgó el celular aventándolo violentamente a uno de los sillones.- ¡JODIDO IMBÉCIL!

El niño se pensó detenidamente si debería de acercarse a HyukJae, se veía tan alterado y tenía una cara de mie**a que le daba "miedito". Pero, ¡Oh, vamos! Hyuk no lo lastimaría, se lo había dicho tantas veces.

-Hummm... Hyukie... -dijo el niño aun sin acercarse a Jae.

-¿¡QUÉ!? –la ronca voz del mayor le hizo dar un brinquito de susto sobre el colchón.

-¡Na... nada! –se apresuró a decir Hae.

Hyuk pudo notar que su belleza rubia se sentía asustado por su mal carácter, era algo que el mayor no podía controlar. ¡Pero es que sus empleados eran tan estúpidos! ¿Cómo carajos el estúpido de JaeJong había pedido cocaína en hierva en vez de polvo? Él había sido demasiado específico cuando le dijo al imbécil que hiciera el pedido.