Curada.

1.7K 115 39
                                    

Emma no tenía noticias de la ex reina desde hacía una semana. No sabía cómo sentirse. Por un lado, tenía el camino libre para estar con Henry, como su única madre. Por el otro, no sabía si preocuparse por la seguridad de su familia o de la de Regina. En ese pueblo, si la gente desaparece por largo rato era porque había un nuevo villano dando todo su poder para arruinar la felicidad de todos.

Se encuentra parada frente a su mansión. Los nervios le ponían los pelos de punta. Después de todo, Regina había jurado venganza, más de una vez. Hace una semana, Gold les aseguró que Regina intentaría hacer algo contra Mary Margaret. Pero al parecer, no sucedió nada. David no dejaba de preocuparse, estaba seguro que esa mujer haría lo que fuera por arruinarles la vida. Eso la dejó aún más nerviosa. Especialmente cuando el hombre compartía de forma abierta sus amenazas de muerte como soluciones a problemas inexistentes. Era frustrante. Se suponía que él era un héroe. Los héroes no matan.

¿Qué haría Regina si la viera? ¿Le tiraría bolas de fuego? ¿Arrancaría su corazón? ¿Hasta la dejaría bajo una maldición del sueño sobre su porche? Eso ya no importaba. La morena no daba señales de vida. Su hijo no parecía preocuparse, pero ella sí. Necesitaba saber si todo iba bien. Además, la actitud de Henry no le gustaba nada. Aquella mujer lo crío y cuidó, tal vez lo hizo sentir como si estuviera loco, pero ¿no le importaba? No conocía mucho a Regina, y todas sus experiencias con ella no fueron muy agradables, pero sabía algo sobre ella con seguridad: Regina amaba a su hijo. Y, probablemente, no dejaba escapar cada oportunidad que tuviera para demostrarlo. En otras palabras, su peor enemiga era la madre adoptiva que siempre quiso tener.

Reúne valor y golpea la puerta. No hay respuesta. Pensó que tal vez estaba impaciente y era sólo su impresión que el tiempo corra más lento de lo normal. Toca de nuevo, con más insistencia. Nadie llega. Se cansó. No pensaba dar vuelta atrás e irse. Aprendió varios trucos con Neal. Irrumpió en la mansión. La oscuridad y el olor a encierro reinaba en el lugar, no se molestó en observar detalladamente el estado deplorable de la mansión. Claro que "deplorable" bajo los estándares de la morena. Todo parecía vacío. Sube las escaleras y en realidad no había nadie. La ex reina abandonó la mansión. Sus cosas seguían ahí, pero la mujer no.

Vuelve al apartamento que compartía con sus padres. Henry estaba jugando un videojuego, sentado en el sofá, y David se encontraba a su lado. Cuando notan la presencia de la rubia la miran fijamente. La notaban como afligida, y ya se formaban las dudas en sus cabezas. Emma prosigue a lo que fue a hacer, sin dar oportunidad a preguntas.

«Regina está desaparecida» dijo directa. Su voz resaltaba pequeñas pistas de pánico, que fueron confundidas con preocupación. Más exactamente con preocupación hacia la seguridad de los demás.

«¿Qué? ¿A qué te refieres?», dice David confundido.

«Fui a su mansión y...»

Henry la interrumpió. «¿Eh? ¿Por qué? Podría herirte. Ella es malvada», escupió las palabras como si fueran veneno.

«Henry, ella es tu madre», intenta que su hijo suavice el odio a su madre, un odio que no comprendía.

«Tú eres mi madre, y Neal es mi padre».

«¿Qué sucedió con Regina?» interrumpe David, antes de que la discusión de agrave.

«Eso. Ella no estaba en su mansión. Nadie la vió salir. No sé dónde podría estar».

«Si nadie sabe dónde está, tal vez usó su magia. Podría estar en el bosque.»

«Eso no tiene sentido. ¿Por qué Regina estaría en el bosque?». La simple idea de Regina con tacones intentando no caerse de cara al barro la hizo sonreír por dentro. El bosque sería el último lugar en el que buscaría a una reina refinada.

ReginaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora