Humo violeta. Estaba en su bóveda, de nuevo. Más humo. Los libros volvían a su lugar. Más humo. Tenía un frasco en su mano. No se preocupó por la falta del libro de Rumplestilskin. Pronto nada preocuparía.
Estaría lejos de la insípida Blancanieves y su príncipe. Lejos de Emma Swan. Lejos de un hijo que ya no la consideraba su madre. Lejos de las miradas de odio. Lejos de las acusaciones. Se haría un favor, y le haría un favor al mundo.Un ingrediente tras otro, formaban el líquido negro. Mezclaba lentamente cuando escucha pasos a sus espaldas. Regina estaba sentada, frente a un espejo. Alzó la vista, en su reflejo encontró una mujer rubia, muy molesta para su gusto. Emma últimamente la solía encontrar haciendo magia. En sus ojos encontró curiosidad, tal vez un poco de miedo. A pesar de que odiaba esa mirada, le gustaba la idea de todavía ser capaz de causar eso en los demás.
«¡Regina!», exclama, no parecía esperar encontrarla ahí. Baja la mirada al frasco. «¿Qué es eso?».
«Nada de tu incumbencia», dice directa, sin importarle mucho su presencia. Un voz lenta y grave, oscura.
«¿Por qué eso me dice que si me incumbe?» la ex reina ni se inmuta. Sigue revolviendo lenta y distraídamente. Sacó su arma y le apuntó. «Dime o disparo».
Regina levantó una ceja, mirándola por el espejo. Luego lanzó una risa seca pero burlesca que le causó escalofríos a la rubia. «¿Crees que me importa? ¿Qué no te puedo detener?» dice esa última pregunta con diversión y desinterés en su voz.
«Sí, es exactamente lo que pienso», dijo altanera.
La expresión de la morena pasa de gracia a disgusto. «Una maldición del sueño» contó con una mueca de desprecio.
«La de la manzana» dedució.
«Ese hechizo vino de Maléfica. Con el tiempo, aprendí a hacer una por mi cuenta» le cuenta aún sin importarle. Tal vez la soledad y el aburrimiento empezaban a afectarla.
«Quieres usarlo en Mary Margaret.». Mantuvo firme el arma, empezaba a molestarse.
«No realmente».
«Entonces, ¿en quién?».
«Nadie que extrañes. Nadie la extrañaría», sentencia, con oscuridad en sus ojos.
Emma baja la mirada con pena, no podía enfrentarla en esa situación tan desconocida, ni siquiera a través del espejo.
«Esto es por Henry, ¿verdad?», dice bajando el arma.
«¿Realmente importa, miss Swan?»
Lo que Emma temía se hizo realidad. Regina estaba a punto de maldecirse. No podía dejar que eso pasara. «Henry va a estar realmente afectado».
«No lo dudo», dice entre risas secas, con tono sarcástico.
«Te necesita».
«Las dos sabemos que ese no es el caso».
«No vale la pena».
«No estás comprendiendo» cansada de esa conversación, se levanta de su silla, haciendo un gesto con los brazos y se acerca a Emma, mirándola a los ojos. «Este no es un fin. Es un medio eterno. Sólo puedo ser despertada por mi amor verdadero».
«Henry».
Regina baja la mirada. Pensó más profundamente en aquello. Cambió de opinión. Henry no la amaba. Todos los que alguna vez la amaron estaban muertos. Eso era definitivamente un fin. Respira profundamente. Se dio la vuelta y dejó la botellita sobre su silla. Guardó los ingredientes y se volvió a su poción. La tomó nuevamente y, mirando a Emma, la dejó caer al suelo. Pedazos de cristal por todas partes y un enorme charco negro de maldición del sueño en el suelo de la bóveda. No le importó sus zapatos y pantalones manchados, o la expresión incrédula de su visitante.
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Regina
FanfictionOnce Upon a Time con un pequeño cambio de trama. La historia se basa en Regina. Después de la muerte de Cora, Regina se deprime. Emma y David investigan a Regina y Henry la ignora. Mientras Emma intenta evitar que cause problemas, ella se rinde con...