Le conté a Zayn que pensaba buscar algún trabajo para pagar la reparación del coche a su madre. Él también se negó, diciendo que no era necesario.
Pero yo sabía que si lo era, y que no sabía cómo ni de qué podría trabajar para ello.
El resto de la semana transcurrió normal, sin que pasara nada especial, hasta que llegó el fin de semana. El fin de semana esperado por Zayn.
Él estaba deseando que llegara para ir al concierto de Bruno Mars en la ciudad. Yo simplemente me alegraba de ir con el, ya que no me gustaba tanto Bruno como a el, aunque no me desagradaba.
Era sábado por la tarde, a pocas horas del concierto, y Zayn y yo nos hallábamos arreglandonos.
No tenía ni idea de qué ponerme, pero al final me decidí por unos pitillos negros y una sudadera fucsia en la que ponía 'be sexy', junto a unas vans negras también. Recogí mi pelo en una cola alta y cubrí mi cara con maquillaje.
Todo cortesía de Zayn, ya que por supuesto, por mi vida anterior no tenía ni para comer, y todo lo que tengo me lo regaló él.
Para mi sorpresa, Zayn aun no estaba preparado.
-Se supone que debe ser al revés - dije asomandome a la puerta del baño. - yo debería tardar más en arreglarme y tu deberías estar metiendome prisa.
-Pero nosotros somos una pareja especial - puso de excusa. Yo me reí. Entonces el se enfundó una sudadera negra con un tigre rugiendo y capucha, que era lo único que le faltaba para estar completamente vestido.
-¿Nos vamos? - preguntó.
-Por supuesto - respondí, mientras el se guardaba las entradas en el bolsillo.
Bajamos al aparcamiento a por el coche. Me recordó al alivio que sentí cuando le confesé a Trisha que había sido yo y se me dibujó en la cara una sonrisa.
Tardamos un poco en llegar, ya que las zonas cercanas al recinto del concierto estaban algo colapsadas y tardamos un rato en encontrar aparcamiento.
Bajamos del coche para dirigirnos a la puerta del lugar. Había mucha gente cerca de nosotros. Me ruboricé cuando Zayn me agarró de la mano suavemente. Me encantaba cuando sacaba su instinto protector por mi.
-Creo que cuando vayamos a entrar habré muerto - dije desilusionada al ver desde lejos la gran cola que había.
-No correremos ese riesgo - dijo poniéndose la capucha y tirando de mi hacia otra puerta mas alejada.
No entendía a donde íbamos, pero me limité a seguirlo y ahorrarme cualquier pregunta.
Llegamos a un puerta en la que habían tres hombres altos y fuertes.
-Buenas noches - saludó Zayn.
-Buenas noches - saludaron los tres al unisono.
-Zayn Malik - dijo tendiendole la mano a los tres, uno por uno, para estrecharlas. - ¿podemos pasar por aquí?
Zayn le tendió las entradas a uno de ellos.
-Por supuesto - contestó el mismo, mientras abría la puerta. - Adelante.
-Gracias - sonrió y pasamos.
Comenzamos a subir unas cuantas escaleras para llegar a nuestros asientos.
-A veces se me olvida por completo que eres el Famoso Zayn Malik - dije poniendo énfasis en mis ultimas palabras.
Se rió.
-Creo que no te gustaría ser perseguido por fans gritando y llorando a la vez - contestó - por eso tenemos que pasar por aquí.
-Entiendo... - asentí sonriendo. - entonces, ¿también vamos a un palco reservado o algo por el estilo? - pregunté irónica.
-Mas o menos. El famoso Zayn Malik no merece menos - imitó mi voz anterior.
-Te pegaría si no fuera porque me has quitado una hora de cola de encima - declaré.
Llegamos al final de las escaleras para ver el recinto por dentro. Era enorme, increíblemente enorme. Me quede atontada observando el estadio, tanto que Zayn me tuvo que coger de la mano de nuevo para llevarme al lugar donde íbamos a pasar las próximas horas.
Comenzó el evento y al llevar cuarenta y cinco minutos de concierto me di cuenta de que los chicos se habían molestado en pagar asientos para nada, ya que estábamos todo el rato de pie, bailando al ritmo de la música.
-Esta es mi canción favorita - me confesó al escuchar Gorilla, alzando la voz en mi oído. Hizo que sonriera.
-Vamos - me dijo a a mitad del concierto.
De nuevo, lo seguí sin ninguna información de a donde íbamos, pero lo hice sin preguntar nada.
Ibamos bajando poco a poco de las gradas, hasta llegar a la compuerta que te dejaba acceder a la pista. Él, miro de un lado a otro, la abrió y paso dentro. Nos iban a pillar, pero fui con el.
-¡Estás loco! - grité, haciendo que soltara una carcajada que apenas podía oír por el ruido.
Continuamos bailando y saltando como antes. A veces me giraba para observarlo cantando y saltando al ritmo de los acordes.
Sin apenas daber como, acabe sentada en los hombros de Zayn, con una pierna a cada lado de su cabeza, mientras el agarraba mis piernas para no caerme.
Vi un montón de cabezas agitadas bajo mi cuerpo, y comencé a hacer palmas eufórica. Lo estaba pasando genial.
Entonces agache mi cuerpo hacia el lado, girándole la cara a Zayn hacia el mismo lado, para darle un beso apasionado.
Al principio sonrió, sin despegar su boca de la mía, por la sorpresa que le había supuesto ese beso.
-Te quiero - me confesó. Me ruboricé. Hacía tiempo que Zayn no me lo decía. Solía ser muy tímido, aunque no conmigo, pero no era de las cosas que me decía todos los días. Eso hizo que sonriera como una adolescente que acababa de dar su primer beso.
En seguida acabó el concierto, a pesar de que ninguno quería. En cuanto Bruno se despidió y salió del escenario, Zayn cubrió su cabeza con la capucha.
De nuevo, me cogía de la mano, cabizbajo para no llamar la atención, dispuesto a salir de allí lo antes posible. Todas las personas de nuestro alrededor se apresuraban a la puerta, y acabamos unos pegados a otros, avanzando poco a poco.
Mi vista se dirigía al frente, intentando divisar la salida entre tantos cuerpos, pero algo me detuvo.
Vi en el brazo de un chico un tatuaje que me resultaba familiar, demasiado familiar. Abrí mis ojos involuntariamente, suplicando que no fuera quien esperaba.
Esa persona se giró hacia mi dirección, y descubrí que si, era él.
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Secuelas de suerte.
FanfictionDespués de todo lo que ha vivido Valeria, cree que su vida ha cambiado para siempre y no se le pasa por la cabeza volver a abandonar lo que le da la vida: Zayn. Pero a veces no todo sale como espera, ya que la suerte nunca ha estado de su lado.