Capítulo trece.

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-¿Qué? ¿En serio? — pregunté rezando para que Zayn me estuviera gastando una broma.

-Sí, es una buena idea.

-¿Que es una buena idea? Oh, no no. Mira lo que me dijo tu padre y solo estuve una tarde en tu casa, ¡imagina una semana entera! — reguñí.

-Vamos, Valeria — suplicó Zayn — Aquí no hay comida y no pienso dejarte sola una semana.

-Me iré con... — pensé — con...

-Con mi familia.

-¡No, por favor! — exclamé posando mis manos en mi cara.

-No tienes nada mejor. Además, así conoces mejor a mi familia, y ya he hablado con mi padre sobre que callado esta mas guapo. Haz un esfuerzo, por mi.

Me miró para seguidamente, hacer un puchero, cada vez mas exagerado, esperando un sí por respuesta.

-Joder — solté. — me vais a matar entre todos.

-Genial, el martes estarás allí.

Nada más pensar la semana que me esperaba se me revolvía el estómago. Aunque quizá fuera una oportunidad de darle una explicación a Yaser de mi parte.

No le di mas vueltas, iba a ir una semana a casa de los Malik y no tenía otra opción.

Pase el resto de la mañana sin hacer absolutamente nada mientras Zayn me hacía compañía.

Recibí una llamada de un número desconocido. Fruncí el ceño y descolgué.

-¿Diga? — pregunté.

-Valeria, soy Hannah — anunció.

-Ah, hola Hannah — saludé sonriendo. — ¿Pasa algo?

-No, no — contestó rápido — solo que quería dar una vuelta esta tarde y Louis no quiere acompañarme, ¿te quieres venir?

Me quedé extrañada, no conocía apenas a Hannah, aunque no me lo pensé dos veces.

-Em... sí, claro — respondí. — ¿a que hora?

-¿Te viene bien a las seis? Pasaré a por ti — preguntó.

-Creo que sí, aquí te espero — respondí — hasta luego.

-Vale — contestó alegre — hasta luego.

Colgó y en seguida note los ojos de Zayn clavados en mi, intrigado por saber quien era.

-Era Hannah.

-¿La novia de Lou? — preguntó.

-Sí, hemos quedado esta tarde para pasear — expliqué. — ¿te parece bien?

-Muy bien — dijo. Me dio un beso en la mejilla y siguió viendo la televisión.

Comimos fuera, como siempre, pero en seguida volvimos a casa para cambiarme. Me decidí por una falda corta y negra y una blusa coral metida por dentro de esta, mas mis sandalias y mis gafas de sol en mi pelo. Deje mi pelo suelto y cogí mi único bolso.

Tras prepararme salí de la habitación para atraer la vista de Zayn. Se dirigía hacia la cocina para pasar a mi lado.

-Me encanta cómo te queda esa falda — me susurró sin para de caminar con la vista en mi trasero.

-¡Zayn! — grité sin evitar la risa.

-¿Acaso miento? — preguntó levantando una ceja a la vez que abría una Coca Cola.

Resoplé.

En seguida sonó el timbre para dejar oír la voz de Hannah desde el telefonillo.

-Ya bajo — anuncié. Di un beso a Zayn.

-Pásalo bien — aconsejó. Sonreí y salí por la puerta saludándolo con mi mano.

Bajé y Hannah me esperaba en su coche rojo. En cuanto la vi, corrí hacia el coche y entré.

-Hola — saludamos las dos al unisono.

-Qué guapa — piropeé al ver su atuendo.

-Lo mismo digo — dijo sin apartar la vista de la carretera.

Sin dejar de hablar en el coche, llegamos al lugar. No estaba muy lejos, de echo me resultaba familiar.

-Ya conozco esta zona — dije entusiasmada tras un rato pensando. — ayer estuve aquí con Zayn en el concierto de Bruno Mars.

-¡Ah! Es verdad, oí que Louis había comprado unas entradas.

-Sí — asentí — nos lo pasamos bien.

Continuamos andando por la larga calle, llena de comercios. Vimos una tienda de batidos y acabamos dentro comprando un par de ellos, como la ultima vez que nos vimos, y seguimos caminando.

-Oye, ¿conoces a alguien que necesite una empleada? — pregunté.

-Creo que no — se quedó pensando. — ¿por qué?

-Necesito un trabajo para pagar los daños que le causé al coche de la madre de Zayn — respondí.

-Bueno, estaré atenta por si alguien ofrece algún trabajo por ahí — gesticuló.

Eso me hizo darme cuenta de que no sabía en que trabajaba. Me contó que estaba en la universidad y que tenía 19 años.

Interrumpió la conversación cuando vio un escaparate de ropa que al parecer le apasionaba.

-¿Podemos entrar? — puso carita de pena — es mi tienda favorita.

-Sí, claro.

Entramos, y tras estar un par de minutos observando ropa y zapatos Hannah me tambaleó.

-¿Qué...?

-Mira — me interrumpió señalando al mostrador de la gran tienda — buscan empleada.

Era genial, para esto no hacían falta estudios, y para conseguir algo de dinero me bastaría con trabajar poco tiempo.

-Vamos a preguntar — me arrastró Hannah hasta el mostrador.

-Hola — saludé a la chica que había tras el. — estoy interesada en el puesto de trabajo.

-Ah, espere un momento. Llamaré al encargado. — dijo adentrándose en una sala a parte.

Entonces, tras unos minutos, apareció quien menos esperaba ver. Que hizo que mis ojos se abrieran como platos y que había echo que cambiara de opinión en cuanto al trabajo.

Secuelas de suerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora